Inicio Colombia El edificio Mónaco, de Pablo Escobar, tiene los días contados

El edificio Mónaco, de Pablo Escobar, tiene los días contados

Tres segundos. Ese es el tiempo que tardará en caer el edificio Mónaco, emblemática estructura que perteneció al excapo del cartel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria, y que lleva más de 30 años en el sector El Poblado.

En esa pequeña fracción de segundo se materializarán más de tres décadas de espera por parte de los vecinos del barrio Santa María De los Ángeles, quienes no solo han vivenciado el abandono de la edificación, sino también han visto cómo esta se convirtió en destino obligado de los llamados ‘narcotours’.

Este viernes, 22 de febrero, a las 11 de la mañana, el Mónaco se irá al piso para darle paso al otro lado de la historia del narcotráfico, el de las víctimas. O por lo menos eso dice la alcaldía de Medellín.

“No podemos desconocer la historia, pero sí podemos darles espacio a otros protagonistas de esa historia. Que la gente conozca que vivimos tiempos hasta con 10 bombas en un solo mes. Que en los últimos tres meses de 1989 el país sufrió 100 atentados con bombas. No se pueden desconocer casi 50.000 muertes de 1983 a 1994”, dijo en su momento Manuel Villa, secretario privado de la alcaldía.

Y es que sobre la demolición del Mónaco se han escuchado todo tipo de opiniones. Desde quienes dicen que la mejor opción es repotenciarlo y convertirlo en un museo, hasta quienes piden dejarlo tal cual está.

Sin embargo, para el alcalde Federico Gutiérrez, “demolerlo es más simbólico y es lo que han pedido los vecinos que padecieron la llegada de turistas que visitaban este lugar a mirarlo con morbo”.

También hay un tema de costos. Según la Administración, basado en un estudio hecho por la Universidad Nacional, readecuar la estructura y luego proceder con la instalación de un museo podría costar entre 40.000 y 50.000 millones de pesos.

La otra opción, por la que optaron, es implosionar el edificio, que costaría 2.600 millones de pesos aproximadamente y construir allí un memorial, el cual costará 6.000 millones de pesos según contó la alcaldía en diciembre de 2018 cuando presentó ‘Inflexión’, el diseño ganador del espacio que reemplazará al Mónaco.

El memorial, que tiene como fecha de entrega noviembre de este año, tendrá como elemento principal un muro en el centro del parque que lo atraviesa y es donde se rememora y recuerda a las 46.200 víctimas del narcotráfico en la ciudad.

Sobre el edificio

En el edificio Mónaco vivió Pablo Escobar con su familia.

Foto:

Jaiver Nieto / EL TIEMPO

En un área de aproximadamente 5.000 metros cuadrados, la edificación fue construida en 1986 y allí, Pablo Escobar vivió pocos años con su familia.

Se dice que en este lugar fue donde se desató la guerra entre los carteles de Medellín y Cali, después de que el 13 de enero de 1988, aproximadamente a las 5 de la mañana, un carro bomba con 80 kilos de explosivo detonó en la entrada del edificio en un atentado a Escobar y su familia.

El edificio resistió el impacto. Y es que prácticamente es una especie de bunker. Columnas reforzadas, rejas en los techos y hasta un cuarto de pánico hacen parte de su estructura.

Un año después del atentado, el edificio fue sede de la Asociación Cristiana de Asistencia y Rehabilitación (Asocar). Luego, en 1997, la entonces Dirección Nacional de Estupefacientes lo cedió a Carisma, entidad dedicada al tratamiento y rehabilitación de adictos a sustancia sicoactivas. Allí estuvieron hasta 1999.

Después, el Mónaco fue destinado a la Seccional Administrativa y Financiera de la Fiscalía pese a la queja de los vecinos.

Precisamente, en febrero del 2000, criminales detonaron una bomba en la portería, esta vez con 40 kilos de explosivos para atentar contra funcionarios del Cuerpo técnico de Investigación (CTI).

En 2008, la propiedad fue objeto de extinción de dominio y entregada a la Policía Nacional. Allí, en 2015, se quiso instalar las oficinas del 123 y los servicios de inteligencia de la Sipol, pero el plan no prosperó pues de acuerdo con el Plan de Ordenamiento Territorial está prohibido que esas entidades trabajen en zonas residenciales.

Fue en abril del 2018 cuando hubo más claridad para definir el futuro del edificio, que pasó a manos de la alcaldía de Medellín gracias a que la Sociedad de Activos Especiales (SAE) permitió intercambiar el inmueble por otro.

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