Inicio Argentina ¡Millo, te espero en la Semi!

¡Millo, te espero en la Semi!

Boca semifinalista, y como lo cantó anoche la Bombonera antes de que la pelota comenzara a rodar, más que el clásico del domingo que viene por la quinta fecha de la Superliga, lo que interesa es otro cruce con River, esta vez en semifinales de la Copa Libertadores, que será posible si el conjunto de Nuñez define esta noche a su favor, en Asunción, la llave con Cerro Porteño de Paraguay, en la que lleva dos goles de ventaja.

El 3-0 conseguido por la formación Xeneize en los 2.850 metros de Quito, había adelantado el final en esta serie con Liga Deportiva de Ecuador, que anoche llegó a la Bombonera para despedirse de la competencia en los mejores términos, lo cual consiguió con el beneficio de haber tenido enfrente un rival conformado por los mismos apellidos (salvo el de Carlos Tevez por el lesionado Mauro Zárate), aunque teniendo la clasificación segura.

A partir de lo descripto, el empate sin goles de anoche terminó siendo poco menos que la puesta a punto del equipo de Gustavo Alfaro para el cruce del próximo domingo contra River, por la quinta fecha del campeonato oficial de Primera, y como lo pidió la gente en la previa, para lo que se imagina una súper revancha en semifinales.

La distancia de tres goles lograda la semana anterior en la altura le restó matices a este segundo encuentro en terreno boquense, y el trámite no tardó en mostrar que no había posibilidades para que la llave sufriera una modificación.

Una corrida de Ramón Ábila, que definió con zurdazo cruzado, y una aparición de Lisandro López, quien conectó de cabeza, libre, un tiro de esquina servido desde la derecha, ratificaron aquella superioridad exhibida por la escuadra boquense en la altura.

Una situación lógica, que de todos modos no consideró el entrenador de la escuadra Xeneize, quizás teniendo en cuenta la amargura que resultó quedar afuera de la Copa Argentina frente a Almagro en una eliminatoria que daba la sensación de no correr peligro.

SALVIO Y WANCHOPE, DOS BAJAS

Corriendo una serie de riesgos, Alfaro puso en cancha la mejor versión de su equipo, con lo cual expuso a Wanchope a una tercera amonestación que le costaría una fecha de suspensión y a todos a una posible lesión. A propósito de esto: Eduardo Salvio y el propio Ábila debieron ser reemplazados por lesiones musculares que pusieron en duda sus presencias el fin de semana en el Monumental.

No guardó nada, para asegurar el pasaje a semifinales, y dejó para el día después la conformación del equipo que el domingo se presentará en el Monumental, como visitante de River. Clásico esperado este que se viene, el cual de todas formas no se lo compara con lo que podría ser un par más, porque será de ida y vuelta, por la clasificación a la final de la Copa Libertadores.

MÁS DE LO MISMO

El segundo tiempo fue más de lo mismo, con una llegada a fondo de Boca, a los 11 minutos, vía el colombiano Villa, quien hizo explotar la pelota en el travesaño, y alguna salida de Liga, que dejó ver las mismas debilidades mostradas en su cancha.

Las bajas de Salvio y Wanchope complicaron el panorama, y adelantando el análisis de la inminente visita a River, el domingo a las 17, Alfaro dispuso el ingreso de Daniele De Rossi, el italiano que cerca estuvo de la apertura cuando fue a buscar un centro cruzado desde la derecha, un minuto después que Franco Soldano fallara desde posición favorable.

No se rompió el empate sin anotaciones, Boca aseguró el pasaje a semifinales de la Copa Libertadores, su gran obsesión, y a pesar de las bajas sufridas por lesiones, el partido del domingo a las 17 contra River será un nuevo desafío para una formación que, luego de superar el golpe que significó la eliminación de la Copa Argentina frente a Almagro, camina a paso firme en la Superliga y en la Copa Libertadores, certamen en el cual ya espera al ganador del cruce a cargo de Cerro Porteño y River.

Con el valor agregado de un arco que sumó 90 minutos más al largo invicto de Esteban Andrada, que da cuenta de cómo ha progresado la última línea de un Boca al que se le viene otra prueba de fuego.