Inicio Colombia Así son las cucharas comestibles que quieren ser tendencia en India

Así son las cucharas comestibles que quieren ser tendencia en India

En 2005, mientras realizaba una visita de campo en Mahabubnagar, un distrito propenso a la sequía de Telangana, en la India, Narayana Peesapaty pidió un jowar roti (pan de maíz) para comer. Pero al llegar tarde a su almuerzo, el roti se había enfriado y endurecido.

Si una espátula plana puede funcionar, ¿por qué no una cuchara tridimensional? Sentí que podía matar dos pájaros de un tiro

«Tuve que romper el pan, y comerme el dal y el curry con los pedazos, a modo de cubiertos. Fue como una revelación. Si una espátula plana puede funcionar, ¿por qué no una cuchara tridimensional? Sentí que podía matar dos pájaros de un tiro», recuerda Peesapaty.

Los pájaros a los que se refiere son dos asuntos importantes: la necesidad de reducir la superficie utilizada para el cultivo intensivo de arroz en la India, que requiere grandes cantidades de agua, y el problema mundial de la contaminación por plásticos, así como su uso indebido. Aunque el material no es intrínsecamente malo, Peesapaty sostiene que los plásticos no deben usarse para manipular alimentos ya que contienen sustancias químicas con propiedades cancerígenas y neurotóxicas que se filtran a lo que comemos.

Su solución fue crear cubiertos comestibles, y para producirlos fundó una compañía llamada Bakeys.

Bakeys fabrica cucharas hechas principalmente de jowar –harina de maíz–, harina de arroz y de trigo en tres sabores: saladas, dulces y naturales. «Como científico agrícola, quiero que este mundo sea un lugar mejor para vivir», afirma Peesapaty. Su esposa, Pragyna Keskar, asegura que las cucharas son aptas para el consumo y «saben como crackers». Incluso si no se comen, se pueden desechar en el medio ambiente, ya que son biodegradables.

En la India, el maíz era tradicionalmente el alimento básico de la gente pobre, mientras que el arroz se reservaba para ocasiones especiales, como festivales. Así, el arroz se convirtió en un alimento codiciado hasta los años ochenta, cuando la India comenzó su política de subsidiar la energía para el sector agrícola. Desde entonces, el cultivo de arroz ha crecido exponencialmente y el maíz ha perdido su lugar privilegiado en la mesa.

En 2016, el gobierno de la India adquirió casi 50 millones de toneladas de arroz como reserva de estabilización, casi un tercio de la producción total del país. «El arroz se está pudriendo en los almacenes y a nadie le importa. Algo anda mal», dice Peesapaty, agregando que una solución a la crisis inminente sería reducir el cultivo de arroz en un 25% y fomentar el consumo de maíz.

El arroz se está pudriendo en los almacenes y a nadie le importa. Algo anda mal

 emprendedor se empleó entonces a investigar qué sucedía con las cucharas de plástico usadas. Al mirar en los contenedores de basura, encontró material y bolsas de plástico, pero solo cucharas de plástico rotas, lo que indicaba que la gente estaba reutilizando las que aún estaban enteras. «Esto fortaleció mi determinación de hacer cubiertos comestibles y comencé a experimentar en casa», recuerda Peesapaty. «La cocina era mi laboratorio».

Intentó hacer cubiertos utilizando diferentes combinaciones de harina. Cuando finalmente dio con la combinación correcta, tuvo dificultades para encontrar un fabricante de moldes. Luego, conseguir inversores se convirtió en una pesadilla.
«Fueron días muy malos. Amigos y parientes comenzaron a evitarme por miedo a que les pida dinero». Vendió algunos de sus bienes, incluyendo una casa en Vadodara y un apartamento en Hyderabad. Usó sus ahorros y los de su esposa. «Hemos pasado por lo peor», confiesa.

La pareja recaudó más de 20 millones de rupias (300.000 dólares) por cuenta propia; no obtuvieron un préstamo bancario hasta 2014. Mientras tanto, Keskar había aceptado otros trabajos para complementar sus ingresos. «Comparto su pasión por hacer cucharas comestibles, igual que su madre», dice.

En 2016, Bakeys recaudó 18,7 millones de rupias mediante el crowdfunding en Kickstarter y más de 2,4 millones de rupias en Ketto, gracias a un vídeo publicado en las redes sociales que se volvió viral.

Bakeys ahora emplea a 11 personas: ocho trabajadores en la fábrica de las afueras de Hyderabad, un contable, un diseñador web y un investigador. Produce 10.000 cucharas al día usando 500 kg de harina de maíz, y una cantidad similar de harina de arroz y otros ingredientes.

Cada cuchara tiene un coste de producción de cuatro rupias, distribución incluida. Desde su lanzamiento, la compañía ha vendido 2,2 millones de cucharas. Más de 120 países están tratando de hacer pedidos, pero Bakeys no los acepta.

«Nuestra página web está destinada a recibir pedidos, pero la hemos detenido porque no podemos satisfacerlos todos», dice Keskar, y agrega que el desajuste entre la oferta y la demanda es enorme. Los pedidos más grandes de la compañía provienen de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia, Dubái, Singapur, Taiwán y China.

Ahora queremos vender las máquinas y enseñar a los compradores a usarlas. Dejarles vender bajo su propia marca, porque no podemos hacer una gran producción en serie con una sola máquina

«No queremos producir más. Ahora queremos vender las máquinas y enseñar [a los compradores] a usarlas. Dejarles vender bajo su propia marca, porque no podemos hacer una gran producción en serie con una sola máquina», dice Peesapaty, y añade que las máquinas costarán 1,4 millones de rupias cada una. Los beneficios de estas ventas ayudarán a Bakeys a expandir su línea de productos desde los cubiertos hasta la vajilla.

La patente de Bakeys está pendiente desde 2012. «Me di cuenta de que el mundo había apreciado nuestros productos, pero nuestro prototipo para producir cucharas comestibles en masa tardó dos años en perfeccionarse», dice el emprendedor. «Ahora estamos listos.»