SAN PABLO,
Env. especial
Por MARTIN CABRERA
En la previa el empate era un buen resultado. Se firmaba, Pero viendo cómo se desarrolló el partido y los goles malogrados el 0-0 de Estudiantes en su visita a Red Bull Bragantino deja un saldo positivo pero tampoco como para salir a tocar bocina. Parece ser más equipo y, si se mantiene la previsión definirá en La Plata el pasaporte a los octavos de final de la Copa Sudamericana.
En el primer tiempo Estudiantes fue más que su rival y solo por la poca efectividad en los metros finales no estuvo arriba en el marcador. Toda la efectividad que mostró ante Platense hace menos de una semana lo padeció anoche en Brasil. Tiros en los palos, buenas atajadas del arquero rival y pelotas que pasaron muy cerca del arco, escenografía dejada por el Pincha en el mojado campo de juego del estadio.
Comenzó mejor el local, con la intención de manejar la pelota y abrir a lo ancho el terreno, con mucha gente en ofensiva. Pero conforme pasaron los minutos empezó a mostrar problemas en el traslado e imprecisiones que Estudiantes descubrió rápidamente.
Por eso se empezó a agrandar, a soltar y a perderle “temor”. Leo Godoy empezó a ser la flecha por la derecha y el pibe Benedetti formó buenas sociedades con José Sosa, un tercer volante con vocación a sumarse siempre al ataque.
A los 7 minutos fue el error más grosero del Bragantino: un pase atrás que no fue para ninguno de camiseta blanca sino para Mauro Boselli, corrió 20 metros con la pelota y definió a un palo ante la salida de Cleiton. Generalmente esas jugadas terminan en gol, pero ayer pegó en el poste derecho y en el rebote Fernando Zuqui la tiró fuerte y alta por encima del travesaño.
Desde entonces fue de Estudiantes, con un Corcho Rodríguez dueño del medio y de pases cruzados siempre al pie. Godoy desbordó más de cuatro veces por la derecha y sólo porque esas jugadas no tuvieron buena resolución no se puso en ventaja un equipo que realmente lo mereció en el primer tiempo.
A los 29 minutos se produjo la jugada más discutida de la noche. Centro desde la derecha y la camiseta de Mauro Boselli se estiró de su cuerpo. Desde la platea se vio un claro penal que el capitán y sus compañeros le recriminaron al árbitro colombiano Carlos Ortega. El juez y el VAR no lo entendieron así y el partido siguió. Por las dudas el arquero local jugó tan rápida la pelota que no dio ni lugar a la discusión exagerada.
El mismo Boselli lo tuvo una vez más y Benedetti casi grita su gol con un remate con comba desde la izquierda al segundo palo, por abajo. Por muy poco y por la buena respuesta de Cleiton no acabó adentro de la red.
Recién en el final se animó otra vez a pasar al ataque, empujado por un DT enojadísimo por lo hecho por sus jugadores y una platea que recriminó hasta con silbidos. Un remate desde afuera de Lucas Evangelista fue lo más cercano al gol.
En el complemento el Pincha salió con la misma mentalidad pero sin Boselli, que llegó con alguna molestia y fue castigado en el partido. Mauro Méndez lo reemplazó, con otras características pero mucha intensidad y ganas. Al nuevo delantero le tocó jugar con un equipo unos metros más retrasado en el campo y con menos voracidad para la presión.
El desgaste se empezó a notar en la medida que pasaron los minutos. Si bien mantuvo el esquema de 3-5-2 ya no pisó tanto el campo rival y Bragantino se empezó a agrandar, sobre todo después de un cabezazo bombeado de Evangelista que salvó Sappa al córner. En el fútbol cuando hay uno de los equipos golpeado o cansado el otro lo sabe. Y trata de sacar rédito.
Llegó a 7 unidades, las mismas que Bragantino, con quien volverá a jugar, pero en UNO
Para aprovechar ese envió Caixinha mandó a la cancha a Sasha y al colombiano Mosquera. Domínguez, por su parte, se mantuvo con sus jugadores y le recriminó varias veces a Méndez y a Rollheiser por no aprovechar los espacios para la contra, el único método que le quedó para acercarse hasta el arco de enfrente.
Por eso cuando se habían jugado 30 minuto decidió darle cancha a Matías Godoy en lugar del exRiver. Con ese ingreso buscar algo de velocidad y poder llevar a su equipo al área de enfrente de manera más vertical y con menos combinaciones: el físico ya no le daba más. Ninguno de los ingresos le dio un paso adelante respecto a lo que tenía en cancha, tal vez haya sido por eso que no se apuró por variantes.
Si bien no sufrió demasiado, Estudiantes nunca más logró recuperar la autoridad del primer tiempo. Quedó a la expectativa de alguna contra y tratando de no quedar mal parado en el retroceso, como le sucedió cuando José Sosa perdió una pelota sobre la derecha, con Godoy ya en posición ofensiva. O la caída de Benedetti. Todas encontró a un enorme Pepi Sappa, responsable también del empate.
VIDEOS. Martín Cabrera desde Brasil
