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Buscan que la Catedral de Manizales sea foco de turismo religioso

Que la Catedral Basílica de Manizales, una de las más imponentes edificaciones de la ciudad, tenga un reconocimiento similar al del templo de la Sagrada Familia en Barcelona (España), es una meta por la que se han unido las fuerzas ciudadanas, eclesiásticas y políticas de la capital de Caldas.

Desde hace más de 15 años se busca convertirla en un foco de turismo religioso, por eso se viene embelleciendo paulatinamente con millonarias inversiones. En el 2002 se inició con la tarea de reforzamiento estructural de torres y el cierre de grietas provocadas por los sismos.

En el 2005 se reforzaron los cuatro muros externos, los santos y el Cristo del altar y la más reciente reparación se dio en 2017, cuando después de años soportando humedades que la oscurecieron, la catedral recobró su color natural.

Este 2019 el turno será para los 70 vitrales que la adornan. Después de varias solicitudes y estudios técnicos se logró que el Ministerio de Cultura, la Gobernación de Caldas y la Arquidiócesis de Manizales firmaran un convenio por 3.520 millones de pesos para restaurarlos.

Gustavo Castañeda, secretario general de la junta cívica de la catedral, contó que era un deseo de vieja data que se hará realidad. “El paso del tiempo, los temblores y el viento los han debilitado. Por eso hicimos un estudio minucioso de cada uno y encontramos más de 1.500 fracturas, estaban a punto de caerse y ya era necesario intervenirlos”.

Castañeda agregó que después de ese análisis se presentó al gobernador, Guido Echeverri, la solicitud y él gestionó los recursos con el Ministerio de Cultura, quien el pasado 31 de enero hizo oficial el convenio entre las partes.

En esa ocasión, la ministra, Carmen Vásquez, aseguró que “es muy importante aportar a que este hermoso templo, bien cultural de interés de la nación, mantenga su esencia”.

Añadió que los recursos ya están garantizados por lo que el siguiente paso será abrir una licitación para intervenciones e interventoría. “Esperamos iniciar las obras en dos meses. Esta es una oportunidad histórica para rehabilitar nuevos espacios de visita para fieles y turistas”, apuntó.

Mano de obra local

Este será un arduo trabajo, pues cada uno de los 70 vitrales contiene alrededor de 300 piezas, por lo que serían 4.000 mil pequeños cuadros de vidrio por desmontar, limpiar, reparar y ubicar de nuevo. Por eso se buscarán artistas con amplia trayectoria.

“Son obras de arte de las que ni siquiera los mismos manizaleños conocen su valía. Por eso nos comunicaremos con los mejores vitralistas de Francia e Italia”, indicó Castañeda.

Con la presencia de expertos en este arte, poco común en Colombia, se pretende también traer más visitantes. La idea es que cuando lleguen a Manizales se pueda instalar un taller dentro de la catedral, donde en algún momento las personas puedan ver cómo se hacen.

Pero en este reto los extranjeros no estarán solos, pese a su experiencia, necesitaran ayuda, por eso -según informó la junta- se exigirá en su contrato que el apoyo técnico sea mano de obra local.

Uno de los vitralistas que espera hacer parte del proyecto es Raúl Gómez, quien tiene su taller hace 30 años en Manizales. De allí han salido piezas no solo para Colombia, sino también para varios países de Europa.

“Los vitrales son como una filigrana, el tratamiento es como de joyería a lo grande. Requiere conocimiento técnico y cromático. Esperamos participar del proyecto, porque queremos aportar nuestros conocimientos para embellecer uno de los íconos de la ciudad”, comentó Gómez.

Incluyendo a personas de la región en la restauración, la junta cívica busca que más personas queden calificadas para hacer mantenimiento de los vitrales, que fue lo que no se pudo hacer en los 83 años que llevan instalados.

Obras complementarias

La junta cívica informó que cuando la reparación esté terminada se habilitarán nuevos recorridos al interior del templo, buscando que la catedral sea autosostenible.

“Tenemos el Corredor Polaco a una altura de 100 metros, por lo que personas con alguna dificultad de salud no pueden subir, entonces se abrirá paso a las terrazas. Además, crearemos un museo con una bóveda para custodias, cálices de oro y pesebres de diferentes estilos y tamaños”, apuntó Castañeda.

En un plazo de tres años se espera que debajo de cada vitral haya placas informativas que cuenten quien, cómo, cuándo y qué significado tiene cada pieza.

LAURA USMA CARDONA
PARA EL TIEMPO