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Pecados de juventud

El buen semestre tanto en el certamen doméstico como en la Copa Libertadores le permitió al Pincha afrontar el encuentro de ayer con Vélez sin ningún tipo de presión. Y ya clasificado a instancia de octavos de final de la Libertadores, Ricardo Zielinski optó por un once plenamente alternativo, el cual le permitiera seguir sacando conclusiones de cara a lo que vendrá.

Así aparecieron desde el arranque, al igual que ante Central por aquella última fecha de la Copa de la Liga, nombres como Pourtau, Beltrán, Kociubinski, Núñez, Valdez, Toledo, Piñeiro, Lattanzio, Marinelli y Orosco, habituales alternativas en el León.

Y lo cierto es que ante climas contrapuestos, con Vélez obligado a ganar por una buena diferencia para intentar seguir con vida en la Copa, y Estudiantes afrontando el cruce como una oportunidad, el Pincha mostró mucha mejor cara que ante el Canalla en Rosario semanas atrás.

La movilidad de Orosco, Marinelli y de Lattanzio en zona ofensiva representó un problema inicial para un Fortín que tardó en encontrarlos y que estuvo cerca de sufrir un gol que hubiera caído como un baldazo de agua fría dentro de la fría noche de ayer en Liniers.

Los de Julio Vaccari, obligados por la circunstancia, respondieron rápidamente desde la pelota quieta con gran cabezazo que encontró mejor respuesta de Pourtau dentro de un primer tiempo muy entretenido, prácticamente sin medio campo.

Y así, impulsado por el contexto, el Fortín le sacó provecho a la primera distracción del fondo Pincha.

A los 22m, Máximo Perrone puso a correr a Lucas Janson con un pase cruzado y filtrado entre Pourtau y Beltrán, y el delantero, más rápido y atento que ambos, llegó primero para definir por debajo de la humanidad del golero albirrojo, ayer capitán: 1-0 en un cuarto de hora y a volver a empezar.

A partir de la desventaja, el Pincha se desdibujó y perdió totalmente la frescura de los minutos iniciales, pese a algún remate aislado de Orosco, de los que más buscó en el León.

Como contrapartida, Vélez se envalentonó ante la obligación de tener que meter más goles y fue con mayor decisión al arco visitante, sin demasiada fortuna.

Sin embargo, y al igual que en el 1-0, los de Vaccari volvieron a aprovechar un grosero error individual que terminó de quebrar el encuentro.

A falta de un minuto para el cierre de la etapa inicial, Kociubinski se confió en las condiciones que tiene y que ha demostrado, y calculó muy mal una pelota aérea. El pique lo dejó en evidencia y Janson, acostumbrado a meterla contra Estudiantes, lo hizo de nuevo: definición al palo izquierdo de un vencido y sorprendido Pourtau para el 2-0.

Un Vélez sin mucho brillo, que por momentos dejó en claro las razones de su mal pasar en la Copa de la Liga Profesional y por qué también llegó con la soga al cuello a la última fecha de la fase de grupos de la Copa Libertadores, aprovechó dos quedos muy pronunciados de un Estudiantes que en su versión original no suele tenerlos. Y si los tiene, los compensa con el poder de fuego de los delanteros, algo que el muletto no ostenta. Distracciones y pecados de juventud, cuestiones que el máximo nivel del fútbol argentino no perdona, independientemente de quién esté enfrente.

A diferencia del inicio del partido, el complemento no comenzó nada bien para el Pincha y el Fortín estuvo a escasos centímetros de aumentar la ventaja.

Ante esto, Zielinski movió rápido el banco y en apenas ocho minutos de la segunda parte dejaron la cancha Lattanzio y Toledo para que ingresaran Franco Zapiola y Aaron Spetale. Minutos más tarde le llegó el turno a Nicolás Palavecino, quien ingresó por Marinelli a los 18 buscando alguien que se hiciera de la pelota en el León y que conectara líneas con los delanteros, muy aislados ante un local que hizo lo que quiso por los laterales, tanto con Orellano como con Janson.

Lo cierto es que con la nueva estructura, con un 9 de referencia, un socio para Orosco como el mencionado correntino, quien en cuestión de días se irá a jugar el torneo de Toulon con la Sub 20 de Mascherano, y Zapiola haciendo la banda por la derecha, el Pincha levantó unos minutos. Pero, al igual que en su peor momento del primer tiempo, otra distracción le significó sacar del medio.

EL COMENTARIO FINAL DESDE EL AMALFINATI

ASÍ FUE LA PREVIA DESDE LINIERS

A los 27, Lucas Pratto durmió a toda la defensa visitante. Se combinó con Joel Soñora, quien le devolvió la pared sobre el sector derecho y el Oso, que ingresó sin ningún tipo de problemas, definió alto y cruzado ante un Pourtau que nada pudo hacer. Ahora sí, con poco menos de 20 minutos por jugar, el partido ya entraba en un terreno imposible de remontar para los de Zielinski. Para colmo de males, instantes después Bruno Valdez fue expulsado por ver la segunda tarjeta amarilla, producto de una noche que comenzó de manera prolija y terminó cargada de impotencia.

El 4-0 de Alesio Osorio terminó por decorar una goleada que aparecía como algo muy lejano al momento del pitazo inicial del chileno Nicolás Gamboa.

Lo cierto es que a partir de sus errores propios, producto quizás de la inexperiencia y de la juventud, el Pincha le facilitó el camino a un Vélez que necesitaba de muchas cosas para clasificarse ala próxima instancia de la Copa Libertadores. Instancia en la que Estudiantes ya está, pero no por lo hecho ayer.

Ahora será momento de atravesar el mercado de pases y todo lo que ello conlleva, para así rearmar un plantel albirrojo que le apunta a la triple competencia en lo que queda del año.

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El Pincha cerró el grupo C de la Copa Libertadores como líder, con 13 unidades

Dos errores propios abrieron un encuentro que el Pincha venía manejando bien