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Dane defiende resultados del censo ante críticas de Luis Pérez

Cuando aún no acaba de amainar la controversia por la propuesta de regular por horas el consumo de drogas ilícitas por horas en los parques públicos de Antioquia y tan solo un par de semanas de las fuertes denuncias sobre la prácticas de los criminales en Bello, quienes estarían alimentando a los cerdos con los cuerpos de sus víctimas, el gobernador de Antioquia Luis Pérez Gutiérrez encendió de nuevo una polémica con el Gobierno Nacional. Esta vez, por los datos que arrojó el último censo poblacional en el departamento.

El mandatario inició la controversia el pasado miércoles 24 de julio, cuando convocó a una rueda prensa en el edificio de la Gobernación en la que criticó duramente al Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) por calcular un descenso en la población en 75 municipios de Antioquia.

Pérez argumentó su postura en dos puntos principales: primero, consideró que el desempeño de la economía antioqueña, principalmente la de los municipios en los que el DANE reportó una disminución poblacional, no se correspondería con la tendencia demográfica del censo. Y, segundo, cuestionó si en las mediciones fue contemplado el impacto por la llegada de población migrante a la región que, según datos oficiales, se incrementó de forma significativa.

“Cuando a uno le dicen que un departamento está disminuyendo población en 75 municipios es como que hubiera ocurrido 50 terremotos, 8 guerras y mucho más. Cuando este sigue siendo un territorio estable, económicamente creciente. De ahí concluimos que hay algún tipo de error o falencia en el censo”, cuestionó Pérez aquel día.

Más allá de la polémica comparación, la declaración del gobernador antioqueño puso sobre la mesa un conjunto de preguntas: ¿Por qué el último censo no registró la proyección demográfica que se calculó en el censo de 2005? ¿Qué incidencia tiene el crecimiento económico en el crecimiento poblacional?

Para Juan Daniel Oviedo, director del DANE, la clave a estos interrogantes está en entender el contexto económico del país y cómo este hace que mediciones como la tasa de fecundidad y la pobreza encajen en los datos que arrojó el último censo.

La reducción de la pobreza está asociada a mayor esperanza de vida y menores tasas de fecundidad 

“El progreso económico de los países latinoamericanos durante los últimos 15 años, asociado al boom de los commodities (materias primas) como petróleo, carbón y cobre, les dio a los gobiernos una capacidad fiscal que permitió invertir recursos para disminuir la pobreza y consolidar la clase media”, explicó Oviedo, agregando que la literatura económica demuestra que esa reducción de la pobreza viene asociada a mayor esperanza de vida y menores tasas de fecundidad.

Oviedo recordó que la incidencia de la pobreza monetaria en Antioquia pasó del 38,3 por ciento en 2008 al 21,2 por ciento en 2018. Así mismo, detalló que la tasa global de fecundidad (el promedio de niños por cada mujer) fue el segundo más bajo del país, registrando un valor de 1,4 (mientras el promedio nacional era de 2,0).

Para la economista Piedad Urdinola, doctora en demografía de la Universidad de Berkeley e integrante de la comisión de expertos que evaluó los resultados del último censo, aunque hubo muchos errores por parte del DANE en ese proceso, el descenso de la población no es uno de ellos.

Juan Daniel Oviedo, director del Dane, reconoció que el censo tuvo problemas, pero argumentó que el descenso de la población no fue uno de ellos.

Foto:

RODRIGO SEPÚLVEDA. EL TIEMPO

“La primera gran sorpresa demográfica nos la llevamos en 2015, tres años antes del censo, cuando ningún experto pudo predecir la acelerada caída que iba a tener la tasa de fecundidad. Para este censo ya se preveía que aparecerían tasas de crecimiento por debajo de las que estábamos acostumbrados en el país”, explicó Urdinola.

Otra de las críticas planteadas por Pérez consistió en afirmar que las proyecciones demográficas no fueron correspondidas por el crecimiento real. Para ello construyó una tabla donde restó a la proyección de 2005, el crecimiento de 2018 y calculó un “déficit” de 396.293 habitantes.

Frente a ello, Urdinola consideró que el error no estuvo en la diferencia entre la proyección y el censo, sino en que el DANE aún no acostumbra actualizar las proyecciones poblacionales con más periodicidad (idealmente de dos a cinco años).

El crecimiento demográfico no es una condición necesaria para el crecimiento económico

Según explicó, estas estaban formuladas con datos de 2005 y contemplaban indicadores de un país muy distinto. Así mismo, se refirió a la relación entre el crecimiento demográfico y económico. “El crecimiento demográfico no es una condición necesaria para el crecimiento económico, ni viceversa. Un buen ejemplo es pensar en muchos países avanzados que a pesar de tener poblaciones más viejas, continúan sosteniendo un crecimiento económico. La pregunta es como la del huevo y la gallina: ¿qué es primero?, pero la respuesta es relativa”, dijo Urdinola.

No obstante, detrás de la pelea por los resultados del censo hay una disputa política relacionada con la asignación del presupuesto público, ya que el Sistema General de Participaciones reparte los dineros públicos conforme al número de habitantes.

Frente al caso de Antioquia, el director del DANE consideró que no tenía sentido plantear una disminución de recursos, ya que de los 75 municipios antioqueños que presentaron un descenso en la población, 62 tienen menos de 25.000 habitantes. Esto significa que, según la ley, los indicadores de pobreza y eficiencia fiscal dictaminen su asignación presupuestal.

“Nosotros no tenemos el interés entrar en disputas políticas. Pese a los problemas, la nueva base de datos con la que hoy cuenta el país nos presenta una gran oportunidad para pensar mejor el futuro en materia de desarrollo”, agregó Oviedo.

JACOBO BETANCUR PELÁEZ
Para EL TIEMPO
MEDELLÍN
En Twitter: @JacoboBetancur