Tal como le ocurrió en Boca Juniors y en la ciudad, el presidente Mauricio Macri considera que, cerca de los dos años de gestión, los planetas se alinearon con su estrella. La semana que pasó mostró una seguidilla de triunfos políticos en la lucha contra la corrupción y las mafias y en los indicadores económicos, pero bajó la directiva de no relajarse, porque asume que la pelea es larga.
Las últimas encuestas de consumo interno indican que, en Buenos Aires, Esteban Bullrich superaría por 2,5% en las elecciones del 22 de octubre a Cristina Kirchner. Hoy estarían 38,5 a 36 por ciento. El aumento de Bullrich coincide con una baja de Sergio Massa, que caería a 13%, y Florencio Randazzo se mantiene en 5,5 por ciento.
«Es posible que el exitismo por las buenas noticias nos juegue en contra y atente contra la participación. Habrá que insistir en la última etapa en que todos vayan a votar», dijo a LA NACION un alto funcionario.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, insiste en todas las reuniones internas de Cambiemos en que no hay que confiarse. «Ni nos asustamos cuando hay problemas, ni nos agrandamos cuando hay éxitos. Esta pelea es larga», señaló un allegado de Peña.
Macri piensa lo mismo. «No queremos que estas buenas noticias nos distraigan del largo plazo. No nos la tenemos que creer. Hay muchos temas complejos que resolver y no queremos desenfocarnos», aseguró un funcionario del entorno presidencial histórico.
La semana última se revelaron encuestas que indicaban un salto positivo en la imagen de Macri. Primera buena noticia en Olivos.
Luego de un mes de estar a la defensiva por la desaparición de Santiago Maldonado, el Gobierno logró imponer la agenda y la iniciativa política. Comenzó el juicio oral del ex ministro de Planificación, Julio De Vido, por la tragedia de Once. Podría terminar en prisión.
Se supo que el juez Claudio Bonadio podría pedir, luego de las elecciones, la detención de Cristina Kirchner por la causa de encubrimiento a la AMIA. Pasado mañana, Amado Boudou enfrentará el juicio oral por la causa Ciccone. En los próximos días podría quedar procesada la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anunció anteayer que la Policía Federal incorporó el avión secuestrado a Lázaro Báez.
Otros jueces elevaron anteayer a juicio oral las causas contra José López por los bolsos y contra Boudou por la compra de autos de alta gama. La justicia jujeña revocó la prisión domiciliaria de Milagro Sala.
También Macri celebró victorias en el combate a las mafias. El jefe de la Uocra de La Plata, Juan Pablo «el Pata» Medina, quedó detenido en un golpe fulminante a sectores marginales del PJ y del sindicalismo. Ese día, el líder de la Uocra nacional, Gerardo Martínez, tomó un café y habló de obras con el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich.
El mismo día, Macri se reconcilió con otro jefe sindical: José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) al inaugurar una planta de cloacas de AySA.
También en la semana cayó una banda de la policía bonaerense de La Matanza: un misil bajo la línea de flotación del jefe del PJ bonaerense, el matancero Fernando Espinoza. Las pesquisas por Medina y La Matanza comenzaron en febrero y debían terminar en forma sincronizada antes de las elecciones de octubre.
También en el narcotráfico Macri tuvo un trofeo. Cayó la banda que lavaba dinero en el Café de los Angelitos: seis detenidos que respondían al jefe colombiano José Piedrahita Ceballos, detenido en su país.
En ese contexto, se conocieron indicadores de crecimiento de la economía, empleo, industria, consumo y construcción. Además, bajó la pobreza a 28,6% en plena campaña y dos semanas antes de las elecciones se conocerá otra baja de inflación.
«Hay mucho entusiasmo. Aunque no existe relajamiento», dijo a LA NACION un funcionario. Macri lo confirmó: «Hemos bajado la pobreza, pero este camino recién comienza». Economía, mafias, corrupción y obras son los ejes de la campaña. Macri no descartó su reelección en 2019.
