La pesadilla de cruzar diariamente un río habitado por caimanes para un grupo de estudiantes de la sede San José, de la institución educativa San Luis Beltrán, ubicada en zona rural del municipio de Sardinata (Norte de Santander), podría llegar a su fin en los próximos meses.
La Gobernación de Norte de Santander empezó a concertar con la comunidad de la vereda Campo Lajas una serie de medidas para proteger la integridad de estos 14 niños, entre 5 y 13 años, que se aferran a una improvisada balsa de madera para cruzar las aguas del río Nuevo Presidente y evitar ser alcanzados por estos temidos reptiles.
Mientras se surta este proceso de negociación, la entidad, a través de la Secretaría de Educación, decidió suspender las actividades escolares de estos alumnos de básica primaria hasta nueva orden.
“El jueves se va realizar una reunión con los funcionarios y los padres de familias para buscar alternativas y garantizarles a estos pequeños su educación. Lo primero es adquirir una canoa para que los niños puedan recibir clases a 25 minutos de ahí y tal vez buscar un nuevo lote para construir una nueva escuela”, indicó William Villamizar, gobernador de Norte de Santander.
Aunque en un principio el funcionario destinó 70 millones de pesos para mejorar la infraestructura de este plantel educativo, la posibilidad de construir una nueva escuela en otro lugar está tomando mayor fuerza, contando con el apoyo de la Alcaldía de Sardinata en la compra de un predio para ejecutar la obra.
Esta es la sede San José, de la institución educativa San Luis Beltrán, donde estudian 14 niños de primaria.
Suministrada
Bajo esta misma línea, el mandatario regional sugirió trasladar a estos estudiantes al internado del corregimiento de La Gabarra, del municipio de Tibú, con el fin de no entorpecer el cronograma educativo de estos menores durante la obra.
“Nosotros creemos que la solución de fondo es construir un puente y adecuar uno que ya existe, que está en malas condiciones, asimismo adecuar la escuela. Sin embargo, lo que se busca es evitar el riesgo al que están sometidos estos pequeños”, aseveró Juan Gabriel Peñaranda, personero de Sardinata.
A raíz de una tutela acompañada por esta oficina del Ministerio Pública, la Corte Constitucional revisó el caso y a finales de junio conminó al Estado a salvaguardar los derechos de esta comunidad educativa, que se vio obligada a capotear los peligros de este afluente dado el estado de abandono en el que se encuentra el puente peatonal ‘La Hamaca’, ubicado a 20 metros de altura del cuerpo de agua.
Desde 2016, cuando llegó el docente Duvian Rolón Gómez a dictar clases a esta escuela, él notó que el paso elevado estaba en mal estado y que sus estudiantes se aferraban a una improvisada balsa para llegar al salón de clases.
El maestro expuso esta situación ante los entes territoriales, pero ante las promesas incumplidas, decidió interponer este recurso jurídico para alertar sobre el riesgo de que alguno de estos infantes terminara siendo presa fácil de los caimanes, como ocurrió años atrás, cuando el hijo de un pescador de la zona fue devorado por uno de estos animales.
Así se encuentra el puente peatonal ‘La Hamaca’, que era usado por estos menores para ir a su escuela.
Corte Constitucional
CÚCUTA
