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Atentado en Bogotá cobró la vida de ‘rey de las pistas de atletismo’

«Quiero ser el mejor atleta de Colombia y ganar muchas medallas como el mejor mundo», le dijo Alan Paúl Bayona a Javier Leguizamo, entrenador de atletismo durante varios años de este cadete que murió en el atentado de este jueves en la Escuela de Policía General Santander. 

Ese diálogo surgió cuando Alan Paúl ingresó al Sena en Ibagué, donde se graduó con honores como técnico en Gestión Empresarial.

Ese día, Javier, instructor y profesor de Educación Física en el Sena, lo abrazó y le dijo: «serás el mejor del mundo porque eres disciplinado y amas el atletismo».

Alan Paúl, nacido en el municipio de San Luis, Tolima, en 1997, era un atleta galardonado. A los 18 años ganó la medalla de oro en los 800 metros planos de los Juegos Nacionales de Aprendices del Sena que se realizaron en Cúcuta y logró superar a más de 100 competidores de 20 departamentos.

Su estatura de 1 metro con 84 centimentros, su zancada larga y disciplina,  convirtieron a Alan en un atleta inalcanzable en las pistas.

«Alan Paúl volaba en la pista y en los 800 metros era invencible pues tenía todas las condiciones físicas y atléticas para llegar lejos», aseguró el entrenador Javier Leguizamo.

Alan Paúl volaba en la pista y en los 800 metros era invencible pues tenía todas las condiciones físicas y atléticas para llegar lejos

Su otro sueño era vestir el uniforme de la Policía Nacional y desde hace 2 años estudiaba para ser oficial en la Escuela General Santander, donde sus compañeros le decían ‘el rey de las pistas de atletismo’.

Las medallas lo perseguían y el año pasado fue el mejor en los 800, 1500 y 3000 metros planos de los Juegos Nacionales que organizan las Escuelas de Policía.

Varias veces le comentó a su entrenador que quería ser policía y un día partió de Ibagué hacia Bogotá a cumplir esa meta, pero el atentado terrorista truncó sus sueños.

El  último diálogo con Javier Leguizamo fue el primero de enero pasado cuando el atleta llamó a su entrenador por celular para darle el feliz año «y me ratificó que seguía en pie su sueño de convertirse en el mejor atleta del mundo».

En la Liga de Atletismo del Tolima también lo recuerdan por su amor al deporte y el deseo inmenso de educarse.

«Alan Paúl dejó en alto el nombre del Tolima pues brillaba donde competía dado que poseía ventajas físicas y deportivas que supo explotar», dijo un directivo de la Liga.

En San Luis, su tierra natal, todos lo lloran y señalan que «la guerra nos quitó el mejor deportista de los últimos años».

La guerra nos quitó el mejor deportista de los últimos años

«A sus padres y a él los caracteriza la humildad», dijo un habitante de ese municipio.

Adiós a una promesa del fútbol

Steven Prada Riaño, cadete de la Policía que falleció durante el atentado. 

Foto:

Cortesía.

El ataque con explosivos tambén le quitó la vida a Steven Prada Riaño, un cadete de 22 años que deja huella en el Tolima por su amor al fútbol.

Alirió Amaya, su primer entrenador en el club Grama Deportes, en Ibagué, lo recuerda como un joven con todas las condiciones físicas para ser futbolista profesional.

«Cuando tenía 10 años se metió a una cancha y me dijo: ayúdame, quiero ser arquero, quiero ser futbolista», señaló el entrenador Alirio Amaya.

Los amigos de Steven recuerdan que el joven jugó torneos nacionales de Ponyfútbol, y no se perdía los certámenes departamentales ni los municipales, «y a diario repetía que su pasión era el fútbol», comentó un allegado al difunto.

Fue un arquero muy hábil, debajo de los 3 palos volaba, y se caracterizaba por atajar balones con destino de go

«Fue un arquero muy hábil, debajo de los 3 palos volaba, y se caracterizaba por atajar balones con destino de gol», afirmó el entrenador Amaya.

Seteven ingresó hace dos años a la Escuela de Policía General Santander con el sueño de ser oficial.

«Steven vino a Ibagué en vacaciones de diciembre para compartir con su familia y lleno de ilusiones regresó a Bogotá hace unos 10 días», dijo un familiar del cadete y agregó que «amaba el deporte, pero también soñaba con ser Policía».

FABIO ARENAS
PARA EL TIEMPO
IBAGUÉ