Organizaciones de derechos humanos afuera del Congreso Nacional. Foto: AP / Natacha Pisarenko
Miles de personas se dirigen a Plaza de Mayo para protestar contra el fallo dictado la semana pasada por la Corte Suprema, que concedió el beneficio del 2×1 a un represor.
Con banderas de repudio al fallo e insignias partidarias, además de pañuelos blancos atados al cuello. Integrantes de la Defensoría del pueblo entregan los pañuelos, aunque todavía no se divisan manifestantes que se los aten en la cabeza.
Se dispuso un escenario con sillas y telas negras, con parlantes gigantes donde desde las 18 se realiazará un acto. Además, hay un cartel blanco con la inscripción «Señores jueces: Nunca Más. Ningún genocida suelto. 30.000 detenidos desaparecidos presentes».
El acto comenzó a las 18 horas, como estaba pautado y hubo muchos aplausos cuando se escuchó el nombre de Néstor Kirchner. Además, se mencionaron los países del mundo donde se estaba realizando la marcha contra el 2×1. Hay manifestantes con distintas pecheras de diferentes gremios y organizaciones sociales.
Así como hubo aplausos, también se escucharon insultos. El «hijo de p…» se coreó muy fuerte cuando se leyeron los nombres de los genocidas acusados.
La Casa Rosada está totalmente vallada, para evitar que los manifestantes ingresen, y hay otro vallado que divide el escenario del resto de la plaza. Cada vez más gente se acerca y el tránsito en la zona está cortado.
La marcha en la 9 de Julio. Foto: LA NACION / Marcelo Gómez
Pasadas las 16.30, Griselda y su hija van en el subte A rumbo a la estación Plaza de Mayo. Están serias y aún no se pusieron los pañuelos en la cabeza, los llevan preparados en el cuello. «La Revolución Libertadora se hizo con armas. Hoy se hace con el poder mediático y judicial, vamos a la marcha, lisa y llanamente, porque queremos que esto se termine», apuntó a LA NACION.
A diferencia de otros actos, y por pedido de la Policía Federal, la estación Plaza de Mayo del subte A fue cerrada desde las 17 por los empleados de Metrovías y ahora los trenes salen desde la estación Perú.
La estación del subte A de Plaza de Mayo cerró a las 17. Foto: LA NACION
Con una amplia unificación del espectro político, participan de la movilización organismos de derechos humanos, como Abuelas de Plaza de Mayo y el colectivo Espacio Memoria, Verdad y Justicia. También se sumaron la CGT, las dos CTA, organizaciones sociales, el FIT, otros partidos de izquierda, Libres del Sur y el FPV, entre otros. La manifestación está encabezada por Madres Línea Fundadora y Abuelas de Plaza de Mayo y el acto central será a las 18 en Plaza de Mayo.
La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, sostuvo que si los jueces de la Corte Suprema «merecen» un juicio político por votar a favor del 2×1, «hay que hacerlo». «No soy abogada, si lo merecen hay que hacerlo, acá no se puede dejar como si nada», afirmó desde la Plaza de Mayo. Además, apuntó contra el presidente Mauricio Macri, que recién hoy se expidió sobre el tema, y resaltó que «el silencio duele, molesta y si bien fue votado por una pequeñísima mayoría, tiene que gobernar para todos», insistió la referente de derechos humanos.
El diputado por el Frente para la Victoria, Juan Cabandié , llegó pasadas las 17 y se fundió en un fuerte abrazo con Darío Grandinetti. «Vengo para repudiar el fallo que va para atrás con una lucha de 40 años», dijo Cabandié, y agregó que la ausencia de Hebe de Bonaffini se debió a una «decisión propia».
Por su parte, Grandinetti repudió la resolución de la Corte y dijo que era responsabilidad del Gobierno. «Esto se debe a que durante el último año el Gobierno se cansó de hacer comentarios que tiraban abajo la lucha por los derechos humanos», indicó a LA NACION.
Cerca de las 18, se hicieron presentes los periodistas de C5N, Víctor Hugo Morales y Roberto Navarro, Matías, Martin, Andy Kusnetzoff, el ex jefe de gabinete, Aníbal Fernández, Nilda Garré, Martín Sabatella y Facundo Moyano, entre otros.
El dirigente gremial no responsabilizó al gobierno aunque remarcó que el presidente tendría que haber interferido ante el fallo. «El presidente debería ponerle el hombro a la situación, tardó una semana en hablar de la resolución», sostuvo.
Por su parte, Sabatella dijo que se acercó a la Plaza de Mayo para acompañar la lucha contra este fallo. «Esto es un retroceso para la historia de lucha de los Derechos Humanos», apuntó.
El repudio al fallo que favoreció al represor Luis Muiño con el 2×1 generó mucha polémica en la sociedad argentina. Desde que se conoció la semana pasada que el represor paramilitar había sido beneficiado con la aplicación del «dos por uno», se realizó una intensa campaña en las redes y los medios convocando a esta movilización.
El Senado sancionó por unanimidad y convirtió en ley la norma que prohíbe la aplicación de la ley del 2×1 a los condenados por delitos lesa humanidad.
En el resto del país
En el interior del país también se replicó la convocatoria y hay marchas en Neuquén, Córdoba, Río Negro, Chacho, Santa Fe y Tierra del Fuego.
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Un informe de Brenda Struminger