Más allá de los gestos de cordialidad, de los buenos oficios de los intermediarios y de las coincidencias en temas puntuales, la relación entre el Gobierno y las organizaciones de derechos humanos -al menos, las más representativas- estuvo y está signada por la desconfianza.
Desconfianza que comenzó a plasmarse en diciembre de 2014, cuando el Presidente, en una entrevista con LA NACION, afirmó: «Conmigo se acaba el curro de los derechos humanos». El entonces precandidato presidencial comenzó a delinear aún antes de asumir el cargo una política para «deskirchnerizar» las organizaciones -incluyó el edificio de la ex ESMA- y lo logró sólo parcialmente. Un año y medio después, la «lealtad» de muchos referentes de derechos humanos al kirchnerismo, como Hebe de Bonafini o la organización Hijos porteña, es inalterable, más allá de la relación formal que debe mantener con los funcionarios designados.
En febrero de 2016, Estela de Carlotto llegó a la quinta presidencial de Olivos junto con otros organismos. Su trato -frío y distante- con el Presidente durante la breve charla que sostuvieron sirvió, sin embargo, para iniciar el vínculo. En aquel entonces, Carlotto y otros organismos (el Centro de Estudios Legales y Sociales e Hijos) dejaron en claro su protesta por la prisión de Milagro Sala, un tema en el cual el Gobierno deslinda responsabilidades. » Es un tema de la justicia de Jujuy», reiteraron anoche a LA NACION cerca del secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, a quien Macri encargó la relación con los organismos.
Al mes siguiente, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegó al país. Prometió-y cumplió en dos tramos- la entrega al Gobierno y a los organismos de archivos desclasificados relacionados con la última dictadura militar y los desaparecidos. Más allá del rechazo de Bonafini (una constante en el gobierno actual), el acuerdo mereció el aplauso de Adolfo Pérez Esquivel y la propia Carlotto.
En diciembre, y por segunda vez en un año, Macri; el ministro de Justicia, Germán Garavano, y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, visitaron la ex ESMA y recorrieron los ex centros clandestinos de detención que funcionaban en ese predio. También efectuaron una reunión de gabinete allí. El kirchnerismo y los organismos repudiaron ambas visitas.
Luego de algunos meses de relativa tranquilidad, las aguas se dividieron de manera abrupta con el fallo de la Corte Suprema que en marzo pasado habilitó la aplicación del «dos por uno» para Luis Muiña, un militar condenado por torturas durante la última dictadura.
«Estoy de acuerdo [con el «dos por uno» de la Corte] si el fallo está ajustado a la ley. Hay que ser respetuosos del fallo de la Corte», dijo Avruj. El unánime repudio de la mayor parte de la clase política obligó a una rectificación (no sólo de Avruj, sino también de todo el Gobierno), que limitó en la práctica el alcance del fallo de la Corte. «Nos pegan por dos temas en los que no tenemos nada que ver: Sala y el «dos por uno»», afirmaban ayer en la Secretaría de Derechos Humanos.
Las declaraciones de varios funcionarios (el ex titular de la Aduana Juan José Gómez Centurión fue el caso más paradigmático) que negaron la existencia de un «plan sistemático» de secuestros y muertes durante el último gobierno militar convenció a los organismos que aún dudaban. También hubo polémica por el número de desaparecidos, aunque la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, sostuvo una posición distinta de la del gobierno nacional.
«Ahora hay que volver a explicar todo desde cero», dijo hace dos semanas Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. La frase resume la tirantez del vínculo.
El presidente irá hoy al conurbano
Luego de pasar el fin de semana en Mendoza, el presidente Mauricio Macri retomará hoy su actividad. Mezclará, como lo viene haciendo, gestión y campaña. Hoy estará en el conurbano bonaerense (en la Presidencia no se informó el distrito), junto a la gobernadora María Eugenia Vidal y los candidatos de Cambiemos, en el principal distrito del país. Pasado mañana será el turno de Tucumán, donde el Presidente participará de un acto junto a José Cano, que de responsable del Plan Belgrano (con rango ministerial) pasó a ser precandidato a diputado nacional por esa provincia. Macri no tiene previsto reunirse allí con el gobernador peronista Juan Manzur, con quien el Gobierno sostiene una relación tirante. De hecho, los diputados que le responden votarían esta semana en contra de la expulsión de Julio De Vido de la Cámara de Diputados.