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La campaña electoral mantiene el foco en Catalunya tras la tensión por la sentencia del 1-O

   La lucha entre ERC y el PSC por ganar, el resultado independentista y la incidencia en el bloqueo, claves

   BARCELONA, 8 Nov. (EUROPA PRESS) –

   Los catalanes acudirán el domingo a las urnas para votar en una repetición de las elecciones al Congreso y al Senado cuya campaña ha mantenido el foco en Catalunya y tras la tensión social e institucional generada por la sentencia del 1-O.

   Dicha campaña arrancó con el condicionante de las movilizaciones y los disturbios que se dieron en varias ciudades catalanas como respuesta a esa sentencia y las protestas han continuado durante esta semana en algunos mítines, aunque ninguna de las movilizaciones ha obligado a suspender actos electorales.

   El voto soberanista catalán se intuye clave para unas elecciones que afloraron de la falta de acuerdo para investir al candidato socialista, Pedro Sánchez, tras los comicios del 28 de abril, que volvió a llamar a los españoles a las urnas para tratar de desbloquear la situación, aunque la mayoría de encuestas señalan que la gobernabilidad del Estado se antoja complicada de nuevo.

   La campaña también ha estado marcada por la visita el lunes de los Reyes a Barcelona para presidir los Premios de la Fundación Princesa de Girona (FPdGI), el acto que provocó más movilización del sector independentista, que se oponía a la visita del Jefe del Estado a Catalunya y, aunque algunos de los invitados no pudieron llegar a entrar, el acto se acabó celebrando sin más incidentes.

   Otro de los puntos que ha levantado más suspicacias durante la semana es el compromiso de Pedro Sánchez de que traería de vuelta a España al expresidente Carles Puigdemont argumentando que lo haría vía Fiscalía General del Estado, ya que depende del Gobierno; pero el malestar de los fiscales y del resto de partidos, que le acusaron de no respetar la separación de poderes, provocó que Sánchez se desdijera y asumiera que el Ministerio Público es «autónomo».

   El levantamiento del secreto de sumario del caso de los CDR detenidos por presunto terrorismo también ha marcado la semana previa a los comicios, ya que desveló una testifical de uno de los implicados que vinculaba al presidente de la Generalitat, Quim Torra, con un plan para ocupar el Parlament, algo que el jefe del Ejecutivo catalán ha desmentido, exigiendo aclarar las condiciones de las declaraciones de los arrestados.

LOS PARTIDOS

   Los partidos catalanes afrontan los comicios con la CUP concurriendo por primera vez a unas generales, que determinará no solo el respaldo al proyecto independentista el 10N, sino cuál será el reparto de votos entre los partidos que defienden que Catalunya sea un estado propio; todo ello con la incógnita de si el reparto de escaños les hará decisivos para modificar o mantener el bloqueo que impidió la gobernabilidad del Estado tras el 28 de abril.

   El ganador de las últimas elecciones, ERC, ha focalizado su campaña en cargar contra el PSOE, al que acusan de haber virado hacia los postulados de la derecha, y su candidato Gabriel Rufián ha insistido en que «con este Sánchez no se puede hablar», aunque mantiene su voluntad de forzar al Estado a dialogar y no ha aclarado si descarta volver a abstenerse en la investidura.

   Los socialistas, que fueron segunda fuerza, han afrontado la campaña sin su candidata Meritxell Batet, de baja por indisposición; han defendido las medidas de Sánchez sobre Catalunya, como la de volver a penalizar el referéndum ilegal, poniendo el acento en la necesidad de abrir un diálogo dentro de Catalunya y dentro de la ley como la única forma de solucionar el conflicto político, y llamando a acabar con el bloqueo de gobernabilidad que atribuyen a ERC y Unidas Podemos.

   Los comuns, con Jaume Asens al frente, han centrado sus críticas en los republicanos y, sobre todo, en los socialistas, a los que también acusan de acercarse a la derecha, por lo que piden un resultado potente para lograr un ejecutivo progresista que escuche a Catalunya, para la que plantean una propuesta: mesas de diálogo, la libertad de los condenados y, en un segundo paso, un pacto que los catalanes puedan votar.

   La cabeza de lista de JxCat en el Congreso, Laura Borràs, ha focalizado la campaña en mostrar su rechazo al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en reclamar diálogo para solucionar el conflicto catalán, y en insistir a ERC y la CUP que acepten compartir un solo grupo parlamentario independentista en la Cortes.

   Con una campaña de pocos mítines en Catalunya, Cs ha centrado a su candidata Inés Arrimadas en los debates televisivos, se ha situado como la única formación capaz de echar al PSOE del Gobierno y frenar al independentismo en Catalunya –donde ha apostado por aplicar un 155 «urgente»–, y a la vez ha defendido su preferencia por pactar con el PP y su intención de no bloquear un futuro gobierno de España; todo ello llamando a desoír las encuestas, que no le auguran un buen pronóstico.

   Cayetana Álvarez de Toledo (PP) ha cargado contra el independentismo y el PSOE, que ve aliados, y ha pedido reunificar en la candidatura popular el voto de la derecha, a la vez que ha propuesto apoyar con presupuesto el «constitucionalismo», con un plus para jueces y guardias civiles en Catalunya, una nueva televisión pública y una red de escuelas en castellano.

   Vox, por boca del presidente de la formación, Santiago Abascal, y del candidato por Barcelona, Ignacio Garriga, han reclamado suspender la autonomía de Catalunya, aplicar la ley para «restablecer el orden» e ilegalizar los partidos independentistas.

   Al frente de la CUP, Mireia Vehí ha centrado su campaña en la defensa del derecho a la autodeterminación y la amnistía alegando que se presentan al Congreso para bloquear la gobernabilidad y con una estrategia clara para ganar todos los derechos y la independencia de Catalunya: la desobediencia civil.

   La campaña de Más País ha estado marcada por la visita de su líder, Íñigo Errejón, a Barcelona, donde ha pedido que ningún voto progresista se quede en casa para evitar dar una segunda oportunidad a la derecha, y su candidato en Barcelona, Juan Antonio Geraldes, ha insistido en que Más País ha venido a representar, especialmente en Catalunya, a los que «se han visto marginados y huérfanos en los últimos tiempos».