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Se conocieron detalles del abuso sufrido por una joven que denuncia a un funcionario de Ensenada

La semana pasada, un abogado que estaba a cargo de una Oficina de Género que funciona en una dependencia municipal de la Dirección de Derechos Humanos de la localidad de Ensenada fue denunciado penalmente acusado de abusar sexualmente de la hija de su pareja. 

La denuncia la realizó el hermano de la mamá de la chica de 15 años y quien además también acusa a la madre por ser cómplice de la situación. La misma se realizó en la DDI La Plata y tomó intervención la UFI Nº 3 a cargo de Marcelo Martini. 

Mientras el caso avanza en la Justicia, en las últimas horas se conoció el contenido de un audio en el que la víctima relata los padecimientos que sufrió desde que es muy pequeña.

A los cuatro a cinco años, según recuerda, el hombre la encerraba y obligaba a hacer pis y tomarlo. “Me acuerdo que también una vez estaba comiendo un arroz y me llevó al baño. Agarró su excremento y lo puso en mi plato. Me obligó a comerme el arroz con su caca y si vomitaba, me tenía que comer lo que vomité. Era muy feo», detalla.

Luego, relata que a sus 12 años, el acusado intentó violarla por primera vez. «Ese día me escapé de mi casa no quería volver. Mi mamá tampoco me creía. Me maltrataba”.

La víctima, que hoy tiene 15 años, asegura también en el registro que quiso quitarse la vida varias veces desde los 10 años. “A esa edad intenté clavarme un cuchillo en la panza. A los once, intenté cortarme las venas. A los 12, me tiré por la escalera pero no me pasó nada. A los 13 me empecé a cortar los brazos. Todavía tengo marcas. A los 14 me volví a cortar los brazos. Y este año me tomé 30 pastillas. No me quería despertar nunca más”, enumera con angustia.

Finalmente, la adolescente dice que su mamá nunca le creyó. “En 5° grado le conté a la psicopedagoga del colegio y me creyó. Hablamos con mi mamá y ella me trató de mentirosa. Me mandaba al psiquiatra para que me medicaran. Tomaba siete pastillas por día, entre ellas una muy fuerte que es para personas que hacen convulsiones. Yo no era epiléptica. Vivía durmiendo».