Ella es oriunda de la ciudad de Rosario, tiene 28 años y una hija de 6. Él, platense, 37. Se habían conocido a través de las redes sociales y luego de conversar varias veces quisieron intentar llevar adelante una relación.
Con el tiempo, las ganas de verse fueron creciendo. Por eso tomaron la decisión conjunta de que la joven (que será identificada por sus iniciales, Y.S.A.) debía viajar desde su Santa Fe natal hacia la provincia de Buenos Aires. Así lo hizo, con la menor de compañía.
Acaso deslumbrada por su nuevo amor, Y.S.A. se trasladó a La Plata, el 29 de enero, sin saber con certeza quién era el hombre que la esperaba.
“CREYÓ EN LA SINCERIDAD DE ÉL”
Es que, conforme a lo revelado por fuentes de la investigación, se trata de una “chica que viene de una familia de 12 hermanos, con muy bajos recursos, y creyó en la sinceridad de este tipo, en que iba a poder darle una salida a su hija”.
Un allegado refirió que “traía una mochila muy grande y vino a probar suerte”.
En Tolosa la esperaba el sujeto de quien poco sabía, pero que le había prometido una “nueva vida”, con las oportunidades que hasta ese momento le habían sido esquivas.
Nunca imaginó que en una casa de 521 y 118 la aguardaba un infierno que duró 21 días.
UNA BÚSQUEDA DESESPERADA
Luego de buscarla durante una semana -ella no daba señales de vida y no se había comunicado desde que partiera a fines del mes anterior-, el padre de Y.S.A. radicó el domingo último una denuncia en la Policía por averiguación de paradero.
Apenas sabía algunos detalles mínimos de la presunta relación que su hija había iniciado por Facebook y del viaje a La Plata (que incluía a su nieta). Así se lo comunicó a las autoridades locales, que no tenían forma de avanzar en la búsqueda con tan poca información.
La angustia se apoderó del hombre, que no sabía con exactitud cómo proceder. Mas no cayó en la inacción y entendió que lo mejor era seguir los pasos de las desaparecidas.
Su resolución fue impulsada aún más cuando recibió el llamado de una comerciante que tenía datos valiosos sobre Y.S.A.
Una vez en la Ciudad, repitió lo que había hecho en Rosario, pero esta vez con precisiones que permitirían dar con el lugar indicado.
Según los voceros, fue “la dueña de un kiosco, a quien el denunciante” no conocía, quien “le informó que su hija y su nieta se encontraban privadas de la libertad y estaban siendo prostituidas por un individuo en un inmueble ubicado en 521 y 118”.
En forma inmediata, se planificó un operativo encabezado por el titular de la Comisaría Sexta, el Grupo Táctico Operativo (GTO) y personal del Comando Patrulla, con el fin de rescatar a ambas víctimas.
Merced a la celeridad de acción que requería el caso, el allanamiento se llevó a cabo “por necesidad y urgencia”, aunque luego fue avalado por el fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta (UFI Nº16). Tras ingresar a la vivienda señalada, los efectivos hallaron a Y.S.A. y a su pequeña hija, quienes en efecto habían sido secuestradas por el sospechoso. Éste, además, había obligado a la mayor a mantener relaciones sexuales con él y a prostituirse, “en muchos casos delante de la nena”, indicó un portavoz policial.
El acusado, en tanto, fue detenido por el delito de “privación Ilegítima de la libertad y trata de persona”. Hoy será indagado. Por su parte, las víctimas fueron asistidas y contenidas por el propio personal Policial y por el padre de la damnificada, que se acercó a la escena.
