PINAMAR.- Habrá que olvidarse y para siempre de las huellas de neumáticos sobre la arena húmeda. O de pisar el acelerador para cruzar el distrito de punta a punta con el mar a un lado y del otro la postal que alterna dunas, balnearios, edificios y hoteles. Con flamante ordenanza y controles más estrictos, a partir de esta temporada se limita en Pinamar la circulación de todo vehículo motorizado por las playas. Solo se reserva tres zonas habilitadas que, por ejemplo, permiten llegar hasta los paradores más extremos, aquellos a los que solo se accede con doble tracción.
Carteles y campañas de difusión empiezan a advertir a la comunidad de vecinos y turistas que hace tiempo han incorporado motos y –cada vez más- cuatriciclos a su estilo de vida cotidiano por esta zona. “Va a significar y requerir también un cambio cultural en la comunidad de Pinamar”, admite el secretario de Seguridad del municipio, Matías Yeannes, al reconocer que en el distrito y durante las últimas décadas creció este perfil del parque automotor que incluso ganó espacio en el casco urbano.
Un relevamiento realizado durante el último verano permitió estimar que unos 3000 cuatriciclos y UTV –un formato avanzado con dos o cuatro butacas, cinturones de seguridad, jaula antivuelco, techo y motores muy potentes- circulan a diario por calles y playas pinamarenses.
La ordenanza 4794 más el decreto 3215, con alcance durante las 24 horas de los 365 días del año, prohíben la circulación vehicular en el frente denominado Pinamar Norte que se extiende desde el parador “El más allá” hasta el céntrico muelle de pesca. El segundo tramo preservado, Pinamar Sur, abarca Ostende y Valeria del Mar, desde la altura de la proyección virtual de calle Simbad El Marino hasta Corbeta Halcón. Y en Cariló el territorio vedado se segmenta en dos: una parte cubre la zona hotelera que va desde Lambertiana hasta Álamo y, hacia el Sur, otra franja desde calle Águila Norte hasta Benteveo.
Las bajadas habilitadas permitirán el ingreso de vehículos a velocidad moderada y con límites bien determinados. Divididos en tres tramos, las áreas permitidas tienen entre 2500 y 3000 metros lineales cada una y marcan límites bien claros: al Oeste, una empalizada que impide circular entre los médanos linderos. Hacia el Este, no se puede ir más allá del mojón límite que representan las cabinas y tarimas de los guardavidas. Allí estará también señalizado el sector de estacionamiento.
“La gente está empezando a entender y comprender cómo y dónde se puede circular en la playa”, detalló Yeannes, que contempla inspectores municipales y personal policial para que se cumpla con lo normado. “Eso de llegar hasta la orilla del agua con las camionetas ya no se podrá hacer”, dejó en claro. Más allá del ritmo de mareas, aun donde se permite acceso vehicular quedarán libres de automotores unos 40 metros de playa.
La aventura deportiva y extrema, que tanto comparten los fanáticos del motocross, cuatriciclos y ahora los UTV, se deberá buscar en predios privados, unos 25 kilómetros cuadrados donde el control municipal no solo se dificulta sino que se hace casi imposible por las características topográficas. En una de esas reservas se mató hace pocos días un joven marplatense, que golpeó con el pecho contra su cuatriciclo cuando saltó un médano “cortado”.
En las áreas permitidas tendrán continuidad los servicios de alquiler de cuatriciclos, otro clásico de estas playas que cada vez tiene menos oferta porque cada vez son más los habitués que eligen tener su propio vehículo para divertirse e incluso para moverse dentro de la ciudad.
Multas
Las infracciones por incumplir la nueva ordenanza golpearán fuerte a cualquier presupuesto de vacaciones. La multa inicial es de 25000 pesos, a lo que se podrían sumar otros cargos si hay faltantes de documentación más el costo del acarreo y estadía del vehículo si resultó secuestrado.
Aquí empiezan a llegar unos 1400 policías como parte del Operativo Sol de seguridad en playas, efectivos que junto a personal del área municipal tendrán la responsabilidad de hacer cumplir la flamante normativa.
Todos los vehículos deberán tener en regla tarjeta verde y seguro, más licencia habilitante y vigente del conductor. En motos, cuatriciclos y UTV también se exige casco para conductor y acompañante y, para estos últimos, también cinturones de seguridad.
Considerados seguros para sus ocupantes, los UTV se convirtieron en un riesgo para terceros ya que alcanzan altas velocidades y tienen una excelente performance en territorios complicados, como podrían ser las dunas pinamarenses. Ahora en la playa tendrán que circular “a velocidad moderada”, según fija la ordenanza.
El otro frente que aún tiene historia abierta es el masivo despliegue de estos vehículos en las calles de las distintas localidades del distrito. Cuatriciclos, UTV´s y motos de enduro son protagonistas cotidianos del tránsito urbano aunque las leyes vigentes no los habilitan.
“En teoría no se puede”, admite Yeannes, ya que la ley permite circulación de vehículos homologados y aun no hace lugar a estos otros que son de categoría “off road”, con ausencia de equipamiento esencial como espejos retrovisores y luces de giro entre otros elementos.
Considera el funcionario que este tema en particular reclama un debate amplio en PInamar y varias localidades de la zona que afrontan la misma problemática. Y cree que se pueden alcanzar soluciones como otras en otras localidades que incorporaron a estos vehículos con cumplimiento de determinados requisitos.
Pablo Fappiano, director provincial de Seguridad Vial, dijo a La Nación que se está trabajando en ajustes en la ley de tránsito bonaerense para dar respuestas a estos casos. “Tener licencia de conducir no permite circular con cualquier cosa”, aclaró. De esta regulación surgirá si los cuatriciclos pueden ser urbanos y, además, si se permite o no circular con acompañante.