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Así es el tráfico de los medicamentos psiquiátricos

Ramazan Gencay concertó una cita con una bella mujer por internet y, el 27 de diciembre pasado, veinte días después, su cadáver fue hallado en una quebrada al occidente de Medellín. Después de un par de bebidas, la mujer que lo acompañaba envenenó su vaso con una alta dosis de Lorazepam, un potente medicamento usado únicamente por siquiatras para casos muy específicos.

La dosis fue muy alta, y el cuerpo del profesor turcocanadiense no resistió. Al ser extranjero, todas las autoridades policiales encendieron las alarmas por su asesinato.

Luego de muchas pesquisas se estableció que su muerte fue causada por una red criminal especializada en robar a sus víctimas usando medicamentos siquiátricos, y fueron detenidas tres personas, un hombre y dos mujeres, el 31 de enero pasado.

No obstante, esta no es la primera vez que ocurre algo parecido. Según coinciden varias autoridades y expertos, el suceso es una muestra del mercado negro de sustancias controladas que cada vez cobra más fuerza en Medellín.

“En 2017 incautamos, en promedio, 70.000 pastillas de medicamentos siquiátricos, y en 2018 fueron 150.000. En promedio, recibimos 2 denuncias cada mes por esta modalidad de hurto, aunque hay un gran subregistro. Estamos en alerta máxima”, señala Raúl González Flechas, director de Fiscalías de Medellín.

Los clientes del mercado ilegal de medicamentos no solo son redes criminales, también lo son drogadictos o pacientes siquiátricos.

Para el siquiatra especialista en adicciones Ramón Acevedo, también concejal de Medellín, uno de los grandes agujeros por donde fluye la mercancía hacia ese mercado ilegal es producto de un defectuoso sistema de salud.

Según explica Acevedo, en los consultorios se conoce una modalidad para obtener los medicamentos. Cuenta que el paciente llega a la farmacia con una fórmula de tres cajas de un medicamento siquiátrico, y el vendedor le dice que solo tiene una y que, si quiere, le entrega las otras dos en los próximos días y se queda con la fórmula y registra la entrega de tres cajas.

Según coinciden varias autoridades y expertos, el suceso es una muestra del mercado negro de sustancias controladas que cada vez cobra más fuerza en Medellín

¿Faltan controles?

El origen de la demanda de este mercado negro es muy diverso. La constituyen desde pacientes siquiátricos que tienen problemas con sus fórmulas hasta redes criminales. Sin embargo, el aumento del consumo de cocaína y otras sustancias estimulantes está estrechamente ligado.

“Muchos de los muchachos que consumen primero se inician con la marihuana y después prueban el bazuco, la cocaína, tusi (cocaína rosada) y después, la ‘rueda’. Hay una relación alta en las personas que inician el consumo de marihuana y van escalando hacia otras sustancias. Las ‘ruedas’ permiten que tengan experiencias muy similares a los estados de embriaguez”, explica el concejal Acevedo.

Las ‘ruedas’ son parte de un conjunto de medicamentos denominados benzodiacepinas. “En la medicina, las benzodiacepinas se usan principalmente como ansiolíticos y relajantes musculares. En la anestesia son muy utilizados como inductores anestésicos por su gran potencial hipnótico y sedativo”, explica el siquiatra Jeffrey González, especialista en adicciones y miembro de la Asociación Colombiana de Psiquiatría.

No obstante los estrictos controles de la Secretaría Seccional de Salud de Antioquia, entidad encargada de regular la comercialización de los medicamentos, estos pueden ser conseguidos por cualquiera.

“Hacer trampas en el sistema no es imposible. Nuestra auditoría consiste en hacer una verificación juiciosa y documentada sobre el recetario, pero nunca podría llegar al nivel de preguntarle al ciudadano si le entregaron los medicamentos completos. Los volúmenes de productos no permiten hacer eso”, explica Alberto Aristizábal, director de factores de riesgo de la Secretaría Seccional de Salud de Antioquia.

Según precisa el funcionario, de las 4.400 farmacias de Antioquia, 157 pueden manejar esas sustancias. El año pasado, la secretaría impuso 15 sanciones.

Hay una importación grande de estos medicamentos a través de farmacias de ciudades fronterizas o en puertos”, afirma González, director de Fiscalías de Medellín, para quien deben endurecerse los controles en la frontera con Ecuador y Venezuela, ya que allí comienza la cadena que abastece el mercado negro en el país.

No obstante, para expertos como el concejal y siquiatra Ramón Acevedo, el auge de este mercado también está muy relacionado con las fallas del sistema de salud.

“Yo pienso que la seccional de Salud debería tener un control mucho más estricto a las farmacias, sobre todo en las EPS, en donde facturan medicamentos que nunca despacharon. Ahora que estamos buscando por dónde se desangra al sistema de salud, esa es una manera”, denuncia el concejal.

JACOBO BETANCUR PELÁEZ
Medellín
En Twitter: @JacoboBetancur