El panorama en el río Catatumbo tras el derrame de crudo ocasionado por un atentado de la guerrilla del Eln contra el oleoducto Caño Limón-Coveñas, sigue siendo desolador. A casi una semana del incidente, que se presentó en zona rural del municipio de Toledo (Norte de Santander), el ecosistema característico del afluente se ha convertido en el más afectado de esta tragedia ambiental.
Un informe preliminar elaborado por la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), sobre esta emergencia, evidenció que el bocachico, conocido por ser el pez insignia de estas aguas, estaría sufriendo un proceso de desplazamiento mientras que más de 19 especies vegetales se encuentran en estado de vulneración.
Esto hace parte de una serie de consecuencias que son bastantes complejas, cuya recuperación podría tardar unos 20 años.
De acuerdo con los expertos de la entidad, la mancha de contaminación, que abarcó unos 25 kilómetros de la superficie del río, desata una irreversible alteración química y obliga a los animales a emigrar, en busca de entornos con mayor grado de pureza. Otras especies que estarían sufriendo este movimiento forzoso son el bagre, la nutria, el zorro, la tortuga, el tigrillo y el puma.
“Esto hace parte de una serie de consecuencias que son bastantes complejas, cuya recuperación podría tardar unos 20 años. Pero también, los usos pecuarios y agrícolas de este afluente se han visto impactados de manera drástica, porque la economía de los campesinos se desarrolla en torno a este ecosistema”, indicó Corponor.
Sobre este último punto, la autoridad ambiental hace un especial énfasis, pues el mayor vertimiento de hidrocarburo, tras este acto violento, se produjo sobre 700 metros de la quebrada La Llana, que suele irrigar los cultivos de pancoger de muchos moradores de la vereda Llana Baja, de Toledo.
Entre la flora deteriorada figuran nombres como amarillón, pegachento, pardillo, ceiba bonga, cedro, abarco, roble gaumuro, entre otras plantas.
En total, unos 50.000 habitantes de Toledo, Teorama, El Tarra y Tibú, han tenido que padecer desde la semana pasada el efecto nocivo de esta emergencia.
La situación en Norte de Santander sigue siendo alarmante tras cumplirse ocho días del derrame de crudo en el río Catatumbo.
Cortesía: Corponor
La inseguridad en la zona dificulta labores de monitoreo
Corponor denunció que sus funcionarios han enfrentado una serie de dificultades de orden público para ingresar al territorio y adelantar las labores de monitoreo de la emergencia.
A propósito de esto, durante el fin de semana, dos equipos periodísticos de Noticias Caracol y Noticias Uno, fueron retenidos por algunos minutos cuando intentaban hacer registros del daño ambiental. La presión del Ejército Nacional logró su liberación.
“Seguimos trabajando para realizar el despliegue en esta zona, y ya Ecopetrol tiene instaladas las barreras en algunos puntos”, indicó el general Mauricio Moreno, comandante de la Segunda División del Ejército.
Además de esta organización guerrillera, que es la responsable de esta situación, en esta parte del Catatumbo también delinque la disidencia del Epl, más conocida como Los Pelusos, y la delincuencia común.
CÚCUTA
