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La campaña de la Generalitat para el 9-N siguió pese a la suspensión, según altos cargos

Actualizado 28/02/2017 12:02:31 CET

Se gastó un millón de euros en la campaña mediática para la consulta

MADRID, 28 Feb. (EUROPA PRESS) –

Homs se escuda en la falta de claridad del TC para justificar su actuación por el 9N

El jefe del gabinete de Relaciones Externas y Protocolo de la Generalitat, Carles Fabró, y el director de Atención Ciudadana y Difusión, Ignasi Genovés, encargados de organizar la campaña institucional del 9-N, han rechazado este martes en el Tribunal Supremo que recibieran indicaciones para frenarla pese a conocer la suspensión que pesaba sobre la consulta dictada por el Tribunal Constitucional (TC).

En esta segunda sesión de juicio que celebra econtra el exconseller de Presidencia y actual diputado del PDeCat Francesc Homs los dos altos cargos de la Generalitat -ambos dependientes de su departamento– han explicado en calidad de testigos que, tanto el dispositivo del centro internacional de prensa como la campaña de publicidad de la consulta, continuaron vigentes por orden del propio Homs, que se enfrenta a nueve años de inhabilitación para el ejercicio de cargo público por los delitos de prevaricación y desobediencia.

Fabró ha precisado que su cometido era habilitar el centro internacional de prensa en el Pabellón Italiano de la Fira de Barcelona, para el fin de semana del 8 y 9 de noviembre de 2014 y que la comparecencia se hubiera producido aunque las urnas no hubieran salido a la calle.

Genovés, por su parte, ha reconocido al tribunal que preside el magistrado Manuel Marchena que conocía la providencia del Constitucional pero no recibió «ningún encargo relativo a frenar la campaña de publicidad». «No me tocaba a mi considerar si esto afectaba a la campaña o no y no tuve ninguna indicación al respecto», ha dicho a preguntas de las partes.

«De hecho la consulta se hizo el 9 de noviembre con toda normalidad», ha apuntado Genovés, que también se ha referido a que sería «inviable» quitar los carteles colocados en algunos lugares como eran los autobuses municipales.

CESIÓN DE DATOS DEL PADRÓN

Igualmente ha comparecido Federico Udina, Director del Instituto de Estadística de Cataluña, quien ha manifestado que adjuntó el informe jurídico de la Consejería de Presidencia en el convenio que firmó el departamento que él dirigía con la Consejería de Presidencia para poder ceder datos de población a la Administración autonómica. Se cedieron, en concreto, datos del padrón de ayuntamientos de Cataluña, esencialmente nombres y direcciones para poder informar a estas personas sobre el proceso participativo.

Udina ha tenido que comprobar durante su comparecencia, por los papeles que se le han mostrado, la cesión de datos de vecinos también menores de edad, como eran los mayores de 16 años. Se trataba de una base de datos temporal con compromiso de destrucción posterior de los mismos, algo que se comprobó a principios del mes de diciembre.

Jordi Vilajoana, secretario general de la Presidencia cuando ocurrieron los hechos, ha manifestado a continuación que pensaban que debían explicar todo este proceso a los ciudadanos de Cataluña y que se pusieron en contacto con ellos para pedirles los datos de identidad y domicilio de todos los empadronados de más de 16 años.

El objetivo era enviarles una carta porque tenían que informarles del «proceso participativo» que se iba a desarrollar, lo que se concretó en una misiva del entonces presidente de la Generalitat Artur Mas. También ha señalado que cuando llegó la providencia del Tribunal Constitucional los voluntarios ya estaban operando y todo se desarrollo «con normalidad», y de hecho el 4 de noviembre, cuando se suspendió la consulta, todas las cartas ya habían sido enviadas.

CASI UN MILLÓN DE EUROS EN PUBLICIDAD

Por otro lado, responsable de publicidad institucional de la Generalitat Mónica Osacar ha reconocido ante la Sala que desconoce si fue Homs el que ordenó la realización de la campaña institucional para el proceso participativo del 9-N, cuyo montante ascendió a un total de 813.942,80 euros. La campaña se contrató por la vía de urgencia si bien la primera empresa seleccionada renunció al contrato.

Según Osacar no se recibió ninguna orden para frenar esta campaña tras la resolución del Tribunal Constitucional, por lo que se siguió realizando. La testigo ha señalado que no pensaron en ello porque además a la vez que gestionaba este encargo tenían muchas más campañas en marcha e iban «a mil por hora».

A continuación ha testificado Marta Coll, directiva de la empresa de publicidad Media Planning que es la que realizó la publicidad en prensa, autobuses y marquesinas y en el cine, y que ha explicado que de la emitida en televisión y radio se ocupó directamente la Generalitat.

Ha dicho también que su empresa tiene mecanismos para frenar una campaña si se lo ordena el cliente, una orden judicial o el órgano de autocontrol -si fuera una campaña sexista-, pero que ninguno de estos tres supuestos se dio en el caso de la publicidad institucional del 9-N y por ello no se paró.

EMPRESA FOCUS

La primera en declarar este martes ha sido la directora asesoría jurídica de Fira, Fática Soro, quien ha coincidido con lo señalado ayer por los responsables de la empresa Focus, que era la encargada de montar la rueda de prensa que se dio el 9-N por la noche tras la celebración del denominado ‘proceso participativo’. Según esta responsable pese a la suspensión dictada por el Tribunal Constitucional nadie de la Generalitat le ordenó parar en la organización de este evento.

Ha explicado que el contrato entre ambas entidades se firmó el día 7 -una vez suspendida la consulta por el TC- pese a lo cual la fecha que aparece es la del día 3, porque era ese el día en el que comenzaba la vigencia del contrato.

Con esta explicación ha coincidido el segundo testigo que ha depuesto en la sesión de hoy, el director del área de negocio externo de la Fira Pere Camprubí, quien tampoco se preguntó en ningún momento si estaban organizando actos prohibidos por los tribunales. El presupuesto final, no obstante, superó en algo más de 10.000 euros lo previsto inicialmente, algo que este testigo ha calificado de «perfectamente asumible».