El propietario del boliche de 7 entre 58 y 59 dijo que echó al empleado que frenó a clientes “mayores” / EL DIA
El dueño del bar señalado días atrás por distintos vecinos a raíz de prácticas “discriminatorias” se presentó en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo -Inadi- y dijo que no permitir el acceso al local de mayores de 40 años fue “un error” que cometió un trabajador (ya despedido), quien se habría basado al adoptar esa medida “en políticas del mismo tipo que se toman en otros espacios culturales y recreativos de la Ciudad”.
Este nuevo capítulo del caso considerado como un “acto discriminatorio” por varias personas a las que se le impidió el ingreso al bar, cervecería y pool de la calle 7 entre 58 y 59 en distintas oportunidades de este enero, tuvo lugar en las oficinas de la delegación del Inadi que funciona en el segundo piso del Pasaje Dardo Rocha. En el organismo, dos de los vecinos que no pudieron entrar al local porque se les frenó el paso en la puerta, habían presentado la denuncia formal de lo acontecido.
Adrián Morales -58- fue uno de los vecinos que expuso el caso en las oficinas del Inadi. Lo hizo luego de que intentara ingresar al bar céntrico junto a su hijo y no lo dejaran avanzar, primero porque solo se les permitía la entrada a “universitarios”, y luego, cuando el hombre aclaró que ambos eran “abogados universitarios”, con el argumento de que el boliche admitía nada más que a personas de entre “18 y 40 años”. Al enterarse sobre la presentación del propietario de la cervecería ante el organismo, el denunciante afirmó que “si se revierte la situación y se puede acceder al lugar, me parece bien lo que hizo el dueño, pero debiera hacerlo público, para que yo pueda tener la seguridad de que si vuelvo ahí con mi hijo nos dejan entrar”.
Barboza es el apellido del dueño del bar que se presentó por su propia voluntad en el Inadi, se informó oficialmente. El hombre, según se supo, reconoció como “excluyente” la medida de no dejar entrar al local a las personas cuya apariencia indicaba que habían pasado la edad de 40 años. Dijo en el organismo que se trató de “un error” de un trabajador que se basó “en políticas del mismo tipo que toman otros espacios culturales y recreativos de la Ciudad”.
Según se añadió, el propietario del boliche se presentó “solamente” para ponerse a disposición del procedimiento que lleva adelante en estos casos y advirtió a los empleados que lo atendieron en el organismo que no iba a ”prestarse al juego de los medios y las redes”.
Barboza justificó, por otra parte, el error cometido en su bar, al opinar que “una equivocación la tiene cualquiera, que la Selección Argentina perdió su primer partido y por ello no dejaron de alentarla”. Al mismo tiempo, lamentó que los casos difundidos por discriminación etaria tuvieran como consecuencia “escraches, amenazas de violencia e inclusive de muerte a través de las redes”.
Desde la delegación local de INADI se remarcó que “no consentimos la violencia, ni amenazas como forma de reparación de la práctica discriminatoria”.
Asimismo, se instó a quienes hayan experimentado situaciones de discriminación similares a las acontecidas en el bar del centro platense que se acerquen al organismo para presentar la denuncia, “la única forma -se subrayó- de atender los prejuicios que se asientan en nuestra cultura, y que dan lugar a estas prácticas”.
El Inadi, se recordó, no tiene potestad sancionatoria ni la facultad de aplicar multas. A partir de denuncias o de actuaciones de oficio realiza recomendaciones y emite dictámenes que no son vinculantes como herramienta judicial.
