Inicio Colombia Con fútbol, jóvenes previenen la maternidad temprana en Valledupar

Con fútbol, jóvenes previenen la maternidad temprana en Valledupar

A sus 16 años, Silena Ospino tuvo su primer hijo, situación que le cambió la vida radicalmente y la obligó a posponer sus estudios de décimo grado en el Colegio Upar, en Valledupar.

“Estaba enamorada, no me cuidé y salí embarazada. Fueron momentos difíciles, extrañaba a mis compañeras del colegio, las reuniones sociales y todas aquellas cosas que realizábamos juntas. Ahora, a mis 19 años, ser madre es un gran reto y afortunadamente cuento con el apoyo del padre de mi hijo”, dice Ospino.

La historia de Silena es frecuente en la Comuna Cinco de Valledupar, que abarca los barrios La Nevada, Divino Niño, Bello Horizonte, Guasimales y Brisas de la Popa.

En estos sectores, se registra una de las tasas más alta de embarazos adolescentes. Según la Fundación Paz y Convivencia Comunidad (Funpazco), el promedio es del 40 por ciento, en edades comprendidas entre los 14 y 17 años, cifra alarmante en una población de aproximadamente 20.000 habitantes.

“Es preocupante, porque de cada 10 familias consultadas, cuatro adolescentes, resultaron embarazadas, un número relevante que de alguna manera ha influido también en la deserción escolar, porque, cuando llegan los hijos, se hace más difícil continuar con los estudios y se incrementa la necesidad de trabajar”, afirma César Herrera, de la fundación.

Muchas de las compañeras de Silena se han visto reflejadas en la misma situación. Cada una de ellas con una historia diferente, pero con un final similar. “La gran mayoría de estas adolescentes comienza su vida sexual a temprana edad, no planifica y le falta orientación sobre el uso de métodos anticonceptivos”, explica Herrera.

Otro de los patrones que conlleva a esta problemática en estos sectores es el hacinamiento en las viviendas, donde conviven hasta tres familias bajo mismo techo, circunstancias que, según los especialistas, deja en estado de vulnerabilidad a las niñas y jóvenes, ya que algunas de ellas son engañadas por personas cercanas, como cuñados, padrastros, con quienes algunas de las jóvenes comienzan una vida sexual.

A estos factores se suma el mal uso de las redes sociales, en que las jóvenes resultan engañadas por hombres adultos que la enamoran, las citan para tener relaciones sexuales a cambio de dinero o regalos. “Son estratos de menores ingresos donde identificamos este común denominador. Varias de las chicas encuestadas están desorientadas, no hay sentido de responsabilidad y valores a la hora de iniciar una relación sexual, desconocen sus derechos reproductivos y son notorios los casos en que estas adolescentes terminan cuidando a un bebé que nunca habían previsto”, recalca el estudio realizado por la Fundación.

Las charlas de motivación son claves para las jóvenes fútbolistas. El torneo femenino es muy llamativo para los asistentes a cada encuentro.

Foto:

Ludys Ovalle Jácome

Estrategia preventiva

Aunque algunas de ellas han aplazado sus sueños, otras, por el contrario, han enfilado sus esperanzas y derroteros en el fútbol, un deporte que les ha abierto las puertas a una nueva oportunidad, que les ha animado a plantearse otro estilo de vida, a generar espacios de esparcimiento, a potencializar sus destrezas y a explorar su talento en el manejo del balón.

Es así, como las directivas de la Fundación Paz Convivencia y
Comunidad lideraron ¡Vamos pa´esa!, un campeonato femenino que empezó a desarrollarse recientemente, con mujeres con las cuales se trabajan en actividades sociales, en que uno de los equipos tiene como objetivo prevenir los factores de riesgo de embarazos a temprana edad.

En que las jóvenes entiendan que madurar y ser adultos no se basa solamente en formar una familia, concientizarlas sobre la complejidad de las madres adolescentes, fortalecer valores como el respeto a su cuerpo, a la vida y a la sexualidad con responsabilidad.

“En estos sectores la cultura deportiva se vive intensamente y vimos en el fútbol un canal para poder llevar estos mensajes, de cómo cuidar nuestro cuerpo, cómo planificar, cómo traer al mundo a una criatura de manera responsable. Además, nos dimos cuenta que en estas zonas hay mucha delincuencia y un segmento de estos actores, vienen de hogares disfuncionales, creados por madres cabezas de hogar, de mujeres que tuvieron sus hijos en la adolescencia sin ayuda alguna”, subraya César.

El equipo lo conforman 25 mujeres, entre los 14 a 35 años, muchas de ellas son madres. A través del fútbol comparten sus historias y experiencias vividas, prevalece el talento y muestran lo que pueden dar en las canchas, con mucha destreza.

“Entrenamos los lunes y los viernes por las tardes. Con el profesor (César Herrera) hemos aprendido muchas cosas, gracias a este deporte he ampliado mis horizontes y me han ayudado a estudiar porque además nos premian con becas de diferentes ciclos formativos, en estos momentos estudio auxiliar en farmacia los fines de semana”, afirma complacida Silena.

La iniciativa se viene desarrollando desde el 2017, ha tenido buena acogida en la comunidad por la vistosidad de los eventos. Muchas hacen parte de clubes deportivos. A través del fútbol, las jóvenes aprovechan los escenarios para recrearse e integrarse a la sociedad, interactuar sus vivencias, expresar sus emociones y fortalecen la hermandad. “Hay que animar a estas chicas a plantearse otro tipo de proyecto de vida.

Me parece interesante que participen en este tipo de eventos porque es una estrategia emocional y comunitaria”, destaca la sicóloga Alexandra Aponte Sagbini.

“Lo cierto es que algunas de las jóvenes embarazadas a temprana edad no han tenido el apoyo necesario y en algunas ocasiones, no tienen un chance de conversar con alguien. Y aquí es donde el fútbol les brinda la sensación de estar en equipo, de poder hablar, romper tabus”, concluye Aponte.

Ludys Ovalle Jácome 
Especial para EL TIEMPO
Valledupar