Inicio Argentina Un sufrido triunfo para tener un fin de semana de desahogo

Un sufrido triunfo para tener un fin de semana de desahogo

Martín Cabrera

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Estudiantes tenía que ganar. No cabía otra posibilidad ni se aceptaba ninguna otra variante. Lo necesitaba como el agua o como el sol para la playa. Por eso fue todo felicidad cuando Germán Delfino, a los 53 minutos del segundo tiempo, dio por terminado el partido. Sufrido y merecido 1-0 sobre Patronato, que le permitió ponerse de pie luego de tres derrotas consecutivas y una crisis que empezaba a pegar fuerte dentro del plantel.

El triunfo podría tapar tantísimas carencias del equipo, pero con el correr de los minutos el rendimiento es otra vez protagonista del debate. Esta claro que el Pincha no jugó un buen partido tuvo de aliado las limitaciones de su rival para quedarse con los tres puntos. Porque si Patronato acertaba alguna de sus aproximaciones al área rival o Mariano Andújar no mostraba su jerarquía en el final la historia hubiese sido diferente. Y el comienzo de la nota también.

Ganó y sumó de a tres puntos en esa tabla tan incómoda como cruel llamada Promedios. Le sacó cuatro unidades a su rival, dos a Rosario Central, se acercó a Lanús y Aldosivi y esperará más tranquilo los partidos de hoy y mañana. Desde lo numérico nada para reprocharse. Perfecto. En la semana, Milito deberá seguir trabajando para devolverles confianza a jugadores que parecen haberla perdido.

El león, de MENOR A MAYOR

En el primer tiempo mostró su peor versión. Dudó mucho en la mitad de cancha, la pasó mal en defensa y tuvo anemia cuando pisó el área de enfrente. Kalinski no aportó marca y Gómez jugó muy suelto. Por las bandas Diego García fue mejor en ataque que en retroceso y por eso la pasó mal cada vez que Patronato lo atacó, principalmente por la punta de Facundo Sánchez. Tampoco Facundo Mura tuvo su mejor versión.

En los primeros 25 minutos la visita llegó cuatro veces de manera clara. Santiago Brignone tuvo dos remates cerca del palo derecho de Andújar, avisó Lautaro Comas y Gabriel Ávalos fue una pesadilla cada vez que arrancó por el sector de Mura. Los primeros murmullos empezaban a bajar de una tribuna -que alentó todo el tiempo a pesar de la pobre producción de su equipo- hasta que llegó el desahogo. Clave.

La primera vez que Estudiantes pudo ser un equipo corto y colectivo llegó al gol. Arrancó Federico González en posición de enganche, abrió a la derecha para Manuel Castro que pisó el área y tiró el centro a García, que no pudo pero la peleó. La pelota le quedó a Iván Gómez, más suelto y adelantado que en otras versiones, para anotar el gol, que se festejó con el alma. Claro, ese gol apagó un incendio que empezaba a preocupar.

Mejoró un poco el Pincha con la ventaja a su favor. Patronato tuvo que salir lentamente y encontró algunos espacios. Pero este Estudiantes está con dudas y pocas variantes en ofensiva. Por eso no se animó a liquidarlo, más allá de que la Gastón Fernández haya podido anotar el 2-0 tras otra buena jugada colectiva que tuvo a Manuel Castro como punta de lanza por la derecha. El uruguayo fue el mejor jugador de Estudiantes, básicamente por lo realizado en los primeros 45 minutos.

En la segunda parte el partido fue diferente. Gabriel Milito retrasó levemente a sus jugadores para apostar por el contragolpe. Sciacqua, por su parte, colocó a Lucio Compagnucci como extremo derecho para frenar las subidas de Mura. Así el golpe por golpe fue de menor a mayor, hasta el final, más caliente que una sopa.

Estudiantes pudo liquidar la historia antes de tiempo. Facundo Sánchez a los 5 minutos remató por arriba del travesaño, frente al arquero. A los 8 fue Matías Ibáñez el que le sacó el gol a Federico González, que de cabeza le quiso cambiar el palo y a los 26 la Gata Fernández lo hizo revolcar para ahogar su tanto de tiro libre. Sin brillar, el Pincha hizo méritos como para sacarse la mochila pesada antes de tiempo. No pudo y por eso sufrió de lo lindo en el final.

Se lesionó González, se cansó la Gata y salió el Demonio García. Adentro Retegui, Fuentes y Edwar López. El equipo lo sintió y cambió. El (viejo) recambio lo llenó de dudas y por eso los últimos 15/20 minutos tuvo a varios hinchas al borde del infarto. También a Gabriel Milito, que se quería arrancar los rulos cuando veía los errores de sus jugadores. Estudiantes terminó defendiendo con cinco jugadores más Kalinski metido dentro del área. Aun así, a los 30 minutos Campagnucci quedó mano a mano con Andújar lo que pudo ser la jugada que cambiara el partido.

Estudiantes fue un equipo más largo que en el primero, pero no pudo liquidarlo. No supo controlar la pelota y cada centro del área fue motivo de un susto. Bien el arquero y bien Jonatan Schunke, muchas veces criticado, que fue clave en los momentos calientes. Se sacó un partido chivo de encima y se abrazó a los tres puntos más festejados del semestre.

Ganó Estudiantes y tomó aire en la lucha por no descender. Ya no importan las copas internacionales ni la posesión de la pelota. Nadie mira a San Lorenzo ni Boca. Y hasta algunos ni quieren pensar en la Copa Argentina. Hoy el equipo tiene que sumar para salir de una situación incómoda, situación a la que llegó por malas decisiones. Enhorabuena que todos los actores hayan entendido el momento. Por eso el festejo. Tiene mucho, muchísimo para mejorar. Pero ahora celebra los tres puntos. Pasó la primera de las seis finales que se había planteado el plantel. Tres puntos para el Country y un fin de semana de sol para descansar.