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Trump llegó al país y Macri espera un respaldo al rumbo económico

Por MARIANO SPEZZAPRIA

@mnspezzapria

Desde hoy, la cumbre del G20 estará funcionando a pleno. Los líderes de los países más poderosos del planeta se sentarán a una gran mesa circular instalada en el complejo porteño Parque Norte, bajo la presidencia de Mauricio Macri. Las deliberaciones buscarán un núcleo de coincidencias mínimas en torno al comercio internacional, de modo tal que les permita a los líderes firmar, mañana, una declaración final de consenso.

Para el Gobierno argentino, según lo dejaron en claro ayer Macri y Marcos Peña, el jefe de Gabinete, será importante que ese documento vea la luz. De esa forma, no habrá pasado en vano su turno en la presidencia del G20. Pero lo realmente determinante para la administración de Cambiemos es que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ratifique su apoyo a Macri, de igual modo que cuando fue el garante del acuerdo con el FMI.

Trump arribó anoche al aeropuerto de Ezeiza a bordo del conocido Air Force One y se convirtió, de inmediato, en el centro de atención de la cumbre, aunque el papel protagónico lo compartirá esta vez con el presidente de China, Xi Jinping, con quien intentará limar asperezas en una cena privada que tendrá lugar mañana. Antes de llegar a Buenos Aires, Trump mandó a cancelar -fiel a su estilo disruptivo- una reunión bilateral con el presidente ruso, Vladimir Putin.

Trump llegará bien temprano esta mañana a la Casa Rosada, donde compartirá un desayuno con Macri. Los diplomáticos que acordaron la agenda incluyeron temas como el combate el narcotráfico, la seguridad regional y la relación comercial, aunque en el Gobierno aguardan un respaldo explícito a las “reformas económicas” que emprendió Macri. Algo así como un elogio al modelo de Cambiemos, pese a que la recesión y la inflación que no dan tregua.

SINTONÍA FINA

La fina sintonía entre Macri y Trump, que en el Gobierno aguardan que se ratifique con su presencia en el país, va más allá de que el mandatario norteamericano sostenga posturas favorables al intervencionismo económico, que engloba bajo el lema “America first”, con el cual consiguió el apoyo de sectores del trabajo y de la industria doméstica que fueron perjudicados por la economía de puertas abiertas y globalización que patentó su antecesor

La administración de Macri sostiene, en cambio, una posición favorable al libre comercio en línea con Alemania o paradójicamente, con China, cuyos productos elaborados a bajo costo inundan los mercados en todo el planeta.

También sigue ese rumbo el francés Emmanuel Macron, quien ayer elogió las “reformas” de Cambiemos (ver página 6), pero advirtió que el acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur dependerá ahora del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro.

Ese es, justamente, otro de los enigmas que circula por los pasillos del G20, según pudo constatar EL DIA en el centro de prensa montado en Parque Norte. Esto es, si Bolsonaro seguirá adelante con la política económica de corte liberal que implementó Michel Temer en la transición o si adoptará medidas más nacionalistas, de protección del mercado interno, al estilo de Trump. Una suerte de regreso al populismo económico, aunque por la derecha del arco ideológico.

Esa misma línea es la que abonan, en la Argentina, dirigentes como el senador Miguel Pichetto -en sociedad con Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey-, para quienes el mundo cambió con la irrupción de Trump pero Macri y Cambiemos no lo registraron adecuadamente y siguen apostando a la apertura económica para salir del modelo populista -por izquierda- que dejó el kirchnerismo en 2015. La propia Cristina Kirchner procura ahora moderar aquellos antecedentes.

Recién llegado al país, el primer ministro de Italia, Giuseppe Conte, reflexionó ayer que el fenómeno de la globalización trajo “crecimiento y beneficios” a los países, pero advirtió que “se debe reconocer que también produjo distorsiones, alterando el equilibrio entre la remuneración del capital y del trabajo”.

Pese a este nuevo contexto, el Gobierno insistió ayer con el rumbo emprendido desde el primer minuto de la gestión, aunque ya no esté vigente el gradualismo que sucumbió este año con la fuerte devaluación del peso frente al dólar. “Esta cumbre del G20 culmina el proceso de reinserción internacional que iniciamos en 2015”, interpretó Marcos Peña en el centro de prensa.