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Mirtha, en La Plata “Va a ser un buen año, no tengo dudas”

Por MARÍA VIRGINIA BRUNO

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Que sí, que no. Lo digo, no lo digo… “No sé si vuelvo a la televisión”. Las palabras, como no podía ser de otra forma, son de Mirtha Legrand, la reina madre de la tevé argentina que ayer, en su paso por La Plata, puso en duda su continuidad en la pantalla chica, un formato en el que el año pasado celebró sus bodas de oro y a la que siempre amaga con abandonar pero a la que siempre sigue volviendo. Como Nietzsche y su eterno retorno.

La Chiqui fue, sin dudas, la gran protagonista del acto de inauguración del hotel que administra la cadena Álvarez Argüelles, una familia con la que mantiene una gran amistad. Sobre todo con María del Carmen y Claudia, madre e hija del clan hotelero, con quienes compartió la velada en el flamante recinto frente al Teatro Argentino, y que reunió a personalidades de la farándula (desde Fabián Medina Flores hasta Teresa Calandra), de la política (estuvieron la vicepresidenta Gabriela Michetti y el intendente Julio Garro, entre otros funcionarios), de las redes sociales, de la moda y de otros ámbitos locales.

Impecable y sonriente, la conductora arribó al centro neurálgico platense apenas pasadas las 19 junto a dos acompañantes en un auto de alta gama, luciendo uno de sus clásicos vestidos a la rodilla, blanco y con brillos. Se bajó del coche con lentes de sol, y con una chalina blanca en el cuello, y pronto estuvo lista para las fotos.

Con collar de perlas de doble vuelta y sandalias plateadas, caminó la alfombra roja especialmente montada para su arribo e ingresó al lobby del hotel con la música de su clásico programa sonando de fondo. Los aplausos fueron unánimes. La Chiqui era la reina del show.

Tras los flashes de rigor, y las fotos posadas, la animadora se ubicó en una mesita al costado del escenario en el que Teté Coustarot y Julián La Bruna animaron el evento. Aunque la presencia de Mirtha era más fuerte y se robó toda la atención: pronto, un desfile de personas, entre conocidos y cholulos, comenzaron a rodear a la diva, que, entre sonrisas delicadas, aceptó cada elogio, prefirió no dar besos y charló amablemente con quien se le acercara. Su fragancia a flores de primavera era irresistible.

“No sé si vuelvo a la tevé. No tengo fecha todavía. Todos los años digo ‘puede ser’. Pero… Ahora me estoy reponiendo”

Estaba contenta, aunque un poco cansada, según contó. Y rápidamente recordó su última visita a nuestra ciudad. “Hace muchísimo, muchísimo tiempo que no vengo a La Plata. La última vez, no recuerdo cuándo, vine a ver una ópera al Teatro Argentino”, manifestó, intentando dar con el título de la producción lírica. Aunque fue en vano.

“Tengo muchos amigos en esta ciudad, es una ciudad muy linda”, elogió a La Plata y contó sobre sus amistades locales: “Venía a la sedería de Cacho Delmar, ahí nos encontrábamos con el doctor Favaloro. Tengo los mejores recuerdos”.

Un poco inquieta por el sonido del grupo que musicalizaba en vivo (“es difícil charlar con este ruido”, se quejó con su sinceridad habitual), la abuela de Juana y Nacho Viale se mostró conforme con la última edición de verano de sus clásicas comidas televisadas desde el Costa Galana de Mar del Plata, de la que se despidió el domingo pasado.

“Venía a La Plata a la sedería de Cacho Delmar, ahí nos encontrábamos con el doctor Favaloro. Tengo los mejores recuerdos”

“Fue una buena temporada. Con mucho trabajo, pero bien. Muy agradable. Me gusta Mar del Plata, el contacto con el público. Los programas tuvieron mucho éxito”, remarcó la histórica conductora que sigue trabajando, lúcidamente, pasados ya los noventa (el sábado cumple 92), y quien días atrás contó uno de los secretos de su envidiable vitalidad: el “horrible” aceite de hígado de bacalao que le dieron de niña para engordar tras haber nacido con un kilo y medio.

Y en medio de estas extrañas, para ella, vacaciones, y quizás como parte de una cábala personal, la diva de los almuerzos frunció los labios y movió la cabeza en gesto de duda cuando se le consultó cuándo volverá a la señal del solcito. ¿Vuelve?

“No lo sé… No tengo fecha todavía. Todos los años digo ‘puede ser’. Pero… Ahora me estoy reponiendo”, respondió enigmática Mirtha, que está aprovechando estos días sin televisión para descansar, aunque a puro chat con sus amigos frecuentes, ya que se ha convertido en una adicta al WhatsApp.

Frente al año electoral que ya está en marcha, y tras haber dicho que “votaría otra vez a Macri con tal de que no vuelva el kirchnerismo”, Mirtha se tomó unos segundos para responder qué expectativas tenía para este 2019. “Va a ser un buen año, no tengo dudas”, cerró la Chiqui, una visita de lujo que le puso glamour a un martes asfixiante en la Ciudad.