El dolor que sintió el municipio de Fundación y el departamento del Magdalena con el horrendo crimen de la niña de nueve años a manos de Adolfo Arrieta García quedó evidenciado este viernes en la multitudinaria marcha que se organizó para acompañar a los familiares de la pequeña víctima hasta su última morada.
Esta era la segunda vez en toda su historia que el pueblo se unía en una gigantesca concentración para despedir a un menor de edad fallecido de manera trágica. La anterior ocasión fue por los 33 niños y niñas que murieron calcinados en un autobús en mayo del 2014. Esta vez, el motivo que convocó a la solidaridad tuvo que ver con un caso de violencia que silenció la vida de otro menor miembro de esa población.
Centenares de personas propias y foráneas acompañaron la marcha fúnebre con carteles y a gritos exigieron que este tipo de hechos no vuelvan a ocurrir en Colombia, así como castigo para el responsable. Los llantos de tristeza e impotencia fueron inevitables, en especial entre quienes compartieron en vida con la menor.
“Te vamos a extrañar mucho. Dios te tenga en su gloria”, eran algunas de las palabras de lamento que se escuchaban en el recorrido que partió desde la casa de la niña en el barrio San José hasta la iglesia San Rafael, donde fue oficiada la misa.
En medio de la caminata que se hacía a paso lento, las personas comentaban lo inexplicable del suceso. Nadie asimila cómo una persona pudo acabar de manera tan cruel con la vida una pequeña y dejar destrozada una familia entera.
Te vamos a extrañar mucho. Dios te tenga en su gloria
En la marcha, sus allegados la recordaban como una niña querida por sus profesores y compañeros de clase en el colegio Jesús de Nazareth. Una de sus vecinas señaló que prefería “patear un balón antes que jugar con una muñeca”, y su padre, Benjamín, recordó que era inquieta y le entusiasmaba jugar fútbol, deporte en el cual se destacaba.
Pero no solo los familiares, vecinos y compañeros de colegio acompañaron a la niña en su último adiós. La vicepresidenta de Colombia, Martha Lucía Ramírez, también hizo presencia en Fundación para demostrar el compromiso que tiene el Gobierno con los menores.
El padre Dairo Navarro dirigió la multitudinaria despedida de la niña en Fundación, Magdalena.
Roger Urieles
En la eucaristía, el sacerdote Dairo Navarro entregó palabras de aliento a Yeimi, madre de la menor, quien con un llanto imparable se aferraba al féretro de su pequeña. Entre tanto, el sacerdote hablaba del perdón, la reconciliación y cómo una madre perdió a su hijo en la cruz, además de manifestar que “hoy Fundación es cuidada por un nuevo angelito”.
En el cementerio, el dolor y la impotencia vencían a Benjamín, quien se desplomó en pleno sepelio . “¡Ay, mi hija! No puede ser”, gritaba el padre desesperado antes de irse a piso ante los cientos de asistentes, no sin antes pedirles fuerza al cielo y a su hija.
De otro lado, Adolfo Arrieta García, confeso homicida de la niña, fue enviado a la cárcel Rodrigo de Bastidas de Santa Marta. Al ingresar a la prisión, otros reclusos lo intentaron linchar, dándole algunos golpes.
Las autoridades del penal tuvieron que trasladar a Arrieta a otro pabellón para preservar su integridad física.
ROGER URIELES
Especial para EL TIEMPO
Fundación, Magdalena
