Inicio Colombia Armero conmemora aniversario de tragedia que dejó 25.000 muertos

Armero conmemora aniversario de tragedia que dejó 25.000 muertos

Nadie olvida la noche del 13 de noviembre de 1985. Es la fecha de la peor tragedia que ha vivido Colombia porque en cuestión de horas la avalancha que bajó por el río Lagunilla sepultó de un solo tajo a Armero, en ese entonces el pueblo más próspero del Tolima

«Es el día más triste que hemos tenido y del que hoy solo quedan miles de historias y recuerdos muy dolorosos», afirmó un hombre que se negó a dar su nombre pues, según él, quien perdió a su esposa y un hijo, «cada año es lo mismo y, al final de cuentas, nadie nos ayuda».

Pobrecitos los damnificados de Armero, pero nada pasa y los que pudimos sobrevivir vivimos sumidos en la pobreza

«Todo mundo dice: pobrecitos los damnificados de Armero, pero nada pasa y los que pudimos sobrevivir vivimos sumidos en la pobreza», señaló el ciudadano de unos 75 años.

La tragedia sucedió cuando el volcán Nevado del Ruiz expulsó gases, materiales y aire atrapado calientes que derritieron un casco de nieve y produjeron una avalancha de agua, piedras, escombros y lodo que bajó a unos 60 kilómetros por hora por el cauce del río Lagunilla y a las 11 de la noche llegó a este próspero municipio, el segundo en importancia del Tolima, que era habitado por 40.000 personas.

La fuerza de la avalancha sepultó a unas 25.000 personas, a las que tomó en su mayoría durmiendo en sus casas.

Una de las víctimas fue el propio alcalde, Ramón Antonio ‘Moncho’ Rodríguez, quien a diario repetía que el volcán era una “bomba de tiempo” y, junto con líderes comunales, intentó hacerle ver al gobierno nacional y departamental el peligro que corrían.

Nadie le creyó al alcalde, él se cansó de advertir que algo malo pasaría

«Nadie le creyó al alcalde, él se cansó de advertir que algo malo pasaría y, vea usted, ocurrió lo peor», dijo Juana, una mujer de 80 años que perdió parte de su familia y propiedades.

En ese entonces, el volcán nevado era vigilado, pero no con el rigor de hoy. Pese a que contaba con una estación de monitoreo instalada cuatro meses antes del desastre, la información no era dada en tiempo real. Cada día había que llegar a la zona en busca de los datos del día anterior.

«La avalancha arrasó al final 4.200 viviendas, destruyó 20 puentes y acabó con todas las vías. Nada quedó en pie. Sobrevivieron 15.000 de sus habitantes», señaló Gustavo Prada quien dirige una asociación de damnificados de la tragedia y él recuerda que los esfuerzos de rescate con los organisnos de socorro fueron obstaculizados por el barro, de hasta 4,6 m de profundidad, que cubría a Armero haciendo prácticamente imposible que alguien pudiera atravesarlo sin hundirse.

También se destruyó la carretera y varios puentes que conectaban a Armero con el resto del departamento por lo que tomó casi doce horas rescatar a los primeros sobrevivientes, así que es probable que muchos heridos de gravedad que podían ser salvados hubieran muerto horas antes de la llegada de los rescatadores.

Hoy es un día en el que las ruinas de Armero se ven repletas de visitantes y familiares de las víctimas que llegan para asistir a las eucaristías oficiadas por sacerdotes del norte del Tolima y se realizan en este lugar que fue declarado campo santo por el Papa Juan Pablo II.

En las ruinas una de las tumbas más visitadas es la de Omaira Sánchez, la niña que se convirtió en el rostro de la tragedia ya que pese a los esfuerzos de los rescatistas murió atrapada por el lodo.

«Hoy venimos a recordar la tragedia y a llorar a nuestros seres queridos arropados por miles de toneladas de piedra y lodo», dijo Jorge Ruiz, quien viajó desde Bogotá para estar en los actos de conmemoración.

IBAGUÉ