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Otro jubilado lucha por su vida tras ser golpeado brutalmente en una entradera

El delito volvió a presentarse con su peor cara, la más violenta y contra los más vulnerables, allí donde se entiende que está la seguridad cotidiana: la casa. Esta vez, en una entradera a plena luz del día, en Villa Castells, un hombre de 85 años que fue atacado por un ladrón, sufrió una grave herida en la cabeza por la que debió ser internado en el Hospital San Martín donde, al cierre de esta edición, permanecía en grave estado.

Según informaron fuentes de la Policía y la Justicia, el jueves por la mañana, el gasista jubilado Hugo Velazco fue abordado por un joven a metros de la puerta de su casa, en 9 entre 498 y 499, al descender de su automóvil. El ladrón lo amenazó con un arma y lo obligó a ingresar a la vivienda, donde estaba su esposa de 81 años.

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El objetivo era quitarles dinero y objetos de valor, pero la violencia precipitó un desenlace dramático. “Al parecer, se produjo un forcejeo que dio paso a un golpe del ladrón para el que usó el revólver con el que había amenazado a la víctima, quien cayó al piso y sufrió una herida en la cabeza”, indicó un investigador policial. Ante el cuadro, la mujer gritó con desesperación y el delincuente huyó sin lo que había ido a buscar. En minutos llegaron las patrullas de la Policía y una ambulancia trasladó al herido al Hospital. Durante la tarde de ayer ese centro de salud brindó un parte informativo en el cual se señala que “el paciente presenta un estado muy grave, con pronóstico reservado, por un traumatismo grave de cráneo con lesiones importantes”.

Durante la tarde de ayer, mientras los vecinos no ocultaban el estupor por la violencia, los familiares de Velazco aguardaban una mejoría en el San Martín.

En esas horas, se movía la investigación con la detención de dos hombres a unas diez cuadras de la casa del matrimonio asaltado, en 4 entre 493 y 494. Alrededor de 15, policías de cuatro dependencias se presentaron ante una cuadrilla de operarios de la Cooperativa municipal de Villa Castells, que presta servicios de mantenimiento de zanjas, y arrestaron a dos de sus integrantes, de 35 y 21 años respectivamente. Según la Policía, ambos tienen un “frondoso” prontuario con antecedentes penales. Uno de ellos, el mayor, estaba a cargo del grupo de unas diez personas, equipado con herramientas y una máquina vial.

Ese paso de especial gravitación para esclarecer el delito, según los policías y funcionarios de la UFI Nº 11, a cargo del fiscal Álvaro Garganta, estuvo amenazado por un acto que dejó atónitos a los investigadores. Personas vinculadas a los sospechosos, intentaron detener a la patrulla que los trasladaba, cuando circulaba por Camino Centenario. En otro auto, se pusieron por delante del móvil con intención de impedirle seguir, pero no lo lograron. Nuevamente intentaron liberarlos frente a la comisaría segunda. Allí fueron reducidos por efectivos de civil que acompañaban al móvil de la Policía y también quedaron detenidos en esa seccional.

UN BARRIO CONMOCIONADO

El terrible intento de asalto en la vivienda del matrimonio de jubilados caló hondo en el ánimo de los vecinos, según pudo constatar en la tarde de ayer este diario.

Varios frentistas consultados coincidieron en señalar a los Velazco como una pareja “de toda la vida en Villa Castells”.

Ese factor y el inexplicable grado de violencia que un delincuente descargó al jubilado de 85 años, se conjugaron para generar la conmoción que se palpaba con sólo cruzar unas pocas palabras.

Todavía más golpeó el caso entre quienes fueron testigos del desesperado pedido de ayuda que la esposa de la víctima solicitó a los gritos. Fue unos instantes después que el autor del sangriento asalto huyera de la zona con un cómplice que lo esperó afuera en una moto, según los vecinos e investigadores.

“Escuchamos los gritos de la esposa pidiendo desesperada una ambulancia. Fue tremendo lo que pasó”

Ernesto Sagorak (67)
Vecino del matrimonio

Uno de los frentistas, Ernesto Sagorak (67), le contó a este diario que “escuchamos todos los gritos de la señora. Fue tremendo. Pedía por favor que se llame a una ambulancia. Llegó, lo subieron y ella se fue con el marido hacia el hospital”.

El hombre estimó que este dramático hecho de inseguridad “fue cerca de las 9 de la mañana” del jueves.

Sobre el hombre golpeado y asaltado, dijo saber que “en el barrio conocemos que trabajó siempre de gasista. Inclusive, en la revista de publicaciones de avisos que circula en esta zona, todavía figura el suyo”.

También mencionó que “con mi familia vinimos a vivir a este barrio en 1971. Hugo y su mujer ya hacía varios años que estaban radicados acá. Es gente de toda la vida en este lugar”.

Cristian (22), uno de los albañiles en una construcción situada enfrente de la casa del asalto, expresó su tristeza por lo ocurrido debido a que “esto le pasó a un buen hombre, que al vernos enseguida nos saludaba”.

El joven manifestó su asombro porque la inseguridad pegó duro “en este barrio que es muy tranquilo”.

“Vimos salir de la casa a un muchacho que tenía un revólver en la mano. Entonces, apareció en moto, avanzando despacito un tipo que se notaba que era de más edad que el que andaba armado”, dijo. A los asaltantes poco les importó exponerse a ser vistos por testigos en ese enclave de Villa Castells -a una cinco cuadras de la estación del ferrocarril- con una singular presencia de chalets de mediados del siglo pasado y casas de diseño contemporáneo.