Inicio Argentina No tuvo fútbol ni respuestas y recibió otro duro golpe

No tuvo fútbol ni respuestas y recibió otro duro golpe

Martín Cabrera

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Estudiantes pide a gritos que se termine esta Superliga. Ya se le acabaron las excusas a dirigentes, jugadores y cuerpo técnico. El equipo sigue cayendo en la tabla actual y cada vez ve con mayor preocupación la del Promedio 2019/20. Anoche fue superado por Argentinos Juniors 2-1 y su imagen fue tan pobre como ante Tigre el año pasado y San Martín de San Juan días atrás, dos rivales que, al igual que el Bicho, pelean por no descender.

El equipo sufrió en el primer tiempo y fue muy timorato en el complemento. El resultado no podía ser otro que el conseguido: derrota. Fue un merecido golpe que, además, desnudó los mismos problemas que arrastra desde hace unos meses. La dirigencia quiere sostener a Leandro Benítez hasta el final del torneo, pero los resultados y el rendimientos dicen otra cosa.

Quedan seis partidos en juego, entre ellos el clásico, y jugando como lo está haciendo, no podrá llegar muy lejos. Ya hipotecó las buenas campañas de años atrás y por eso lo espera un futuro agobiante y desconocido para este plantel, joven y descompensado.

Los primeros 20 minutos del Pincha fueron imperdonables. Fue superado táctica, anímica y futbolísticamente por un rival limitado que exprimió a fondo los serios problemas en la marca por las bandas y las desatenciones de los centrales, que se pasaron buena parte del partido tratando de ordenar que buscando sus marcas. Claro, Nicolás Bazzana no es lateral y Juani Díaz, que tampoco es marcador lateral, jugó anoche su segundo partido en Primera.

Esos problemas los aprovechó Argentinos, con las proyecciones de Elías Gómez y Gabriel Hauche por izquierda y Damián Battallini por derecha. Por allí le generó tantos problemas que pocas veces el equipo de Leandro Benítez estuvo cómodo y dio la seguridad de controlar las acciones del partido.

De una subida por derecha llegó el primer gol del partido. Battallini llegó al fondo y tiró un centro pasado, que sorprendió a Jonatan Schunke y Jara, pero que no encontró a Bazzana para la marca. El Pincha había quedado mal parado y a los 8 minutos Elías Gómez, de volea, marcó un golazo, el cuarto que hizo su equipo como local en toda la Superliga. Sí, el cuarto.

Sin marca en el medio, ni juego, Estudiantes siguió siendo un barco a la deriva. Le costó el partido a Nahuel Estévez, pero también a Manuel Castro y Enzo Kalinski, los únicos que podían generar algo en un equipo como el de anoche. Por momentos hasta mostró distracción y apatía.

Pudo aumentar el local con un par de cabezazos dentro del área, porque ese fue un aspecto del juego en donde sufrió muchísimo en todo el partido, ni siquiera con la solidez que suele darle Schunke.

Ya no piensa más en clasificar a la Copa Sudamericana y la continuidad de Benítez está en duda

El dominio empezó a aburrir al dueño de casa, que también sufrió el rigor físico de los primeros minutos. Entonces Estudiantes manejó la pelota, muy poco, pero llegó un par de veces hasta el arco de enfrente. Primero se lo erró Castro mano a mano con Lucas Chávez que salió rápido. En la jugada siguiente Lucas Albertengo se perdió un gol increíble, solo y sin marca: le pegó afuera del segundo palo.

La tercera fue la vencida para el Pincha, que se aprovechó de un mal despeje de Chávez sobre el salto de Albertengo. Nahuel Estévez la cabeceó al medio y allí el uruguayo ganó de alto para decretar el empate, con poco merecimiento pero con sabor a desahogo.

En el final del primer tiempo jugó los mejores pasajes del período. Pudo marcar el segundo gol con un cabezazo de Mariano Pavone. Esa imagen sirvió para olvidar todo lo malo que había hecho en los primeros 20 minutos, cuando realmente mostró una versión de las más feas en muchos años. Sí, a veces se puede se recurrente con ese comentario de buscar las malas, pero este equipo no parece mostrar una evolución y hace lo que puede partido a partido.

Sin marca en el medio, ni juego, Estudiantes siguió siendo un barco a la deriva

En el segundo tiempo Estudiantes volvió a darle la iniciativa a Argentinos. Se metió en su área y apostó a alguna contra para desnivelar. Y otra vez padeció la marca, ahora más pronunciado sobre el sector derecho de la defensa, donde Bazzana ni Estévez pudieron hacer pie. El Demonio Hauche hizo lo que quiso. De entrada definió de derecha, en el final no falló de cabeza.

Argentinos manejó la pelota con Mac Allister y siempre trató de llegar hasta Andújar con la pelota dominada o con alguna de las muchas pelotas paradas que tuvo a su favor, arma con la que asustó bastante.

¿Estudiantes? Tuvo una aproximación que pudo ser más clara de lo que resultó. Manuel Castro manejó mal la contra y tardó en darle el pase a Albertengo, que quedó en off side. Eran tres contra dos que desaprovechó el Pincha.

Cerca del final, ese equipo timorato, tibio y sin ideas se quedó con las manos vacías. Y fue justo, sin lugar a dudas. Toda la defensa hizo mal los relevos, por la izquierda llegaron dos jugadores, centro al medio y otra vez un centro al medio para que Hauche le ganara a Jara para anotar el segundo gol, el del triunfo para el local después de tantísimas fechas.

Estudiantes volvió a perder como visitante, ya no piensa más en clasificar a la Copa Sudamericana y la continuidad de Benítez está en duda. Se viene un cambio de timón, ahora, en un par de semanas o en un mes. Y si bien es el responsable que hoy da la cara, no es el único. El plantel necesita una renovación más rápida que lenta.