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Messi, en pie de guerra

En un partido que resultó el fiel reflejo de la Copa América (expulsiones inentendibles, VAR a conveniencia y sospechado arbitraje), la Selección Argentina superó a Chile por 2 a 1 para subirse al podio de la competición que hoy definirán Brasil y Perú en el mítico Maracaná.

Sergio Agüero y Paulo Dybala, a los 12´ y a los 21´del PT, fueron los encargados de los gritos argentinos. Arturo Vidal, a los 14´del complemento, descontó para el conjunto trasandino tras un penal advertido selectivamente por el VAR. Previamente, a los 36´de la etapa inicial, Díaz De Vivar echó de manera increíble a Messi sin la utilización de la tecnología, por un encontronazo pergeñado por Gary Medel, quien debió ser el único expulsado del cruce.

UN PARTIDO HASTA EL MAMARRACHO

Desde el primer momento, Argentina se plantó en campo rival y dominó el trámite del juego. Con un Agüero muy activo y movedizo, al igual que Dybala, el punta del City fue el primero en avisar. Apenas seis minutos tardó. Un remate desde afuera del área salió cerca del palo derecho de Arias y resultó una premonición de lo que luego sucedería.

Sólo seis minutos más tarde, a los 12´, Messi fue más rápido que todos y aprovechó un tiro libre en la mitad de la cancha para poner a correr al “Kun”. Con un gran pase filtrado del “10” de Barcelona, el ex Independiente quedó mano a mano con el guardameta de Racing y puso de manifiesto su jerarquía: Arias en el camino y pase a la red para estampar el 1 a 0.

A partir de allí, el dominio nacional fue en ascenso y, luego de una buena salida a la presión ejercida por Chile, Messi tuvo el suyo, con otro intento que esta vez quedó en manos de Arias.

A los 22´, y con una seleccionado protagonista, otra gran asistencia permitió ampliar el margen. Lo Celso escaló por izquierda y encontró a un Dybala rápido, que aprovechó la lenta reacción del arquero rival para picar su definición y decretar el justo 2 a 0.

Con le ventaja y la tranquilidad a favor, Argentina siguió insistiendo dentro de un partido que lo tuvo como claro dominador.

Sin embargo, y como si se tratase de una “vendetta” por sus declaraciones tras el partido con Brasil, luego de un “encontronazo” con Gary Medel, en el que el chileno fue protagonista absoluto del mismo, el paraguayo Díaz De Vivar hizo injusticia por mano propia y envió a las duchas al trasandino mentor del mismo y a un Messi que fue testigo preferencial de las agresiones.

Con la insólita salomónica y silbidos desde los cuatro costados del estadio, el primer tiempo le bajó el telón a una buena producción nacional, manchada por factores externos al campo de juego.

Ya en el complemento, Chile se adelantó unos metros y fue con más ímpetu que juego. A partir de eso, el elenco de Rueda encontró algunos desequilibrios en la zona defensiva del equipo de Scaloni, una constante en toda la Copa América.

Con un combinado trasandino algo más protagonista, el DT argentino metió su inexperta mano en el equipo y sacó a Dybala (quien estaba jugando su mejor partido en la Mayor) y puso a Di María para apostar a la contra y los espacios.

Sin tanto que preocuparse en defensa, Chile se vio beneficiado por un VAR selectivo que puso el foco en una falta de Lo Celso a Charles Aránguiz, que Vidal cambió por gol a los 14´del ST.

El ingresado Di María tuvo una gran escalada por izquierda, y dejó a Agüero algo exigido ante Arias, pero el “Kun” no pudo definir bien y allí quedó el último intento nacional.

Los minutos se esfumaron y Argentina se quedó con el partido y un tercer puesto que sólo será recordado como el día en que (finalmente) explotó Messi.