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Sin controles, el tránsito pesado invade y complica aún más los accesos a La Plata

El paso de los camiones por itinerarios indebidos (vías de nuestra ciudad que no están contempladas en las regulaciones sobre el tránsito pesado) son la pesadilla para los vecinos que viven en zonas donde, aunque no está permitido, esos inmensos volúmenes vehiculares circulan.

Muchas son las consecuencias -y de ahí la imposición de las normativas- del ingreso y egreso del transporte de carga en los centros urbanos: los pavimentos se rompen y se llenan de baches; las viviendas acusan el impacto de las vibraciones que provocan taras que superan las cuatro toneladas; y el caos vial se adueña de esas calles.

Desde 2000 (cuando se dictaminó la última resolución de Transporte de la Provincia) se encuentra restringida la circulación de camiones por el camino Belgrano desde la calle 511 hasta el cruce Juan María Gutiérrez (Berazategui); por el camino centenario entre el cruce Gutiérrez y la calle 511; por la avenida 520 entre 143 y la ruta 2; y por la avenida 66 entre la 143 y la ruta 36. Sin embargo, de acuerdo a las denuncias constantes de los vecinos, una gran cantidad de tránsito pesado atraviesa esos sectores de ruta prohibidos para el autotransporte de carga.

En rigor, existe un circuito trazado para el ingreso y egreso de camiones. Es por la ruta 215 que luego se transforma en avenida 44; por allí hasta 143, donde se tiene que girar hacia la izquierda para llegar a 520; por esa traza se debe ir hasta a 120, y en 43 y 122 tomar hacia Ensenada. El diagrama fue especialmente elaborado para encauzar el transporte de carga pesada que van al Polo Petroquímico.

Las quejas vecinales se registran tanto en la periferia platense como en el casco urbano. Tolosa -especialmente de 522 a 520 y de 1 a 3- es una de las zonas más castigadas en ese sentido. También sufren las consecuencias del tránsito pesado que circula en forma irregular el barrio Hipódromo, los sectores aledaños a la avenida 520, y los caminos Centenario y Belgrano. No zafan las avenidas 32 y 44 entre 131 y 19. Todos son zonas vedadas por la normas vigentes al paso de camiones.

Proyectan renovar el diagrama de los lugares por los que podrán circular los camiones

Otro corredor conflictivo es el bulevar 83 entre las diagonales 74 y 80, desde donde suelen reclamar los vecinos por el paso incesante de camiones que “destruyen el asfalto”.

El problema no radica sólo en el desgaste de la cinta asfáltica y los inconvenientes que ese volumen vehicular causa a los vecinos y sus viviendas. También es cierto que semejante tamaño de unidad de transporte, difícil de maniobrar, pone en riesgo al resto del tránsito. Los especialistas señalan que con un exceso de la carga “el comportamiento dinámico del vehículo cambia por lo tanto la reacción de los frenos y la dirección se ve perturbada pudiendo ocasionar potenciales accidentes”.

Las excepciones

De acuerdo a las disposiciones, las únicas unidades de transporte que pueden transitar libremente por cualquier calle de la Ciudad son las que no superan las cuatro toneladas, un peso que se debe considerar en su totalidad al momento de la circulación, carga incluida o no, ya que lo que se controla es la presión que transmite la unidad a la calzada.

Como hay mercadería que debe ingresar de algún modo al casco urbano platense existen algunas excepciones a esa regla. Así, se autoriza la circulación de vehículos de gran porte cuando “exista una necesidad debidamente justificada”. Se trata, por lo general, de los casos en que esos camiones deben ir hasta los domicilios particulares y/o comerciales de quienes los conducen o para abastecer a diversos tipos de comercios que se encuentran emplazados en lugares a los que se accede a través de los tramos de las rutas con tránsito restringido, sin la posibilidad de contar con una vía alternativa.

Incorporarán balanzas

En el Municipio se reconoce que los controles en los accesos para evitar el ingreso de vehículos de gran porte a los sectores en que ese tipo de tránsito está restringido no son los suficientes, a la vez que admite la falta de balanzas que pesen las taras de los camiones en determinados puntos de las rutas, como ocurre en numerosos distritos de la Provincia y del país.

Los planes de operativos de control del tránsito pesado se proyectan a la puesta en marcha del Código de Convivencia que se analiza en el Concejo Deliberante. “Con esa herramienta vamos a empezar a diagramar los lugares por donde van a poder circular los camiones, con un sector de transferencia para los vehículos de carga de menor porte que van a poder ingresar a la Ciudad y un sistema de balanzas móviles para pesar las unidades”, anticipó el secretario de Convivencia y Control Ciudadano, Roberto Di Grazia.

Según el diagnóstico del funcionario, el auge de la construcción que se ha dado en los últimos años, ha contribuido en la abundancia de camiones en los accesos de la Ciudad, tanto de aquellos con carga de materiales como los hormigoneros. “El barrio de Villa Castells, en Gonnet, es un ejemplo. Rompieron todas las calles”, dijo Di Grazia.