Inicio Argentina Un emparchado Estudiantes dejó el invicto del año en Parque Patricios

Un emparchado Estudiantes dejó el invicto del año en Parque Patricios

Por MARTÍN CABRERA
[email protected]

La formación que eligió Lucas Bernardi ya daba algunos indicios en la previa de lo que podía costarle a Estudiantes su partido ante Huracán. Así fue nomás: no tuvo fútbol en la mitad de cancha, Mariano Pavone y Gastón Fernández continuaron con la batería baja y la única distracción defensiva le costó un gol que fue determinante. Con poco, el Globo le ganó 1-0 y así le sacó el invicto del año y le quitó, momentáneamente, el lugar de preferencia para la clasificación a la próxima Copa Libertadores.

En un partido el Pincha borró todo lo bueno que había realizado en 2018. Desde el técnico, que equivocó notoriamente en el armado del equipo, y hasta los jugadores, con bajos niveles individuales, contribuyeron para una actuación muy floja justo en la previa de un partido importantísimo. En pocas palabras, Estudiantes regaló el partido, su invicto y su posición expectante para clasificarse a la próxima copa.

Además el partido complicó a varios jugadores, tales los casos de Jacob Murillo, Fabián Noguera y Fernando Zuqui. El ecuatoriano padeció la marca en el lateral izquierdo y demostró que la pelota parada no es su fuerte. El central tuvo que tirarse demasiado a la marca por la izquierda y tampoco la pasó bien. Y lo del ex Boca tampoco se entendió, porque el equipo desperdició su velocidad y entrega en una incómoda posición de lateral por derecha.

En el primer tiempo casi que no tuvo una opción clara de gol. Lo mejor fue un remate a quemarropa desde la derecha de Fernando Zuqui que salvó Marcos Díaz y una contra que inició Jacob Murillo desde la izquierda pero que no tuvo la mejor definición de Mariano Pavone. Nada más.

Es que el equipo se plantó con cinco jugadores en el fondo y los laterales, muy importantes para jugar así, no eran laterales naturales. Para colmo en el medio Cascini y Talpone no pudieron con la doble tarea de marcar y jugar. Y todo juego ofensivo quedó en manos de la Gata Fernández y Mariano Pavone, que volvieron a mostrar su mejor cara.

El local, que puso lo mejor suyo, nunca pudo llevarse por delante a Estudiantes. Pussetto, su jugador más desequilibrante, no logró romper la barrera de Nicolás Bazzana y Zuqui. Salvo algunos centros cruzados, no tuvo una idea clara para tocarle el timbre al arco de Mariano Andújar.

El segundo tiempo empezó igual, hasta que a los 6 minutos una distracción defensiva combinada con una buena jugada individual de Nicolás Silva acabó en un centro al medio del área (Desábato había tenido que salir lejos) encontró en inmejorable posición a Ignacio Pussetto, que definió fuerte y cruzado al segundo palo de Andújar. Gol y 1-0 sin merecerlo.

El tanto dejó mejor al Globo, que en los minutos siguientes manejó un par de contras que pudieron acabar en el segundo gol. Pero eso no ocurrió y le dio tiempo a Lucas Bernardi para tratar de mejorar el once en cancha, que en los minutos que el juego estuvo interrumpido por el corte de luz, pensó tres cambios para torcer la historia: adentro Pablo Lugüercio, Gastón Giménez y Christian Alemán, para armar un 4-4-2 razonable y por momentos efectivo.

Los minutos finales tuvo a Estudiantes dominador, atacando por las bandas y generando algo de peligro. Pudo llegar con unos remates desde afuera o pudo ser si Juan Pablo Pompei cobraba el penal que le hicieron a la Gata. Pero la suerte estaba echada desde antes de comenzar el partido.

Huracán no fue muy superior, aun jugando el partido como una final, disputando cada pelota como si fuera la última y festejando en las tribunas cada vez que algún defensor rechazaba la pelota bien lejos. Este equipo utilitario no refleja en nada su paladar futbolístico pero aun así sus hinchas se fueron muy felices. Es que en el fútbol, el resultado es lo más importante por más que a veces el lirismo quiera meter la cola.

LA GATA Y EL TANQUE, LEJOS DE SUS MEJORES EXPRESIONES

Párrafo aparte para la Gata Fernández y Mariano Pavone. Los dos pudieron demostrar otro juego para meterse adentro del equipo, pero volvieron a estar lejos, lejísimos, de sus mejores versiones. El encargado de crear juego tuvo enormes dificultades para tener la pelota y prosperar en el mano a mano. Y el Tanque sufrió el partido porque tuvo que luchar casi en soledad contra los centrales rivales. Estudiantes perdió su partido y ellos el suyo. Así, con este nivel, está muy bien que no sean titulares.

Sin dramatizar, el Pincha se fue del Palacio sin nada, con mucho para corregir y una enseñanza: a la hora de la próxima rotación el técnico no podrá repetir tantos errores. Ahora la cabeza puesta en la Libertadores y en recuperar la próxima semana lo perdido anoche en Buenos Aires. Ni fenómenos en los triunfos ni desastres en las derrotas.