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Tolosa, el día después del horror

Los ecos por el brutal crimen de Ciro Peñalba a sus 10 años de edad y el ataque a balazos a su mamá Soledad Marcos, de 32, por parte de su ex pareja Juan Chirino, quien se atrincheró por casi nueve horas hasta finalmente se quitó la vida de un disparo en la cabeza, daban hoy un manto de luto y estupor al barrio de Tolosa en donde se sucedieron los episodios.

Esta mañana, cuando apenas habían pasado 24 horas de la sangrienta secuencia, la cuadra donde se encuentra la casa de Soledad Marcos, en 116 entre 529 y 530, había recuperado su fisonomía de barrio urbano y tranquilo y los vecinos de a poco volvían a transitar las veredas semidesiertas en las que habitualmente -sostienen- se escucha apenas el ruido de los vehículos.

Rubel Alvariño es uno de los vecinos que conoce a las víctimas del ataque y graficó la atmósfera de dolor que presenta que el barrio. «El barrio es un caos y nadie sale del estupor», afirmó. «Me enteré que le dio dieciséis puñaladas, eso no es un ser humano, pegarle a un angelito dieciséis puñaladas es de cobarde y de loco porque una persona sensata no hace semejante barbaridad, más con una criatura de 10 años que yo conocía».

«La chica es de una familia maravillosa que acá en el barrio la quiere todo el mundo, es muy buena. Yo la veía a la mañana cuando llevaba los nenes al colegio y cuando lo iba a buscar», recordó Alvariño.

Sin poder creer lo ocurrido, el vecino contó que «lo que me llama la atención que los veía en todas partes, eso me llama la atención, que se le haya desprendido la chaveta. Yo quedé muy conmocionado, soy abuelo».

Por su parte, Nicolás, otro de los vecinos conmocionado por lo ocurrido comentó que «es algo que está ocurriendo en cada barrio del país que es algo habitual que vez en las noticias, en los medios. No puedo entender como una persona puede hacer esto. Es un problema de las personas. Puede ocurrir al lado de mi casa como en cualquier parte. Las personas no tienen consciencia de lo que está ocurriendo», contó Nicolás, otro de los vecinos conmocionados por lo ocurrido».

En tanto, desde el jardín maternal el Refugio del Angel, situado aproximadamente a unos 60 metros metros de la finca donde se sucedieron los hechos, afirmaron que «todavía quedan las sensaciones de esas horas difíciles que vivimos todos». 

«Si bien no vivimos acá, nos enteramos por televisión y por los papás de los nenes que empezaron a llamar por teléfono. Se montó un operativo policial tremendo y nosotros no pudimos entrar porque estaba todo cortado y restringido por la policía», describieron.

«Jamás pensamos que este barrio que es tranquilo iba a pasar por una situación de este tipo. Estamos lamentando todo lo ocurrido», afirmaron.