Inicio Colombia Caimital, la vereda del Atlántico que se cae a pedazos por la...

Caimital, la vereda del Atlántico que se cae a pedazos por la erosión

Cada vez que Jenifer Escorcia se desplaza en su motocicleta desde la ribereña zona rural de El Caimital, vereda del municipio del Malambo, en Atlántico, la cual es bordeada por el río Magdalena, prefiere bajarse y maniobrar el vehículo a pie para no pisar las grietas que aparecieron en el estrecho camino y que avisan que en cualquier momento el terreno puede ceder por cuenta de la erosión que ya se llevó más de 100 metros de tierra firme.

La mujer, habitante de una de las 40 fincas del sector, camina sigilosa por el angosto espacio que queda entre las entradas a los predios y el fin del camino, sujetando el manubrio de su pesada Honda rojo con negro. Va con rumbo hacia el Espinal, otra vereda aledaña, también en Malambo, municipio que hace parte del área metropolitana de Barranquilla.

Al notar la presencia de personas que no son nativas de la zona, y como si creyera que se trata de algún funcionario que inspecciona la zona, Escorcia se detiene y se queda mirando a lo lejos la inmensidad del Magdalena. Luego denuncia a los reporteros de esta casa editorial que su parcela ha perdido por lo menos una hectárea de frente, un espacio en el que se cultivaban mango, coco y guanábana, entre otras frutas.

“Allí donde usted ve (señala con su dedo índice) quedaban varios árboles de mango que ahora están bajo las aguas. Se han perdido más de 150 metros en menos de un año y nadie viene a darnos una solución”, dijo Escorcia, de unos 25 años, antes de subirse de nuevo a su motocicleta para salir rauda a hacer varias diligencias.

José Francisco Estrada, campesino, de 64 años, quien habita en la finca ‘El manguito’, donde se crió al igual que sus siete hijos, asegura que la erosión les ha traído tanto a él y a las demás familias, pérdidas invaluables.

Sostiene con nostalgia que de recoger 70 canastas de mango ahora no recolecta más de siete, pues la mayoría del espacio destinado a ese cultivo se perdió en el Magdalena.

Estrada se aferra ahora la siembra de plátano, cultivo que vigila a sol y sombra para evitar hasta done más se pueda que la tierra no ceda y se pierda la cosecha.
“Nos toca ser estrategas sobre dónde y cómo debemos sembrar. Al mismo tiempo, si notamos que una grieta en la tierra avisa del desplome de más terreno, buscamos la manera de tumbarlo nosotros mismos para que no sea peor el desmoronamiento”, explicó el campesino.

El camino se hace cada vez más angosto entre el ingreso a las fincas y el río Magdalena.

Foto:

Carlos Capella/EL TIEMPO

Manuel Estrada, de la finca ‘La Conquista’, que está junto al letrero que da la bienvenida a Caimital, expresó que lo que ocurre con la erosión es muy raro, pues ni con la crecida del río que se presentó en 2010, la situación se puso tan caótica.

A su juicio, la erosión ha empeorado a raíz de la construcción del muelle del Parque Industrial de Malambo S.A., sin embargo, la Alcaldía de Malambo le atribuye la problemática a dinámicas naturales de ese cauce.

“Antes no podíamos verlo (el muelle), pero ahora es posible ver toda la operación desde aquí. Además, por aquí pasan los planchones a toda velocidad cargados de carbón y cerquita a la orilla, lo que también debe influir en que el terreno se recienta”, denunció.

Mientras la erosión sigue haciendo de las suyas, Caimital más se desmorona. Los habitantes de las fincas donde menos espacio queda para poder transitar, se las ingenian para pasar de un predio a otro. La situación se empeora por cuenta de la imposibilidad que muchos tienen para poder sacar sus cosechas para salir a venderlas; incluso, los niños que allí residen, tienen dificultad para dirigirse a su colegio cada mañana.

“Todo lo hemos denunciado y tememos que cuando llegue el invierno al resto del país, y se crezca el río, la situación se torne mucho peor para nosotros”, insistió Estrada.

Nos toca ser estrategas sobre dónde y cómo debemos sembrar. Al mismo tiempo, si notamos que una grieta en la tierra avisa del desplome de más terreno, tumbar nosotros mismos

Declaran emergencia

Recientemente, el Consejo Municipal de Gestión de Riesgos de Malambo pidió declarar emergencia por erosión en la vereda Caimital.

Dicho llamado sirvió para acordar que se haría urgentemente la solicitud de que esta sea declarada debido a que la fuerte corriente del río Magdalena está provocando socavación lateral y de fondo, y remoción en masa en esa vereda.

El asesor de Planeación del municipio, Tahilor Camargo, dijo que los integrantes del Consejo aprobaron hacer la solicitud con base en lo estipulado en la Ley 1523 del 2012.

Así mismo, el funcionario le dijo a EL TIEMPO que durante la reunión se hizo una evaluación de los daños que está generando la erosión y las medidas a implementar mediante un plan de acción específico que debe tener diferentes líneas de asistencia.
Sin embargo, la Alcaldía de Malambo es consciente de que para poner en marcha las acciones pertinentes no se tienen ni los recursos ni la jurisdicción para hacer inversiones que le tocarían a entidades como Cormagdalena.

“Nosotros no tenemos la jurisdicción para invertir recursos económicos en esta ladera del río, reiteramos el llamado a Cormagdalena, para que a través de un proyecto de mitigación podamos buscarle una solución a esta problemática”, manifestó Camargo.

El funcionario insistió en que se trata de una situación que se viene presentando hace un año por causas naturales que han cambiado el curso del río en la rivera y que vienen afectando a las poblaciones ubicadas en la banda oriental del Departamento, donde están, en el caso de Atlántico, los municipios de Malambo, Soledad y Sabanagrande.

Camargo es consciente de las problemáticas sociales que se vienen presentando por culpa de la erosión. Sin embargo, fue sincero y reiteró que el municipio no tiene los recursos para una megaobra como la que se necesita para ponerle freno a la erosión.

“No tenemos cuantificados los recursos que se necesitan, pero sabemos que son millonarios. Por eso hicimos el Consejo Municipal de Gestión de Riesgos para que se escuche la voz y los demás municipios afectados se sumen a la solicitud que se le debe hacer al Gobierno para encontrar una solución de fondo a una situación que no da espera”, sostuvo.

El funcionario de Planeación insistió en que bien hace falta un estudio para determinar el tipo de inversión que hay que hacer en esa zona del Departamento.
“Es bueno hacer un llamado a entidades como la CRA, la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y Cormagdalena para que se piense en un plan de contingencia serio. Está programada una tercera visita de Cormagdalena a la zona por pedido de la comunidad”, agregó.

Son cuatro kilómetros de afectación de la ribera en esta zona rural de Malambo, como ya lo demostró Jenifer Escorcia en su motocicleta, cuya vía imposibilita la movilización de los medios de transporte que regularmente se utilizan para entrar y salir de las fincas de la región.

ANDRÉS ARTUZ FERNÁNDEZ 
REDACTOR DE EL TIEMPO
BARRANQUILLA