en los consultorios, el bono puede sumarse al costo de la visita / archivo
En la Región, se sabe, desde hace unos meses algunos médicos cobran por las consultas, además de lo que perciben por las obras sociales y los sistemas de salud prepagos, un Bono de Ejercicio Profesional (BEP) que puede llegar a costar hasta 4.000 pesos. Al mismo tiempo, crecen en las asociaciones de defensa del consumidor las quejas por ese plus y, sobre todo, porque en muchos casos no se recibe factura por la erogación, lo que hace que la seguridad social se niegue al reintegro.
El BEP es el bono que pagan afiliados de obras sociales y de prepagas a algunos médicos particulares, según lo dispuesto por sociedades científicas (conformadas por especialidades médicas) de La Plata, Berisso y Ensenada. Ese adicional (se abona aparte de, por caso, los montos diferenciados que correspondan a la categoría del profesional) originó, de entrada, la objeción de pacientes, ya que se sienten obligados a agregar ese costo a la consulta.
No cobran todos los profesionales ese bono y sólo lo hacen aquellos que atienden en consultorios propios, pues en las clínicas y sanatorios no hay que pagarlo.
“La última vez que fui a la cardióloga me cobró 3.000 pesos, aunque pago una prepaga nada barata”, comentó Daniel González, de 57 años. Y agregó: “Di mil vueltas antes de encontrar un profesional que llevara bien mi cuadro, ¿Y qué iba a hacer? ¿Iba a seguir buscando médico? Terminé aceptando ese cobro aunque la prepaga me sale mucha plata por mes”.
Fuentes médicas señalaron que más allá de ese bono, dentro de algunas especialidades se cobra un gasto extra, que es el de los materiales descartables que se utilizan en las prácticas. Por ejemplo, ginecológicas o dermatológicas. “Eso se cobra aparte”, aseveraron.
Distintas sociedades médicas del país comenzaron a cobrar desde principios de octubre pasado un valor mínimo en el servicio médico del sistema privado de salud que parte desde los 6.000 pesos. En la Plata, Berisso y Ensenada no se sumaron a esa medida porque ya se estaba implementando el BEP.
Al “Honorario médico ético mínimo” adhirieron unas treinta asociaciones médicas del país. Aunque establecieron 6.000 pesos para ese bono se aclaró oportunamente que se trata de un precio de referencia y en la práctica cada médico puede establecer el valor de su servicio y cobrar el copago que determine.
Fuentes médicas de esta región explicaron que el bono se cobra en los consultorios particulares de La Plata, Berisso y Ensenada porque ese espacio de atención requiere de mayores gastos que los que ofrecen los sanatorios. Pero también muchos médicos lo hacen porque las obras sociales les pagan entre 60 y 90 días en medio de un fuerte escenario inflacionario.
Según los profesionales que lo impulsaron, el BEP tiene carácter voluntario, por lo que decide el paciente si lo paga o no. Sin embargo, a los usuarios del sistema de salud que se encuentran con ese bono antes de ingresar a la consulta les resulta difícil no pagarlo, más si le une una confianza al profesional. Por otra parte, se han presentado casos en que no se les dice explícitamente que pueden no hacerse cargo de ese extra. “Casi nunca se menciona el carácter voluntario”, comentó una paciente después de asistir a un consultorio céntrico.
Bioquímicos sin extras
En cambio, no es el caso en la red de prestaciones de análisis clínicos. Y es que la Federación Bioquímica de la Provincia de Buenos Aires (FABA), según afirmaron sus dirigentes, no cobra en la Región ningún extra a pacientes por obras sociales o prepagas. Es más, hasta hace unos días los afiliados al IOMA debían abonar un diferenciado de 200 pesos, pero por un acuerdo con el Instituto ya no percibe el sector ese adicional.