“Nosotros estábamos en el lugar donde cayó la estructura, son cosas de segundos, cinco de nosotros estábamos en el piso y cuando escuchamos el crujir del puente salimos corriendo”, cuenta Camilo Bustamante, uno de los sobrevivientes de la caída de una parte de la estructura del puente Chirajara, en Guayabetal, Cundinamarca, que hace parte de las obras de construcción de la doble calzada Bogotá-Villavicencio.
Autoridades confirmaron que por lo menos fueron 1.500 toneladas de concreto las que se desplomaron sobre el mediodía del pasado lunes. Nueve trabajadores quedaron atrapados y ocho resultaron heridos.
Los cinco que lograron escapar, entre ellos Camilo, se sumergieron en la nube de polvo para ayudar a sus compañeros, pero los escombros no les permitieron hacer nada.
Este obrero trabaja hace dos años en el montaje de estructuras metálicas y en los meses que lleva en el viaducto de Chirajara nunca escuchó que hubiera fallas en la estructura.
Este martes, familiares y amigos de los obreros se reunieron a las afueras del instituto de Medicina Legal.
Mientras tanto, a 40 metros de profundidad, en un descenso de alto riesgo atravesado por concreto, tensores retorcidos y árboles partidos, se abrían paso 120 socorristas para rescatar los cinco cuerpos que faltaban tras la tragedia.
En total, las labores de búsqueda y rescate tomaron 27 horas. La jornada se reanudó a las 6 de la mañana del martes.
Tres de los cinco cuerpos estaban en una zona muy declinada, por lo que había que garantizar la seguridad de los rescatistas
A las 2:20 de la tarde, el operador de rescate de la Defensa Civil, Jhon Quintero, escuchó por su radio que el último de los cinco cadáveres estaba asegurado en la canastilla.
“Tres de los cinco cuerpos estaban en una zona muy declinada, por lo que había que garantizar la seguridad de los rescatistas, sumado a la fortaleza física requerida para descender y luego elevar los cuerpos”, afirmó Jhon Quintero.
Lo que sigue
Medicina Legal entregó los cuerpos de cuatro soldadores y montadores de estructuras metálicas.
Entre ellos, Gildardo Jiménez Otálora, Alberto Antonio Calle Ortiz, Giovanny Quiroz Delgado y Julio Roberto Salgado Alfonso.
Alexánder Alberto Calle, hijo de Alberto Antonio, dijo que su padre tenía 60 años y desde hace 15 años se dedicaba a la soldadura. Nació en Aguadas, pero se creció en La Felisa, Caldas, y deja cinco hijos. Trabajaba hace 14 meses en el puente.
Hacia la noche del martes, el cuerpo de Alberto Antonio iba a ser llevado a La Felisa, para que toda la familia lo pueda despedir.
Por otro lado, Coviandes resaltó que desde el lunes se activó el Plan de Acompañamiento Social del concesionario para brindar atención a las familias de los obreros muertos y los demás afectados.
Este plan consiste en brindar atención con psicólogos, trabajadores sociales y brindar apoyo en gastos fúnebres. La empresa esperará que sean entregados los cuerpos para iniciar el proceso con las familias.
LLANO SIE7E DÍAS
