Inicio Argentina Un triunfo que no mereció el sufrimiento del final

Un triunfo que no mereció el sufrimiento del final

Por MARTÍN CABRERA
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Ganó y por momentos gustó. Estudiantes derrotó 1-0 a Olimpo en La Plata y otra vez se metió en zona de copas internacionales para la próxima temporada. Además, se sacó la mufa de la derrota en la fecha pasada y del trago copero que fue positivo pero pudo haber sido mejor.

Pero la falta de un delantero o esa precariedad para terminar las jugadas le pasó factura en el tramo final del partido, cuando los bahienses se acercaron a los pelotazos y, en una distracción defensiva, estuvieron a punto de empatar las cosas. No hubiese sido justo, pero sí un tremendo castigo al equipo que no supo cómo bajar la persiana.

Anoche superó a su rival en casi los 90 minutos, con un equema que arrancó 4-2-3-1 y terminó en el tradicional 4-4-2. En el primer tiempo lo desbordó cuantas veces quiso por la derecha, por donde Lucas Melano y Facundo Sánchez dejaron siempre mal parado a Nicolás Pantaleone. Pero claro, la falta de un delantero goleador empezó a hacerse cada vez más grande. Ya en Montevideo extrañó a un jugador de esas características y anoche se potenció.

De entrada nomás Melano llegó dos veces a líneas de gol pero no supo a quién darle la pelota. A los 3 Juan Otero quedó mano a mano con Sebastián Anchovetti y remató con los ojos cerrados al cuerpo del arquero.

A los 17 Iván Gómez casi moja con un remate desde afuera del área que pasó por arriba, jugada similar a la de Lucas Rodríguez diez minutos después. Ambas salieron cerca del palo derecho del arquero visitante.

Los primeros 30 minutos fueron todo del Pincha, que hizo lo que quiso.Mejor dicho, casi lo que quiso, porque no pudo marcar el gol. Pareció un equipo de dos categorías diferentes, realidad que si se mira fríamente tal vez haya entre uno y otro.

En el final del primer tiempo lo buscó de pelota parada y por arriba. Primero Schunke con la nuca casi hace el gol y veinte segundos después Leandro Desábato metió un frentazo que salió cerca.

Todo del Pincha, salvo las dos jugadas del final, una de Ramón Lentini que definió afuera y la de Lucas Villarruel que le robó la pelota al Chapu Braña y remató afuera ante la salida desesperada de Mariano Andújar.

En el segundo tiempo las cosas comenzaron a pedir de Estudiantes. A los 20 segundos Juan Otero le ganó la posición a Villarruel y quedó en franca posición de ataque. Descargó a la derecha para Melano, quien al pisar el área metió un centro preciso y punzante, a las espaldas de Cahais y Ojeda. El colombiano conectó la pelota y marcó el gol, el que se le había negado una semana atrás y el que acabó con los 250 minutos de sequía del equipo. De yapa, alcanzó su sexto tanto en la Superliga para empezar a mirar su futuro con mejores ojos. También la Secretaría Técnica por una futura venta. Iban apenas 15 segundos y lo mejor para Estudiantes se empezaba a palpitar.

No cambió demasiado el partido, porque el local siguió manejando la pelota y atacando por las puntas. Pero ya no tan simple como antes, porque el físico empezó a jugar su parte. Por eso Lucas Bernardi metió dos cambios para dar la estocada final. No le salió nada bien porque tanto Jacob Murillo como Mariano Pavone no fueron la solución. Inconexos con un equipo que se confió demasiado y casi lo paga muy caro.

Cerca del final hubo dos jugadas que pudieron cambiar la historia. Una tuvo como protagonista a Iván Gómez y un brazo extendido que pudo terminar en penal pero ni Fernando Espinoza y tampoco Ariel Scime se percataron. La otra fue en tiempo de descuento: una pelota que no puede ser rechazada, va y viene y le queda a Luis Vila, que ensayó una tijera que desbarató Mariano Andújar con una gran atajada.

Ganó Estudiantes y llegó a los 30 puntos. Quedó séptimo, dentro del grupo de equipos que jugará la Copa Sudamericana y a sólo un punto de Racing que es el último clasificado. Está en carrera y dará pelea. Tal vez no le alcance porque son varios equipos de peso compitiendo, pero la peleará hasta el final. En el medio está la actual Copa Libertadores. Tiene mucho por dar y para mejorar, pero está transitando una situación inmejorable.