Inicio Colombia 11 años sin los diputados del Valle del Cauca

11 años sin los diputados del Valle del Cauca

De camuflado llegó el grupo hasta el sitio donde sesionaban los diputados y los sacaron del recinto. Unos momentos después se escuchó el sonido de disparos.

Ya son 16 años por el dolor desde ese 11 de abril de 2002, cuando 12 diputados del Valle fueron secuestrados de la Asamblea en Cali.

Y aunque las familias tenían esperanzas de su regreso sanos y salvos, el 18 de junio de 2007, la tristeza y la tragedia los embargó, cuando se confirmó la muerte de 11 de los exasambleístas en un fuego cruzado, al que las Farc atribuyeron los trágicos hechos.

Sigifredo López fue el único sobreviviente que a su regreso a la libertad rechazó el asesinato de sus compañeros. En el momento del fuego cruzado, López se encontraba separado del grupo.

Por estos 11 años sin los diputados del Valle del Cauca, media Asamblea de aquel 2002, habrá algunos actos convocados por familias y allegados de los asambleístas. Es así que las familias de los exdiputados Alberto Quintero y de Héctor Fabio Arismendi convocaron para este lunes 18 de junio a quienes deseen acompañarlos en una homilía que se realizará en la catedral de Cartago, en el norte del Valle del Cauca.

Familias y allegados de Alberto Quintero y de Héctor Fabio Arismendi convocaron para este lunes 18 de junio a quienes deseen acompañarlos en una homilía que se realizará en la catedral de Cartago

Cuando se cumplieron nueve años de su muerte, en el departamento se llevó a cabo una jornada con el nombre de ‘Homenaje a la democracia: nueve años sin los diputados del Valle. Por la verdad y la no repetición’. El proceso de paz que se cumplió entre el Gobierno y las Farc en La Habana, fue eje central y allí, el clamor es que no se repitan actos como el que acabó con la vida de los 11 diputados.

Para Fabiola Perdomo, esposa de Juan Carlos Narváez, en ese entonces presidente de la Asamblea, ha señalado que este ha sido un proceso largo y doloroso por el cual siempre se pidió conocer cuál era la verdad de lo ocurrido ese 18 de junio de hace 11 años.

Alan Jara, secuestrado entre el 2001 y el 2009, dijo en su momento que los acuerdos de paz han tenido un punto a su favor y es que nunca se ha dejado de hablar de las víctimas.

Por su parte, la familia del subintendente Carlos Alberto Cendales ha señalado que el dolor se ha mantenido, pero ha habido perdón.

El policía, el mismo día del secuestro, ese 11 de abril de 2002, fue asesinado en uno de los baños de la Asamblea, mientras los 12 políticos eran sacados con engaños a un bus que se dirigió rumbo a una zona montañosa del departamento.
Desde entonces, la familia del uniformado vivió en agonía, sin lograr ningún alivio que esperaba con alguna palabra de la guerrilla, luego de que una hermana del policía envió una carta a La Habana y luego pudo viajar a la capital cubana para escuchar de labios de Pablo Catatumbo el perdón que la madre del subintendente, doña Jael Zúñiga, siempre quiso oír antes de su muerte por quebrantos de salud.

La señora murió el 15 de febrero de 2016, sin entender por qué esos guerrilleros, que a plena luz del día simularon ser miembros del Ejército cuando se tomaron la Asamblea, en uno de los baños del edificio, le propinaron a su hijo varias puñaladas y luego dos disparos. Luego sacaron a los diputados en una buseta de vidrios oscuros. La familia se enteró por la necropsia de que Carlos Alberto no solo fue degollado. Además de los disparos, su cuerpo presentó heridas por arma blanca en la espalda y en la cabeza.

El 17 de abril de 2009, el Juzgado Primero Administrativo del Circuito de Cali declaró responsable administrativamente a la Nación (Ministerio de Defensa y Policía) por los daños y los perjuicios causados a la familia Cendales. Esta sentencia fue apelada por el Estado, pero el Tribunal Contencioso Administrativo la ratificó el 31 de marzo de 2011, obligando a la Nación a pagarles una indemnización a los Cendales.

El fallo cuestionó por qué el día del secuestro, la Asamblea del Valle solo estaba custodiada por tres policías, dos hombres, entre ellos, Carlos Alberto, y una agente que estaba embarazada. Así mismo, meses antes, los mismos diputados habían clamado a la Policía por más seguridad en el recinto.

CALI