El que fue uno de los edificios más lujosos y reconocidos del jefe del Cartel de Medellín, Pablo Escobar, tiene como fecha tentativa para su demolición los primeros meses del año 2019.
El ícono arquitectónico del narcotráfico de la década de 1980 pasó a ser propiedad de la alcaldía de Medellín en el mes de abril de este año, gracias al convenio con la Sociedad de Activos Especiales (SAC) para intercambiar el inmueble por otro. En ese mes la administración y los ministerios de Defensa y de Justicia dieron los primeros martillazos derrumbando algunas partes del fortín.
En las huellas que dejará el edificio, ubicado en el barrio Santa María de los Ángeles en el Poblado, será construido un parque público para la ciudadanía.
Tenemos que cambiar ese relato. Necesitamos es cultura de la legalidad y no de ilegalidad
Federico Gutiérrez, alcalde de la cuidad, contó en el primer Encuentro de Fiscales Especializados contra el Crimen Organizado que se lleva a cabo en la capital antioqueña, que su demolición hace parte del proceso simbólico de terminar con el legado de criminalidad.
«En su lugar construiremos un parque en honor a las víctimas del narcoterrorismo, en honor a los fiscales asesinados en esta época, en honor a los jueces asesinados, a los policías y militares asesinados y también a los civiles», expresó el funcionario.
La reconocida construcción cuenta con 12 apartamentos, 34 parqueaderos, dos piscinas y una cancha de tenis y en su momento estuvo valorado por 5.000 millones de pesos. Además, en su interior hay una escultura del maestro Rodrigo Arenas Betancur que será recuperada por las autoridades para su conservación.
MEDELLÍN
