“Esa siempre fue mi lucha, de que la guerrilla de las Farc me escuchara, de que entendiera el dolor de un niño y liberarán a mi padre”, quien hace siete años empezó a convertirse en el símbolo de lucha contra el secuestro, luego del asesinato de su padre, el sargento primero Livio José Martínez Estrada. El oficial fue secuestrado el 21 de diciembre de 1997, cuando Johan Steven estaba en el vientre de su madre. El sargento estuvo en cautiverio durante casi 14 años en poder de las Farc, siendo el secuestrado en esa época con más tiempo en manos de esta guerrilla.
Ese 26 de noviembre de 2011, Johan Steven tenía 13 años y aunque no conoció a su progenitor, su voz de niño clamó a lo largo de esos 13 años por su liberación hasta que el 26 de noviembre de 2011, le arrebataron la esperanza de ver a su padre con vida, regresando al seno de su familia en Nariño.
Hoy, cuando Johan Steven es un hombre de 20 años y estudiante de séptimo semestre de derecho, recordó ese dolor durante un homenaje póstumo que esta semana le rindieron el Ejército Nacional, la Policía y la Alcaldía de Pasto al sargento primero. Fue un momento para repudiar, además, el secuestro de otros colombianos.
El reconocimiento consistió en un Te Deum, una ofrenda floral y la presentación de un video en memoria del sargento del Ejército Nacional y demás víctimas.
El sargento Martínez Estrada era oriundo del municipio nariñense de Ospina. Fue secuestrado en la madrugada de ese 21 de diciembre de 1997 cuando tenía apenas 21 años en el cruento ataque perpetrado por el bloque sur de las Farc a la base militar de Patascoy, ubicada entre los departamentos de Nariño y Putumayo.
El militar permaneció en cautiverio durante 13 años, 11 meses y 5 días, tiempo durante el cual su hijo, Johan Steven Martínez, quien solo conoció a su padre a través de fotos e imágenes de video, adelantó sendas marchas por calles y carreteras de Nariño y del país pidiendo la pronta liberación de su ser querido.
Con Livio José también fueron encontrados con un tiro de gracia sus tres compañeros de cautiverio, los integrantes de la Policía Nacional Édgar Yesid Duarte, Elkin Hernández y Álvaro Moreno.
En la conmemoración que se cumplió en la Plazoleta Sargento Libio José Martínez Estrada, en el parque Bolívar de esta capital, Johan Steven recordó esos años en los que nunca se cansó de pedir la liberación de su padre. Señaló que ahora que se convertirá en abogado seguirá defendiendo y luchando por familias de quienes están secuestradas o han pasado por este yugo.
“Lamentablemente esa gente (las Farc) nunca me escuchó, nunca atendió mis súplicas ni mis llantos”, indicó y dijo que la comunicación que siempre mantuvo con Livio José fue a través de los medios de comunicación y las pocas pruebas de supervivencia que obtuvo.
Johan confiesa que “siempre tengo la esperanza y el recuerdo de mi padre, hoy el mejor legado es su fortaleza y paciencia como afrontó el secuestro”.
Cuando se le pregunta si después de 7 años ha perdonado a las Farc, su respuesta es clara: “a las Farc el mensaje es que hay que seguir luchando por la paz, las víctimas ahora exigimos sobre todo la verdad la reparación integral por parte de ese grupo, hay muchos familiares que aún no saben dónde se encuentran sus seres queridos”.
El comandante de la Brigada 23 del Ejército Nacional, coronel Oscar Moreno Moreno, dijo que a los familiares de los militares asesinados se les ha brindado atención psicológica, moral y psicosocial, “también se les mejora sus condiciones de vida, a su madre Lidia se le brinda el acompañamiento permanente”.
Sobre Johan dijo “ya es un hombre hecho y derecho, está terminando su universidad con una clara ascendencia de su padre y de su formación”.
Moreno declaró que esa fortaleza que demostró Livio José durante su cautiverio es el mejor mensaje que dejó a toda la sociedad nariñense, “estos hechos no se pueden volver a repetir”, anotó.
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