El siempre atildado y prolijo jefe de Gabinete, Marcos Peña , experimentó un sorpresivo cambio de look que llamó la atención y motivó comentarios.
Durante toda la semana, Peña lució una incipiente barba, inédita desde sus inicios en la función pública, allá por 2003, cuando fue elegido legislador porteño con apenas 26 años.
El joven «cerebro» del Gobierno recibió las cargadas de algunos funcionarios, que llegaron a sospechar del consejo de algún asesor de imagen, e incluso de algún periodista, que se animó a ofrecerle una maquinita de afeitar a modo de broma.
El ministro, en tanto, se mostró sorprendido con el efecto de su cambio. «Tantas cosas que hacemos y ¿de qué hablan? De que me dejé la barba», bromeó. La pregunta ahora es si se la dejará de modo permanente.