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La carrera a la Alcaldía de Barcelona llega al ecuador entre reproches y avisos de pactos

Actualizado 17/05/2019 12:20:18 CET

BARCELONA, 17 May. (EUROPA PRESS) –

Los candidatos a la Alcaldía de Barcelona han llegado este viernes a la mitad de su campaña electoral, que hasta el momento ha acumulado reproches entre alcaldables y alertas contra posibles pactos postelectorales que creen que perjudicarán a la ciudad.

Son conscientes de que, gane quien gane el 26 de mayo, se deberán buscar acuerdos porque no se prevé que lista alguna logre vencer con una amplia mayoría, pero no por esto están reservándose reproches a sus contrincantes.

La alcaldesa y candidata a la reelección por BComú, Ada Colau, ha defendido la obra de su mandato y ha llamado a la movilización para consolidarla los próximos cuatro años, durante los que quiere liderar un ejecutivo progresista con ERC y PSC, aunque ha criticado a sus cabezas de lista.

El de ERC, Ernest Maragall, ha sido uno de los candidatos a batir en la primera mitad de campaña, ya que las encuestas pronostican que puede ganar a BComú por pocos votos, motivo por el que el republicano ha pedido concentrar en él el voto independentista, lo que le ha valido críticas de sus contrincantes, como las de Elsa Artadi (JxCat) por su edad: «Ladran, luego cabalgamos», ironizó Maragall.

Como el candidato de JxCat, Joaquim Forn, está en la cárcel, Artadi ha cogido protagonismo, y no ha ahorrado críticas a Colau y a ERC –lo que ha provocado malestar entre los dos partidos del Govern–, y en el resto de Catalunya JxCat hacen multitud de actos para tratar de mantener su hegemonía ante el empuje de ERC y PSC –ganadores de las generales en Catalunya y en toda España, respectivamente–.

El socialista Jaume Collboni ha insistido en que en estos comicios se decide «entre un alcalde proindependencia o un alcalde probarcelona», algo que asegura que él representa, y ha criticado la gestión de Colau, y a Maragall por presentarse como moderado pero vetar la candidatura del socialista Miquel Iceta al Senado, bloqueando el diálogo, según él.

Manuel Valls (BCN Canvi-Cs) ha puesto el foco en la seguridad y en reivindicarse como única alternativa posible «ante el populismo y el independentismo», ya que cree que un pacto entre Colau y Maragall tendría graves consecuencias para la ciudad, y ha insistido en tender la mano al alcaldable socialista.

El popular Josep Bou se ha erigido en lo que va de campaña como opción de centroderecha liberal y el «único» candidato que no es socialista y que quiere bajar impuestos, además de cargar contra Colau –en la que ve falta de gestión– y los candidatos independentistas, a los que acusa de dividir a la sociedad.

Anna Saliente (CUP) ha insistido en promover políticas de vivienda ligadas al decrecimiento turístico y combatir el modelo de Marca Barcelona, y ha asegurado que su formación puede ser la clave de la gobernabilidad, aunque no dará ningún «cheque en blanco» para integrarse en un ejecutivo.

¿DEBATE EN LA CÁRCEL?

Los candidatos han participado ya en diversos debates, en que han podido confrontar modelos y constatar diferencias y puntos de encuentro, y en los que han dirigido críticas en todas direcciones –tanto a los proyectos más distantes como a los más afines, para hacer notar las diferencias y tratar de ganarse a los electores–.

Al estar encarcelado en Soto del Real (Madrid), Forn no ha podido participar en estos debates –lo ha hecho Artadi–, en los cuales Maragall ha pedido debatir con él, propuesta que ha abierto también a otros candidatos –como Colau y Collboni– y que la alcaldesa ve con buenos ojos, porque critica que Forn no pueda participar en la campaña.