Inicio Argentina Otro millonario robo “con dato”, ahora en Berisso: en minutos se llevaron...

Otro millonario robo “con dato”, ahora en Berisso: en minutos se llevaron “años de sacrificio”

Otro millonario robo “con dato”, ahora en Berisso: en minutos se llevaron “años de sacrificio”

8, entre 136 y 137, el lugar donde se ejecutó el millonario robo /R. Acosta

Una seguidilla de atracos millonarios viene asolando la Región desde hace al menos una semana. Todo comenzó el domingo de Pascuas, cuando se conoció que de la caja fuerte de una agencia de viajes de Villa Elisa sacaron 15 mil dólares.

Unos días más tarde, un médico de Berisso sufrió los embates de la delincuencia en su propia vivienda de la que se llevaron un cuantioso botín de 5 mil dólares.

La misma suerte corrió el pasado fin de semana un matrimonio de jubilados de City Bell a los que, previo corte del servicio de Internet, le abrieron la caja fuerte y le sacaron una suma superior a los 3 mil dólares.

Más allá del monto del botín, todos estos golpes parecen guardar un denominador común: la planificación a partir de información altamente calificada.

En el caso del agente de viajes el golpe parece haberse fraguado en torno al dato de que su propietario se encontraría de viaje por varios días.

En cuanto al médico, los investigadores casi dan por descontado que los ladrones que lo abordaron conocían al pie de la letra sus movimientos.

Y en lo que respecta a los jubilados, todo apunta a que el golpe se montó sobre la base de que el dueño de casa estaría en la ciudad de Buenos Aires sometiéndose a una intervención quirúrgica.

De forma ineludible, este tipo de situaciones conducen a pensar dónde se encuentra el límite de lo que se debe contar y lo que se debe reservar.

Por lo menos así lo planteó ayer a este diario un comerciante de Berisso que en las últimas horas se convirtió en víctima de otro millonario robo que, según sus propias conclusiones, “tiene toda la pinta” de haber sido pergeñado con alto grado de detalle.

Quizás exultantes por lo que se sentía casi como un logro, el hombre cree que tanto él como su esposa no midieron a quien revelaron la información de que habían conseguido vender su camioneta y que se preparaban para adquirir otra. Todo apunta a que este dato llegó a oídos de una persona sin escrúpulos que decidió accionar para apoderarse de la suma que acababan de percibir por la transferencia de su vehículo.

“Estamos todos muy nerviosos por lo que pasó. Mi esposa se encuentra ahora en la comisaría haciendo las diligencias. Es un golpe durísimo porque son años de esfuerzo y sacrificio. Hace tiempo estábamos esperando vender”, indicó la víctima que pidió mantener su identidad a resguardo por temor a represalias.

“Pienso a quién pude haberle contado esto y la verdad no se me ocurre un sospechoso. Pero los tipos llegaron acá pidiendo plata. ‘Dónde está la plata’, decían. Quiere decir que sabían que en esta casa teníamos dinero. No es que se llevaron la recaudación del negocio. Vinieron a buscar algo concreto”, concluyó el hombre visiblemente afectado por el hecho.

Los hechos tuvieron lugar ayer por la mañana en una despensa conectada con la casa de los damnificados, ubicada en calle 8, entre 136 y 137.

“En el barrio es sabido que de noche las calles de la zona están plagadas de malandras. No se sale. A mis chicos no los dejo salir. A la mañana, cuando las tinieblas ceden, se puede vivir con un poco de normalidad. Pero con esto que pasó ya no queda horario que sea seguro”, opinó un vecino de la cuadra.

Quizás por esta especie de norma, la dueña del negocio jamás imaginó que estar limpiando su vereda con la puerta de su negocio abierta le iba a terminar costando tan caro.

“Nosotros siempre atendemos por la ventanita. Rara vez le abrimos a los clientes. Mucho menos a la gente que no conocemos. Yo no sé qué le pasó a mi esposa. Creo que estaba limpiando. Aún no lo tengo claro”, destacó el damnificado.

Los sujetos no se anduvieron con rodeos. Luego de estacionar la moto azul de 110 cc en la vereda, el acompañante descendió de la unidad, entró al local y, con un arma en la mano, expuso de forma inmediata a la víctima cuáles eran sus intenciones.

“’Sabemos que tenés plata así que hablá. Dónde la tenés’, le dijo a mi esposa el tipo que entró. Según ella era un tipo robusto y alto que andaba con un camperón azul”, indicó.

Tras asegurar el lugar, el secuaz que se encontraba afuera haciendo las veces de campana ingresó con un balde de albañil en la mano.

Las víctimas asumen que este objeto pudo haber formado parte de una puesta en escena para no despertar sospechas en el barrio.

Una vez que cerraron la puerta, a la mujer no le quedó otra opción que ponerse bajo las órdenes de los dos hampones armados.

Como le estaban pidiendo plata, la mujer ofreció la totalidad de los billetes que tenía en la caja. Pero al ver la suma, los sujetos lanzaron la frase que confirma que no se trataba de una maniobra improvisada.

“Venimos a buscar la plata. Vos sabés de lo que te hablo”, la apuraron los malvivientes. Fue así que la obligaron a entrar a su vivienda y allí el interrogatorio se tornó más feroz.

El contexto de estar siendo superada en número y en fuerza, su nena en su habitación y dos armas apuntando hacia su humanidad doblegaron la voluntad de esta mujer que muy a su pesar debió entregar el esfuerzo y el sacrificio de tantos años.

Con un total de un millón de pesos en su poder, los malvivientes decidieron coronar su acto de maldad propinándole un golpe en el rostro y advirtiéndole que debía permanecer en silencio mientras huían. No registraron nada más. Simplemente abandonaron la escena dejando en el mostrador el balde de albañil, una prueba que podría llegar a ser determinante para lo que suceda en la investigación en las próximas horas.