Pasaron 28 días antes de que Ecopetrol pudiera tomar el control e iniciar el sellamiento del pozo Lisama 158 en el corregimiento La Fortuna de Barrancabermeja (Santander). Con el procedimiento, por fin cesó el afloramiento de crudo, lodo y gas registrado entre el 2 y el 30 de marzo, y con ello las acciones se concentraron aún más en la recuperación del ecosistema y las comunidades afectadas.
Tras mes y medio de la emergencia, las causas de la fuga no han sido aclaradas. La estatal petrolera ha dicho que la situación se presentó por una fractura en el revestimiento tubular de este yacimiento que se encontraba inactivo desde el 2006.
El inventario de daños fue dramático: al menos 2.500 animales murieron (en su mayoría peces) y 24 kilómetros a lo largo de las quebradas La Lizama y Caño Muerto, y aguas del río Sogamoso, resultaron contaminadas.
Las imágenes más fuertes de la costosa tragedia ambiental fueron protagonizadas por las especies animales que quedaron atrapadas en la mancha de petróleo que escurrió por las fuentes hídricas y que cubrió un amplio terreno de capa vegetal de la zona.
Ante ello, en un hecho sin precedentes en la atención de emergencias provocadas por la industria petrolera en esta región del país, que cumplió cien años de operación, se convirtió la respuesta que se tuvo en el rescate de la fauna afectada.
Estas labores para salvaguardar la vida de los animales ha sido liderada por Cabildo Verde, una organización que durante 29 años ha trabajado por la conservación del medio ambiente en la región del Magdalena Medio, y que para ello instaló en la zona un centro de recepción de los individuos.
Hasta la segunda semana de mayo, 6.622 animales habían sido salvados, de estos 6.534 están libres.
Las especies han sido marcadas de manera que a futuro logren ser ubicadas y trasladadas a su lugar de origen.
Jaime Moreno / EL TIEMPO
El biólogo Miguel Bacca, indicó que la intervención arrancó el 16 de marzo, día en que empezó con sus compañeros de Cabildo Verde una valoración de la salud de cada animal rescatado en el área del evento para ver qué tipo de atención requerían.
Una vez recuperados, fueron liberados en una sitio ajeno al área de la problemática. En este caso, fueron llevados a la zona de la cuenca de la quebrada La Gómez, en el municipio de Sabana de Torres, donde la organización cuenta con un área de reserva natural de 630 hectáreas que tiene las mismas condiciones ambientales de biodiversidad de la zona de la contingencia.
Las especies han sido marcadas de manera que a futuro logren ser ubicadas y trasladadas a su lugar de origen.
De acuerdo con el biólogo, tras haberse superado la etapa crítica se inició una nueva fase de extracción ya no en volumen sino selectiva de animales que, tras ser valorados y atendidos, serán devueltos al área donde fueron encontrados, en donde alternamente Ecopetrol ya adelanta labores de limpieza de fuentes de agua y material vegetal contaminado.
Según el experto, la idea es identificar las condiciones de salud de los especímenes, tener valores más objetivos como química sanguínea, y tras monitoreos saber sobre el efecto que pudo tener el crudo en ellos y su capacidad de resiliencia y de recuperación en su propio medio.
“La búsqueda se fijará en animales que por evidencia tengan consecuencias del crudo, se sacarán del área para ser tratados, se marcarán y serán devueltos al lugar para evaluar cómo estos van a estar recuperándose junto con el ecosistema. Un factor importante de estudio será el reproductivo”, explicó Bacca.
Los animales que serán objeto de estudio corresponden a especies representativas de las poblaciones que más han sido rescatadas, entre ellos anfibios y reptiles.
BUCARAMANGA
