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Científicas colombianas controvierten teoría de epidemiólogo sueco

Tras las declaraciones de Johan Giesecke, máximo epidemiólogo de Suecia y quien ayudó a diseñar la estrategia para enfrentar la pandemia en ese país, en las que aseguró que las cuarentenas rígidas no sirven, se desató una polémica en el medio más al alcance de los colombianos, las redes sociales.

Allí se notó la división entre dos bandos tras la explicación de Giesecke, los que están a favor y los que están en contra de la cuarentena. Bandos que desde que se decretó la cuarentena siempre se hicieron notar y encendieron un debate como una hoguera, el cual se estaba extinguiendo paulatinamente, pero como leña nueva a esa fogata llegó la teoría de la inmunidad de rebaño que explicó el epidemiólogo sueco.

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Expertas en epidemiología del más alto nivel en el país aseguran que esta teoría de inmunidad del rebaño no es desacertada, pero sí incierta debido a que depende de variables aún desconocidas para la ciencia. Además, las medidas que se apliquen en Suecia tienen muy poco o absolutamente nada que ver con las medidas de Colombia. Al punto que declararon que satanizar una medida como la cuarentena es desacertado y poco prudente.

Así lo explica Ruth Aralí Martínez Vega, médica epidemióloga y doctora en ciencias de la salud pública con área de concentración en enfermedades infecciosas.

“Uno de los pasos cruciales para tomar una medida gubernamental de este tipo es conocer la demografía de la región. Así se pueden entender los comportamientos que pueden causar una reproducción más grande del virus. Lo segundo es entender que la capacidad de la red hospitalaria de cada país también es una variable importante para decretar una cuarentena”, señala Martínez.

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Uno de los pasos cruciales para tomar una medida gubernamental de este tipo es conocer la demografía de la región

Tres diferencias que permiten demostrar que el modelo sueco es un desacierto en Colombia son el clima o las estaciones, las condiciones económicas y las conductas sociales. Estas tres variables las comparte Laura Andrea Rodriguez Villamizar, médica PhD en Epidemiologia y directora en investigación de la facultad de Salud en la Universidad Industrial de Santander (UIS).

En cuanto al clima y las estaciones, en Suecia se presentan las cuatro estaciones del año y de por sí ya es un clima fría durante el resto del año. Los suecos, dicho por el mismo Giesecke en su informe, ya están acostumbrados a un distanciamiento social, por lo que una cuarentena no se vio necesaria en un principio.

Incluso, durante el invierno se hace mucho menos frecuente que la gente salga de sus casas
, el frío en el exterior puede alcanzar temperaturas de hasta menos siete grados centígrados.

En departamentos y municipios alejados en el país no se han presentado casos de coronavirus. Estas zonas son llamadas ‘no covid’.

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Esta condición social permitió que en Suecia se puediesen implementar medidas menos restrictivas, como describe Giesecke: los mayores de 60 se quedan en casa y los jóvenes pueden salir a trabajar y hasta ir a bares o restaurantes, siempre manteniendo dos metros de distancia, con tapabocas y un aforo máximo de 50 personas por sitio.

En Colombia, en cambio, no tenemos estaciones. Según la Unidad de Gestión del Riesgo, en el país se vive temporada de más lluvias y de menos lluvias, no hay estaciones marcadas.

Esto ocasiona que los colombianos, además por su cultura, no estén acostumbrados ni a quedarse en casa ni a mantener distancia. De hecho, es una conducta usual que, al conocer a alguien ya se salude de beso, algo prohibido en este nuevo estilo de vida dictado por la pandemia del nuevo coronavirus.

Por lo tanto, y aquí coinciden la doctora Martínez y la doctora Rodríguez, fue necesario que el Gobierno Nacional impusiera la medida para evitar que se aumentara súbitamente la curva de contagios en el país.

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En segundo lugar, las condiciones de trabajo no son iguales. En Suecia, hay más oportunidad de hacer teletrabajo porque su economía europea lo permite y, si el gobierno sueco hace la recomendación de no salir, los ciudadanos no tienen tantos inconvenientes; pueden obedecer.

En Colombia, la informalidad no lo permite. Si el Gobierno Nacional recomienda no salir, puede que las personas que viven en la informalidad y forman parte de la población vulnerable del país no paren y, nuevamente, la curva se eleve. Diferente, aunque polémico, si se decreta la cuarentena y ponen comparendos, así mucha menos gente sale porque la desobediencia desembocaría en una multa.Como tercera variable, y posiblemente más importante debido a que incide directamente en la letalidad del virus, está la capacidad hospitalaria.

Modelos matemáticos señalan que alrededor de un 80 por ciento de la población, es decir, unos 40 millones de personas, se habrían contagiado

“Si no se hubiese decretado la cuarentena, los casos en el país hubiesen sido alarmantes y la red hospitalaria no habría dado abasto. Modelos matemáticos señalan que alrededor de un 80 por ciento de la población, es decir, unos 40 millones de personas, se habrían contagiado”, señala la doctora Rodríguez.

De esa pantagruélica cantidad de contagios un 20 por ciento habría necesitado hospitalización, ya sea en camas normales o de tipo UCI, con ventiladores mecánicos. Esa cifra sería unos ocho millones de personas y si somos positivos, y muere solo el uno por ciento de los contagiados, o sea 400 mil personas, estaríamos viviendo una catástrofe.

Afortunadamente, la realidad en Colombia es otra. Hasta este 13 de mayo, se reportan 509 muertes y 12.930 contagios. En Suecia, ya superaron las 3.200 muertes y registran más de 26.000 contagios.

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En varias ciudades de Colombia la gente ha recurrido a trapos rojos en sus casas para pedir ayuda durante la cuarentena.

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Juan Pablo Rueda Bustamante / El Tiempo

Esos datos, y la explicación demográfica que hacen las doctoras, es una muestra de lo positiva y pertinente que ha resultado la cuarentena, al menos en el espectro de la salud. Siempre recordando que esta medida no se implementó para que no hubiesen casos, sino para que los contagios fuesen paulatinos y el sistema de salud no colapsara.

El doctor Giesecke señala que la cuarentena no sirve porque «todos nos vamos a contagiar». Ante esto, Martínez y Rodríguez señalan que es posible, pero aún desconocido y no se puede trabajar con base en ‘qué hubiese pasado si’.

Cuarentena como un tiempo fuera

Un ejemplo en el que coinciden Martínez y Rodríguez es que la cuarentena debe verse como un tiempo fuera en un partido de baloncesto o béisbol.

Cuando hay un momento crítico en un partido de estos deportes, ya sea en los últimos minutos y en las entradas finales, el couch o mánager pide un tiempo fuera para analizar el partido y tomar una decisión que cambie el panorama. Una vez acaba el tiempo fuera, el encuentro se reanuda y lo que se preparó en ese minuto se aplica y se espera que funcione.

Esta analogía es calcada a la cuarentena en el país. Se decretó como un tiempo para que la red hospitalaria del país se prepare para enfrentar el momento cuando, por razones de economía y estilo de vida, todo deba volver a su curso natural.

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Es incorrecto y poco prudente satanizar las cuarentenas

En ese lapso se espera que ya haya cierta cantidad de camas para atender a todos los enfermos, por ejemplo.

“Todos estamos aprendiendo sobre la marcha. En este momento no hay una fórmula mágica para determinar una estrategia que solucione esta pandemia de una sola vez. Cada país implementó sus medidas con base en su realidad. Por lo tanto, es incorrecto y poco prudente satanizar las cuarentenas”, precisó la doctora Martínez.

¿Funciona la teoría de la inmunidad del rebaño y se pueden aplicar algunas medidas suecas en Colombia?

La doctora Martínez explica que la teoría de la inmunidad de rebaño hace referencia a cuántas personas están inmunes alrededor de una persona que no lo está. Las personas inmunes no pueden contagiar a quien no lo está, por lo que la cadena infecciosa desaparece.

“La inmunidad del rebaño es una buena teoría y se conoce cómo aplica en otras enfermedades infecciosas, es decir, cuánto porcentaje de personas inmunes debe haber para que funcione. Sin embargo, con el covid-19 aún se desconoce ese porcentaje, así que es muy arriesgado sacar a la gente con la fe de que se contagien y se hagan inmunes solos”, detalló Martínez.

Bajo esta idea, fue posible que en Suecia la gente de menos edad saliera y los adultos mayores se quedaran en cuarentena. Pero no es una medida posible en Colombia, advierte la doctora Rodríguez.

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El promedio de viajes en el Metro de Medellín disminuyó en un 87 por ciento durante la cuarentena.

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Jaiver Nieto / EL TIEMPO

Para llevar a cabo en Colombia el protocolo sueco, hay que tener en cuenta que estos jóvenes que salen y trabajan están expuestos a contagiarse y luego llegar a casa y contagiar a los adultos mayores que sí se quedaron en cuarentena.

“Si se opta por eso, habría que hacer un desmembramiento de la familia, para saber quiénes viven con gente anciana o con morbilidades para poder decidir si pueden salir o no.
En el papel la propuesta sueco se ve como una solución, pero la realidad y el trabajo que conlleva hacer ese estudio, es realmente difícil”, explica Rodríguez.

Por ahora, la cuarentena en Colombia sigue, por lo menos hasta el 25 de mayo. Hasta el momento, según explican las expertas, ha funcionado muy bien.

Lo próximo será evaluar cómo se comporta la curva de contagios una vez se vuelva a las calles.
Este 26 de mayo el país entrará en una fase de experimentación, en la cual se medirá todo lo que ocurra mientras la gente usa el transporte público o compra en un supermercado.

La cuarentena en Colombia sigue, por lo menos hasta el 25 de mayo

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Jaiver Nieto Álvarez / El Tiempo

Con base en lo que vean los expertos en ese tiempo, se tomarán nuevas medidas para proteger la salud de los colombianos y la integridad del sistema. Es posible que se de una o más cuarentenas en el futuro cercano y mientras no exista una vacuna.

Por ahora, el llamado de los expertos es en parte igual al del epidemiólogo sueco Giesecke, es decir, lavarse las manos y mantener distancia.
Pero, la otra parte del mensaje es entender la importancia de la cuarentena y no creer que un modelo extranjero puede servir en Colombia. Se debe eliminar el sofisma de que por ser europeo funciona mejor que el colombiano.

DUVAN ALVAREZ D.
Redactor de NACIÓN
EL TIEMPO