Después de 17 años, ayer, el municipio de Cali dio por concluido el programa de saneamiento fiscal al que se comprometió con la banca.
Debió acogerse a este programa para poder enfrentar la acumulación de pasivos que, para el 2001, era de 1,15 billones de pesos, 572.000 de esos millones correspondían a acreencias con la banca.
“La disciplina fiscal con la que el municipio asumió el plan de saneamiento permitió que la ciudad mejorara su capacidad de atender tanto los gastos de funcionamiento, como los indicadores financieros, teniendo en cuenta que los pasivos del 2001 eran equivalentes a 2,86 veces los ingresos corrientes y a seis veces los ingresos corrientes de libre destinación”, recordó la directora de Hacienda, Patricia Hernández.
Este programa de saneamiento que colocó límites al gasto y limitó las maniobras fiscales, contempló una reestructuración de la deuda que, al final, le permitió a la municipalidad fortalecer el recaudo; una prueba es que en el 2001 los ingresos corrientes eran de 443.000 millones de pesos y este año suman 3,1 billones.
“Es una variación del 595 por ciento, lo que demuestra lo favorable de la acción que se emprendió hace 17 años”, señaló la directora de Hacienda.
Pero esa rigurosa disciplina fiscal le permitió a la municipalidad cumplir con todos sus compromisos financieros, hasta ayer, cuando dio terminada la deuda.
“Paralelo al pago de las obligaciones el municipio emprendió, oportunamente, el aprovisionamiento del pasivo pensional, atendió los gastos de funcionamiento de manera regular y destinó mayores recursos a la inversión”, indicó la funcionaria.
En el 2001 se destinaron 196.000 millones de pesos para inversión y este año esa cifra se elevó a 3,3 billones.
