Este domingo se cumplieron cinco días desde que se inició la toma pacífica de uno de los salones de la Alcaldía de Santa Marta, por parte de un grupo de funcionarios del gobierno del suspendido mandatario Rafael Martinez.
En total fueron 11 funcionarios los que se declararon en huelga de hambre para exigirle al presidente de la República Ivan Duque que nombre a un alcalde encargado de la terna que presentó el movimiento Fuerza Ciudadana.
Solo siete secretarios se mantienen activos en la protesta, pues otros tres tuvieron que desistir ante una complicación de salud, producto de la diabetes que padecen y una más presentó alteración en la presión y debilidad general.
Los funcionarios de Gobierno, Educación, Dadsa y Consejería para la Paz tras sufrir quebrantos físicos fueron sacados en ambulancia de la alcaldía.
Roger Urieles
Los funcionarios de Gobierno, Educación, Dadsa y Consejería para la Paz, tras sufrir quebrantos físicos, fueron sacados en ambulancia de la alcaldía. El resto se mantienen decididos a continuar sin consumir alimentos hasta que haya un pronunciamiento por parte del Presidente Duque.
Los huelguistas, desde el salón blanco, han continuado cumpliendo sus obligaciones laborales coordinando las operaciones de sus respectivas dependencias.
A la huelga se unió también Luis Guillermo Rubio, gerente del Sistema Estratégico de Transporte, quien había sido declarado insubsistente, pero tuvo que ser reintegrado por las condiciones jurídicas del cargo que desempeñaba dentro de la entidad Distrital.
El alcalde encargado, Andrés Rúgeles, dijo que dicha presión no impedirá que siga adelante con los cambios y decisiones que tiene previsto adoptar durante su administración en Santa Marta.
De hecho, en varias ocasiones Rúgeles ha intentado desalojar a los manifestantes, sin embargo, personal de Defensoría Pública y la Personería ha sido un garante permanente para que sigan con la manifestación.
En las últimas horas el mandatario Rúgeles se reunió con el presidente Duque en Bogotá, pero no hubo anuncio alguno sobre la tensión política que vive la capital del Magdalena.
Roger Urieles
Especial para EL TIEMPO
Santa Marta
