Inicio Argentina Triunfo sanador de Gimnasia, que sigue peleando y soñando con poder clasificar

Triunfo sanador de Gimnasia, que sigue peleando y soñando con poder clasificar

Brahian Alemán y Sebastián Cocimano festejan con Matías Pérez García que acaba de convertir el segundo gol Tripero / Dolores Ripoll

¡Que lunes, por favor! En medio de rumores, malas noticias, el aniversario de la casa de todos los Triperos, Gimnasia pudo regalarse un poco de tranquilidad y alegría ganándole a Newell´s en el Bosque. Al equipo de la dupla “MyM” no le quedaba otra que ganar. Arrastraba 2 empates y 2 derrotas y si anoche no sumaba los tres, perdía el último tren que lo llevara a soñar por lo menos, una fecha más con clasificar entre los cuatro.

El Lobo le ganó bien a la Lepra del Mono Burgos que realmente mostró poco en 60 y 118. Y debió haber ganado con más tranquilidad, pero se terminó complicando solo y sufriendo más de la cuenta.

Como es costumbre en los dirigidos por Messera y Martini, salieron a atropellar al rival. A asfixiarlo desde el primer minuto. Desde el arranque se vio que Johan Carbonero sería una pesadilla para la última línea leprosa, alta y tosca. Y ni hablar cuando Marcelo Weigandt se soltaba al ataque…

Pero los “nueve” del Lobo no estarían afilados. Ni Eric Ramírez al principio, ni el pibe Sebastián Cocimano al final. Carbonero se fue por derecha y sacó un centro rasante que la Perla Ramírez no logró conectar en la puerta del área chica de cara a la cabecera de Avenida 60.

Arranque agresivo del Lobo que presionaba y demostraba que del Covid no quedaban rastros. Con tres centrales en el fondo (Morales, Coronel y Guiffrey), los laterales Weigandt por derecha y Melluso por izquierda bien abiertos y parados prácticamente en la mitad del campo. Ayala y Pérez García por el centro; Carbonero por izquierda, Ramírez por el medio y Alemán suelto, pero jugando bastante por derecha en ese momento.

Ayala “robó” una pelota en el medio, y puso un quirúrgico pase a Carbonero que se mandó por izquierda. El colombiano quedó solo ante Aguerre que tapó con los pies, y el rebote no lo conectó Ramírez.

El reloj marcaba 20 minutos y Gimnasia proponía, y cada vez que aceleraba, le armaba un terrible lío a la defensa rival. Sobre todo si lo buscaban a Carbonero. El colombiano picando por derecha o izquierda, era desequilibrante.

Con sus imprecisiones a cuestas, el Lobo acorraló a Newell’s que era muy tibio, solo Maxi Rodríguez con su jerarquía era el único que gravitaba en el conjunto rojinegro.

La etapa inicial terminó con Gimnasia empujando pero sin claridad, con varios córners y centros buscando a quién sabe… ya que no había ningún “grandote” para ir a pelearle a Lema o Cabral. Mientras tanto la visita ni siquiera probó los reflejos de Rodrigo Rey.

GOLES, EMOCIONES, DRAMATISMO Y UN MERECIDO FESTEJO

El segundo tiempo sería diferente. Gimnasia encontró su premio a tanto buscar y buscar, y así se hizo otro partido.

El paraguayo Ayala mostraba su jerarquía. Era el único que aportaba claridad en el juego pero el resto estaba en otra sintonía. Alemán era pura voluntad, pero vno siempre las terminó bien.

La visita llegó por primera con un cabezazo del grandote Lema que tapó abajo, contra el palo izquierdo Rey. El arquero albiazul sacó rápido con la mano y esto fue clave. Pérez García la tomó en el medio, le hicieron falta y jugó rápido para Ramírez. El Perla habilitó a Carbonero que picó como un viejo wing izquierdo mientras lo seguían desesperadamente tres defensores leprosos. La fortuna estaría del lado del colombiano, por que tras definir entre Aguerre y el defensor Nadalín, se dio una carambola y desde un ángulo bastante cerrado la pelota entró mansamente al arco. Era el 1-0 sobre 9 minutos.

Y llegaría un buen momento local ante un rival que estaba para el nocaut. Gran corrida de Weigandt de área a área, cedió al medio para Cocimano que había entrado hacia pocos segundos y el juvenil delantero definió débil de zurda ante Alan Aguerre que ahogó el grito. El rebote tampoco le quedó fácil a ningúno jugador albiazul y la chance se desvaneció.

La cancha ahora estaba inclinada hacia el arco del Bosque y el Chelo Weigandt comandaba cada ataque. Otra gran jugada del lateral por derecha combinando con Cocimano, el defensor probó al arco, la pelota rebotó en Nadalín y salió para la puerta del área donde estaba Pérez García, que como venía le dio de zurda y venció a Aguerre. Era el 2-0 sobre 23 minutos.

Newell´s no tenía argumentos para inquietar a Rey, pero Gimnasia se complicó solo. Tras un mal pase de Morales hacia la mitad de la cancha, ningún compañero suyo llegó, pero si Calcaterra que habilitó a Luciano Cingolani que agarró mal parada a la defensa, enfrentó a Rey y definió con un derechazo cruzado contra un palo descontando tan solo 3 minutos después.

Siguieron minutos de desconcierto en el Lobo. Malas entregas otra vez hacia atrás y Brian Aguirre que probó a Rey, quien respondió sobre los 30 minutos.

En otra gran corrida de Carbonero por izquierda casi llega el tercero. El colombiano tocó al medio y otra vez no pudo definir Cocimano ante Aguerre. Otra increíble situación perdida.

Llegaron los cambios que ayudaron por que le dieron aire al equipo con los ingresos de Miranda y Napolitano. En la visita el ingreso de Scocco obligó a tomar recaudos, pero Coronel, Guiffrey y Melluso estuvieron muy firmes.

Weigandt fue todo sacrificio hasta el último minuto subiendo una y otra vez. En una de esas escaladas llegó hasta el fondo, sacó un centro y todo Gimnasia pidió penal. La pelota dio en la mano de Lema pero el juez dijo “siga siga”.

La diferencia debió haber sido mayor seguramente. Tal vez Gimnasia no debió terminar sufriendo tras esos eternos 5 minutos de descuento. Pero ganó y eso era lo importante, tal vez lo único, en el anochecer de un día agitado.