Inicio Colombia Así fueron los 26 tensos días del Cauca conviviendo con minga indígena

Así fueron los 26 tensos días del Cauca conviviendo con minga indígena

Luego de 27 días de protestas, el Gobierno Nacional informó en la madrugada de este sábado que logró llegar a un acuerdo para levantar la minga indígena en el suroccidente del país. Sin embargo, el balance de lo que fueron tensos días de conversaciones y rupturas entre las partes es de pérdidas estimadas para el comercio en 60.000 millones de pesos,  afectaciones en las operaciones de transporte y abastecimiento de gasolina, cese de actividades escolares y sobre todo, entre otras. Todo esto en el marco de una realidad: el Cauca es el tercer departamento más pobre de Colombia.

El paro tenía asfixiado al reducido aparato productivo de la región, pues el 90 por ciento de los comerciantes y empresarios pertenecen a la categoría de las pequeñas y medianas empresas. “Aquí nosotros no tenemos conglomerados como el Grupo Argos o la Organización Ardila Lülle. Aquí somos pequeños y el impacto de los taponamientos es terrible”, declaró en su momento Ana Fernanda Muñoz, presidente de la Cámara de Comercio del Cauca.

“Las pérdidas de todos los sectores del departamento suman por día $1.700.000.000 y $34.000.000.000 en estos 20 días de bloqueos”, señaló la funcionaria.

En otro frente, es sector transporte sufrió una importante afectación en su operatividad, además de ser objeto de actos de vandalismo. Esta situación se debió al cierre de una de las vías más importantes del país: la Panamericana.

Los taxistas de la ciudad blanca también han sido golpeados por la minga indígena. Ante el desabastecimiento de gasolina, tienen que hacer —como el resto de payaneses— unas interminables filas de decenas de calles para adquirir el combustible: “Yo me metí a la cola a las cinco de la mañana y a la una de la tarde quedé cerca de la bomba, pero se acabó la gasolina.

Tras el anuncio del acuerdo entre el gobierno y la delegación indígena, se inicia el desbloqueo de la vía Panamericana.

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Cortesía

Por su parte, el sector de la construcción ha sido duramente golpeado por el bloqueo: “En este momento no tenemos ni cemento ni hierro ni combustibles. Las ferreterías disminuyeron sus ventas en un 40 % y las constructoras en un 52 %. Las proyecciones que hemos realizado a partir de los paros anteriores nos indican que en este sector el desempleo podría aumentar del 10.7 % al 11.3 %”, dijo a EL TIEMPO Mónica Valverde, gerente de Camacol Popayán.

En el sector turístico, uno de los más golpeados, albergues y hostales de la Ciudad Blanca permanecen vacíos, ad portas de Semana Santa, la época más importante para la ciudad dada la cantidad de visitantes que llegan para acompañar las procesiones y los diferentes eventos religiosos en torno a esta celebración que en septiembre de 2009 fue declarada por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

“De los 24 días que lleva el paro, pasamos de tener una ocupación del 90 % al 10 %”, declaró Philippe Rouillard, administrador de un hotel de Popayán: “Así abrieran la vía durante la Semana Santa, no recuperaríamos todas las pérdidas que hemos tenido. Tres días al año, que van del Miércoles al Viernes Santo, jamás van a compensar el daño que nos han hecho a este sector”.

Concentración indígena en La Delfina.

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Juan B. Díaz, EL TIEMPO

Durante las tres semanas de protestas se presentaron enfrentamientos entre la fuerza pública y los indígenas, que dejaron más de 40 personas entre indígenas y miembros de la fuerza pública heridos, un patrullero de la Policía muerto, un comunero muerto, un mayor del ejército y un patrullero de Policía sorprendidos de civiles.

El CRIC fue el organismo que confirmó la muerte del comunero Breiner Yunda Camayo durante enfrentamientos con la Fuerza Pública, y e gobierno la del patrullero del ESMAD Boris Benites, supuestamente  manos de grupos ilegales que tendrían la Minga inflitrada.

El proceso y lo pactado

Cada jornada de diálogo podía extenderse entre 8 y 12 horas diarias, en medio de los enfrentamientos, el cansancio y el descontento de las partes.

El presidente Duque indicó que el «objetivo fundamental» de lo pactado busca «solucionar problemas que históricamente se habían quedado sin resolver, por exceder la capacidad de cumplimiento del Estado y porque los compromisos adquiridos en el pasado sobrepasaron la realidad fiscal».

Además, dijo que para cumplir con esas promesas se destinaron unos 90 millones de dólares para construir viviendas nuevas,
mejoras en salud, proyectos productivos, infraestructura vial y mayor seguridad. Los recursos están consignados en el Plan Nacional de Desarrollo, la hoja de ruta de cada gobierno y que deberá ser aprobado por el Congreso. Duque no se refirió a otros reclamos considerados centrales por los aborígenes, como la adjudicación de tierras, el cese de la violencia contra sus líderes ni la concreción de reformas rurales derivadas del pacto de paz con la exguerrilla FARC.

Los indígenas, que representan el 3,4 por ciento de los 42 millones de colombianos, convocaron la minga exigiendo el cumplimiento de lo pactado con otros Gobiernos y la presencia del mandatario en el Cauca, pero Duque se rehusó a ir a la zona hasta que los protestantes desbloquearan la vía.

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