Con el traslado de las primeras 52 familias al nuevo Gramalote, las críticas provenientes de la Alcaldía, el Ministerio Público y algunos líderes sociales por las carencias en materia de equipamiento urbano que presenta el renovado centro municipal de esta población nortesantandereana, no han cesado.
Por el contrario, hay un ambiente de escepticismo atizado por estos cuestionamientos, que alegando a restricciones en las dos vías de acceso, a la falta de colegio, centro de salud y puesto de Policía, desacelera el proceso de reasentamiento, dirigido por el Fondo de Adaptación.
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“No nos hemos podido ir porque apenas hay siete familias en el renacido pueblo. Tampoco están garantizadas las condiciones de acceso, ni por la nueva vía, ni por el tramo provisional que se está utilizando (…) No es que yo me oponga al retorno, sino que debe haber unos mínimos para generar confianza entre los gramaloteros», explicó el alcalde Tarcisio Célis.
No es que yo me oponga al retorno, sino que debe haber unos mínimos para generar confianza entre los gramaloteros
De acuerdo con las proyecciones de esta obra, se prevé que para un plazo de año y medio se culminen las construcciones del colegio y el centro asistencial, mientras se asegure la presencia de la Policía a través de un CAI móvil y se continúe con la entrega de las 1.007 casas del nuevo casco urbano, que emerge en la vereda de Miraflores, a 45 minutos del desaparecido municipio.
Otro de los reparos formulados contra este proyecto de reasentamiento, cuya inversión supera los 400.000 millones de pesos, proveniente del Ministerio Público. A través de requerimientos legales, la Personería indaga la ejecución de una vía de acceso al nuevo Gramalote y la planeación del puesto de salud que podrían presentar sobrecostos y sedimentación en los suelos donde se levantan las estructuras.
“Además de que la obra del nuevo Gramalote no está terminada, pues falta el colegio, el hospital y otras construcciones, hay un manto de duda por adiciones sospechosas y problemas en la planeación que podría devenir en un gasto inadecuado de los recursos públicos y fallas estructurales en algunas edificaciones”, aseguró el personero Gerardo Villamizar
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Sin embargo, funcionarios del Fondo de Adaptación destacaron que la entidad, adscrita al Ministerio de Hacienda, ya tenía previsto un plan de acción para hacerle frente a estas dificultades, por lo que dispuso de una flota de carros y buses para responder a la necesidad de movilidad que manifieste la población.
Con la llegada del primer grupo de habitantes, el pasado sábado, se habló del renacer de este municipio nortesantandereano, que fue sepultado por una falla geológica, el 17 de diciembre de 2010.
Además de las 300 casas de las 1.007 que se están construyendo, el renovado casco urbano se compone de un parque central, una plaza de mercado y un centro administrativo con el despacho del Alcalde, el Consejo, una oficina de la Registraduría y una entidad bancaria.
CÚCUTA
