Las autoridades indígenas en el nororiente del Cauca detuvieron a dos presuntos sospechosos de uno de los crímenes más repudiados en esta zona del país.
El domingo 12 de mayo, una niña de 15 años, , quien pertenecía a la etnia misak, fue hallado en aguas del río Piendamó. No tenía su vestimaneta.
La adolescente era oriunda de Guambía, en Silvia.
El gobernador indígena de esta región, Álvaro Morales, dijo que la menor habría sido atacada por desconocidos. “Hay unos problemas muy delicados. Se organizan muchas fiestas y la gente que está haciendo el negocio ilícito comercializa muchas sustancias psicoactivas, lo que viene generando problemas de seguridad”, sostuvo Morales.
La adolescente vivía a unos 11 kilómetros de la cabecera municipal de Silvia.
La secretaria de la Mujer del Cauca, Elvia Rocío Cuenca, rechazó el crimen y pidió celeridad en la investigación que adelanta la Fiscalía.
“Se está avanzando en los ejercicios de investigación, el cuerpo está en Medicina Legal”, agregó Cuenca.
Así mismo se espera avanzar al conocer el testimonio de los dos presduntos sospechosos.
Entre tanto, el Instituto Nacional de Medicina Legal reportó 96 casos de presunto abuso sexual en Cauca, entre enero y marzo de este año, de los cuales, 88 de las víctimas son mujeres. De esa cifra, 53 casos ocurrieron en Popayán y solo uno, una mujer, en Piendamó.
El caso revivió en la región el dolor por lo sucedido a la niña indígena caucana Yuliana Samboní, de 7 años, quien fue secuestrada, torturada, abusada y asesinada el 4 de diciembre de 2016, en una vivienda de Chapinero Alto en Bogotá, caso por el cual, Rafael Uribe Noguera fue condenado a 58 años de prisión. En este proceso, Uribe Noguera confesó finalmente que era culpable y aunque le habían dado 51 años, recibió la pena de siete más.
«Se examinó el cuerpo de la menor de 7 años, obteniendo material probatorio abundante y suficiente que nos permite demostrar que la causa de la muerte fue asfixia mecánica, por sofocación y estrangulamiento. En el cuerpo de la menor hay evidencia que demuestra que fue objeto de abuso sexual”, indicó Medicina Legal en ese entonces.
Otro caso de menor indígena asesinado en el suroccidente del país fue el registrado el 15 de octubre de 2018, en el resguardo indígena Watsalpí, ubicado en el municipio Barbacoas, en Nariño. Era un adolescente de la comunidad awá.
La Unidad Indígena del Pueblo Awá (Unipa) informó, en ese momento, que al menor, de 16 años, lo mataron presuntos integrantes del grupo guerrillero Eln.
Un día antes, 10 hombres fuertemente armados habían llegado hasta este resguardo y con lista en mano retuvieron a miembros de esa etnia. Después de intimidarlos y amenazarlos procedieron a llevarse al menor y a orillas de un río le propinaron disparos.
No es la primera vez que la familia de esa víctima sufrió en carne propia el horror de la violencia.
Hace más de dos años, otro también había sido blanco de un reclutamiento forzado, pero tras cuatro meses de permanecer en ese grupo armado logró escapar y regresar a su hogar.
El Instituto Nacional de Medicina Legal informó, además, que en Nariño hubo 38 reportes de abusos sexuales en los primeros tres meses de este año.
De ese número, 36 de las víctimas correspondieron a mujeres que denunciaron, tanto menores como adultas.
POPAYÁN Y CALI
